Capítulo 23

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Emprendiendo su camino por los pasillos mostrándose indiferente a las palabras susurrantes de Gael, Nayet iba atendiendo a los pacientes. Gael permaneció todo el día con ella sin apartarse ni un momento, estaba algo defraudado consigo mismo. Terminada la jornada ambos seguían sin hablarse, Nayet le había dejado claro que su vida a ella no le importaba.

―Nayet por favor escúchame, todo tiene una explicación, te voy a contar lo que sucedió anoche entre Gina y yo.

―Mira Gael, yo no estuve en medio para saber la historia, por lo cual tampoco me creo de mi hermana ni de ti. Te puedo escuchar, pero sinceramente te juzgo por tu comportamiento, ¿Cómo puedes estar jugando de esta manera conmigo?

―Nayet yo no estoy jugando a nada, mis años de pica flor se me agotaron. Sé que para mí el amor quedó enterrado hace años, mi inseguridad me ha causado muchos problemas, pero no estoy dispuesto a perderte por un mal entendido. Tu hermana me llamó llorando, intenté hablar con ella explicándole que no quiero ya más rollos, quiero sentar la cabeza con la mujer que quiero. De pronto se hizo un silencio y me amenazó con quitarse la vida. Como comprenderás si alguien te dice algo tan serio como eso qué harías tú.

―Suspiro―Lo mismo Gael, no me lo pensaría y la buscaría para tranquilizarla, ¿pero por qué no me llamaste?

―Por qué no tenía el móvil. El móvil se me perdió la última vez que estuve con ella, y de eso hace mucho. Por eso ella tenía mi móvil.

―Gael, no me engañes. ¿Pasaste la noche con mi hermana?

―Sí. Pero solo dormí con ella, nada de sexo. Absolutamente nada.

―Gael―Sus ojos comenzaron a picarle, parpadeo repetidas veces para no mostrar una gota de la ansiedad que la torturaba por dentro. ―Mira no te voy a culpar de nada, lo que pasó entre los dos fue voluntad de ambos, yo lo desea como tú, por lo cual no te voy acusar de nada. Creo que casi toda la culpa la tuve yo sabiendo que entre nosotros no hay nada. Si de verdad estás enamorado de mi hermana dimelo de frente para que el dolor sea menos dañino.

―Te lo juro Nayet, yo solo fui al hotel para tranquilizar a Gina y hacerle entender que nadie puede ocupar tu puesto en mi corazón, si ella se ha montado su propia película yo más no puedo hacer.

―Te das cuenta que estas hiriendo y en este caso enfrentando a dos hermanas.

―No es justo lo que me estás diciendo. Estamos de acuerdo que me enrollado un par de veces con Gina, pero solo eso, pero del sexo al amor hay un paso.

―Lo siento Gael pero no puedo, para mí es como una tortura que me lastima demasiado. Yo no puedo competir con mi hermana, puesto que llevo las de perder, no tengo sus atributos ni experiencia con hombres incluso me falta belleza. No soy perfecta.

Sin poderlo aguantar más salió caminando deprisa dejando a un hombre entristecido, preguntándose porque piensa eso de ella cuando si es perfecta y más hermosa que Gina.

Sentada en el sofá Violeta lloraba por lo ocurrido con Nacho, que le ocurría para no poder dejar de llorar, sus palabras habían sido como una cura para ella y sin embargo lo tenía que evitar para no perjudicarlo en su carrera.

Nayet llegó descompuesta entre un mar de llanto, Violeta la miró y las dos amigas se abrazaron dando comienzo a su sufrimiento.
Ambas amigas se sentaron en el suelo con una taza de café contándose sus lamentos, cada una a su manera sentía algo por esos hombres inalcanzables. El ruido del timbre hizo que se levantaran para recibir a una alocada Lili que llevaba en su mano dos entradas para ver un concierto de Danny Romero.

―Pero bueno que os pasa a las dos, ni que estuvierais de funeral, por favor miraros que jetos.

―Lili, hombres, amor de hombres.

NO SOY PERFECTA ¿Y? Where stories live. Discover now