Capítulo-6

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Nada más llegar a un pub de copas, Luciano comienza hablando de su esposa Priscila. Nayet lo escucha dándole unos pequeños consejos. El hombre entre trago y trago se da cuenta que ha dedicado más tiempo al trabajo que a su esposa. Horas después Nayet lo lleva agarrado para que no caiga al suelo, el alcohol ha sido más fuerte que él mismo.
Al llegar a su casa, Priscila sale a recibirlos preocupada. Al ver a Nayet se queda impactada.

-¿Tú?

-Hola soy Nayet,y no pienses mal.

-Entonces ¿porqué traes en este estado a mi marido?

-Será por tú culpa. A quién se le ocurre decir quien es su amante. Qué pretendía que se matasen, si no llego a intervenir no sé que hubiera pasado.

-Yo...yo sólo lo dije porque quiero el divorcio.

-¿Estás segura?

-Sí.

-Mire, yo sólo le voy a dar un consejo. Ese hombre que está tumbado semi inconsciente, es un hombre noble, con sus virtudes y defectos. Pero la ama. Y está dispuesto a perdonar para hacerla feliz. ¿No cree que es mejor amanecer envuelta entre sus brazos después de haber echo el amor, ir a pasear y compartir cosas juntos que pasar una hora de sexo con alguien que ni la conoce?

-La verdad que no lo había pensado.

-Priscila, si de verdad ama a su marido, olvidese de Zuniga, él no sabe nada sobre ti, como esperas que te haga feliz. Sin embargo Luciano me ha dicho tu color preferido, como os conocisteis y como te gusta el desayuno por la mañana.

-Enserio, Luciano...responde emocionada con sus ojos cargados de agua.

-Si, buff y muchas cosas más. Pero es tarde y me tengo que ir. Por favor hablen necesitan aclarar muchas cosas, incluso le aconsejado que se vayan de viaje.

-Gracias Nayet por aver me abierto los ojos. Ojalá algún día te enamores, pero de un hombre que te quiera tal y como eres.

-Bueno no soy una belleza pero...

-Nayet...mírate. Eres preciosa, porque esa belleza que llevas dentro no la ocultas.

-Bueno...no me considero perfecta.

-¿Y yo lo soy? No. Un día de estos iré a buscarte y vendrás conmigo al salón de belleza, verás que cambio y como empezarás a quererte tú misma.

-Gracias Priscila. Las dos se abrazan emocionadas.
Se despiden quedando en verse.

Su sonrisa ha vuelto a lucir, se siente feliz, contenta de haber echo una buena acción.

Esa mañana Nayet lucía espléndida. En su rostro se podía apreciar un resplandor de felicidad. Sin embargo Gael estaba serio, preocupado y algo celoso.

-Buenos días. -Dijo sonriendo. Los ojos de Gael se quedaron fijos en ella. Apretó sus puños pensando si algo pasó anoche entre ella y Luciano.

-Que tal estas Nayet. Le preguntó nervioso y preocupado.

-Bien. Algo cansada pero bien, satisfecha.

«Cansada, satisfecha ». Esas palabras fueron como pegarle un bofetón. No quería pensarlo pero tampoco deseaba imaginarse que Nayet hubiera acabado en los brazos de Luciano.

-Bueno hoy no nos vamos a ver, me voy para el área de radiología. Que tenga buen día.

Gael no pudo ni abrir la boca. Se quedó inmóvil y celoso de ver la felicidad que desprendía Nayet maldiciendo por ser un egoísta y no saber valorarla.
La mañana fue triste y gris para Zuniga, a leguas se podía ver que estaba deprimido.

-Gael que te pasa, estas de luto.
Espera...¿y Nayet? No le habrás echo nada malo.

-No. ¿Porqué piensas así? Ni que fuera un maltratador.

-No he querido decir eso. Pienso que deberías cambiar tu comportamiento con ella.

-Lo intento. Hoy está en radiología.

-Perfecto. Ahora entiendo tu estado de ánimo.

-¿Qué insinuas?

-Nada. Nada. ¿Por qué no la invitas a salir, a cenar y después a tomar algo?

-No sé Nacho, me lo pensaré.

La jornada había llegado a su fin y Gael no había visto a Nayet. Abatido recogió sus cosas y se marchó. Mientras Nayet hablaba con Camilo acerca de lo que sentía por Gael. Aún así prefiere alejarse, debe hacerlo por Jose Arlhey, desde que se marchó aún no tiene noticias de él.

Los días van transcurriendo y Nayet aprovecha la situación de estudiar otras áreas para mantenerse lejos de Gael. Por el contrario él la busca, desde la distancia la observa cada movimiento cada sonrisa. Cualquier cosa que hace el va sintiendo como su corazón bombea más rápido, lo peor es su rechazo. Decidido sin darse por vencido habla con ella invitándola a cenar, como excusa le dice que es en agradecimiento por lo que hizo por él. Sorprendida y atónita, sintiendo un breve cosquilleo en su estómago, mordiéndose el labio y jugando con sus dedos acepta.

El sábado por la noche con la ayuda de Violeta se arregla. En todo el día ha dejado de pensar en Gael, incluso haciéndose ilusiones e imaginándose como sería probar su miel.
Vestida con un vestido negro, con algo de escote en forma de v, maquillada y con su pelo suelto y liso se sube a sus tacones. Sin dejar se sonreír emocionada, se da un último repaso en el espejo antes de salir.
Poniéndose su abrigo largo rojo camina para donde está Gael apoyado en su coche. Con un destello en sus ojos y una sonrisa de pícaro mira Nayet diciéndole piropos que ella toma bien.

Al llegar al restaurante Gael comienza a caminar delante de Nayet, lo que no esperaba era encontrarse con unos amigos y con Julia una ex.
Al ver a Gael todos comienzan a saludarse, Julia le da un beso en sus labios. Ese gesto no le ha prestado nada bien a Nayet que permanece de pie esperando que la presente Gael.
Gael comienza a hablar con sus amigos agarrando de la cintura a Julia olvidándose de Nayet. Ésta desilusionada y tras hablar con un camarero se sienta en una mesa. En ese momento desearía llorar, ya que sus ojos han comenzado a cargarse de agua. El camarero le trae la carta, disimuladamente echa un vistazo a Gael que no deja de tontear y besarse con esa mujer morena, delgada, y muy guapa. Le sirven el primer plato, intenta llamar a Lucas pero lo tiene apagado. Lentamente observa a ese hombre que supuestamente debería estar cenando con ella. Durante la cena recapacita. Piensa una y otra vez en lo tonta que ha sido al aceptar cenar con Gael. ¿Cómo iba a cenar con ella? Por gratitud, sin más. Nunca Gael se llegaría a fijar en una mujer como ella. Todas sus ilusiones desaparecieron comprobando como Gael se lo estaba pasando tan bien con Julia. Terminó de cenar y se marchó. Al salir a la calle el aire le golpeó en la cara revolviendo su cabello, aliviándola de alguna manera. Caminó unos metros, ya no lo podía soportar más y sus lágrimas resbalaban por su rostro como cascadas.

-Nayet, Nayet espera.

-Qué quieres Gael. Dijo enfadada mientras se limpiaba su rostro.

-Nayet siento mucho lo que ha pasado. Yo...

-Tú qué. A ver que excusa me vas a dar.

-Nayet escúchame.

-No Gael. Escúchame tú a mi. Pensaba que aquí dentro de tu pecho había un corazón, que en tu interior existía sentimientos. Pero me equivocado. Esta noche me has demostrado la clase de persona que eres. Una persona normal no me hubiera dejado plantada cenando sola como tú as echo. Me has lastimado Gael. Sé que no soy perfecta pero tengo sentimientos, y me estabas dejando claro que tú sólo buscas divertirte con mujeres con cuerpos de modelos. Siento mucho no ser como ellas para que te avergüences de una mujer que tú mismo has invitado a cenar. Si me disculpas quiero irme a casa. Pásatelo bien.

-Nayet, Nayet...-Sus palabras se las llevaba el viento viendo alejarse a esa mujer que había tenido el valor de abrirle su corazón y mostrarle sus sentimientos sin esconderse. Agachó su cabeza como un cobarde y pasó a despedirse de sus amigos, el daño que le había causado a Nayet involuntariamente podía con su orgullo. Había echo una mala acción y su conciencia se lo estaba haciendo pagar. Nayet lloraba en su cama sin poder comprender porque Gael le había echo ese desplante. ¿Qué le había echo ella para que se comportara tan mal con ella?

NO SOY PERFECTA ¿Y? حيث تعيش القصص. اكتشف الآن