CAPÍTULO 49

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Darius no sabía como procesar todo, saber que Marlene estaba viva había disminuido el dolor pero algo dentro de el seguía incompleto y no podía llenarlo.

Su lobo estaba en conflicto, una parte de el quería estar con Marlene, borrar el horror de las llamas y la otra parte quería salir a buscar a Alan....

¿Para que?, no lograba entender el ¿porqué? Aún que muy en el fondo el recuerdo de los días pasados y el resiente llenaban su mente, el calor del cuerpo de Alan contra el suyo, sus bocas comiendo se la una a la otra con voracidad y pasión.

Gruño y se pasó una mano por el cabello negro, hasta deslizarla por su rostro con frustración, todavía no creía que había pasado otra ves, simplemente no lograba asimilarlo, todo había sido sin explicación.

El se había abrazado a Alan como si fuera un salvavidas que lo ayudaría a no hundirse en el mar de dolor, después se quedaron mirando el uno al otro con tantas emociones que no podían ser descritas con palabras pero si con hechos, los dos acabaron desnudos en una cama y después estaban gimiendo, acariciando, mordiendo, rasguñando y gritado como locos, no hubo palabras sólo acción, ese día estuvieron todo el maldito día follando como animales en celos.

Al recordar la escena su pene se puso erecto con fuerza, se removió en la cama e intentó no despertar a Marlene quién estaba dormida en sus brazos. La volteo a ver y un sentimiento de culpa se instaló en su pecho.

Nunca amaría a Marlene como ella esperaba, sólo se enamoro una ves de una mujer y esa era Keira, después había caído en los ojos verdes de Alan. Suspiro con desgano.

- ¿pasa algo? -se sorprendió al escuchar la voz soñolienta de Marlene-

- nada -contesto sin ánimos- sigue durmiendo....

- no puedo -la escucho susurrar- no si tu estas así.

- lo siento -le acaricio la mejilla- no pasa nada.

Dejo caer la mano cuando vio que ella se levantaba y se colocaba a horcajadas sobre su caderas, poso sus manos sobre la delicada cadera y la observo.

- deberías seguir durmiendo -razono el e intentó bajar la de su regazo-

- quiero olvidara -se movió contra su erección dura- y tu estas duro...-volvió hacerlo y el gruño-

- esto está mal...-jadeo cuando ella toco su pene sobre la tela del pantalón- no...

- shhh -lo callo con un beso-

El le correspondió por inercia, las manos de ella recorrían todo su pecho y abdomen haciendo que su excitación aumentara, podía sentir las uñas arañarle la piel del estómago, cerró los ojos y un rostro le llego. Alan.

No supo como ella le había bajado el pantalón, pero su miembro palpitó cuando Marlene lo agarro con sus suaves manos y el perdió todo sentido de razón. Dijo caer la cabeza hacia atrás por el placer, y gruño fuerte al sentir la boca de ella sobre el era el paraíso y el infierno al mismo tiempo, no pudo evitar pronunciar el nombre de...

- Alan...

Supo que había cometido un error, abrió los ojo para ver a Marlene que lo miraba desconcertada y... La empujo con suavidad a un costado de la cama, se levanto de prisa abrochandose el pantalón, salió del cuarto con prisa como si la vida dependiera de alejarse de ella.

El frío del aire lo golpeo con fuerza, sus músculos se contrajeron. Avanzo hasta quedar en medio del patio con la nieve cayendo sobre todo, se pasó una mano con frustración y se maldijo a si mismo por decir el nombre de Alan cuando Marlene le estaba haciendo sexo oral.

- no podría ser más imbécil -se insulto así mismo- ¡idiota!

Lo mejor era irse, lo último que quería es hable sobre ello con Marlene, un que se merecía una explicación la cual el no estaba preparado para decir.
No podía decirle "lo siento, cuando me tocaste estaba pensando en Alan" no eran tan hijo de puta. Se alejó de la casa para adentrarse al bosque.

Camino aún cuando la tormenta iba aumentando a cada segundo, no le importaba, de una ves por toda que se le congelará el cerebro o el pene para dejar de ponerse caliente cada ves que pensaba en Alan.

No le imprimo que rumbo tomaba sus piernas, el frío no calaba en su cuerpo podía soportar gran cantidad de frialdad, camino hasta un roble casi muerto y.... Ahí estaba el hombre que ponía en marcha todas sus putas hormonas estaba peor que una mujer, con este frío no debería ser posible ponerse duro como una piedra, gruño molesto por volver estar excitado.

Los dos se quedaron viendo, noto cierta tensión en los rasgos de Alan, no sabía por cuánto tiempo estuvieron viendo sé pero el acorto la distancia hasta quedar a un metro de distancia.

- tenemos que hablar -hablo Alan y el asintió-

Tenía razón los dos tenían que hablar y no joder como locos.

- habla tu primero -dijo-

- rechaza me -y....el lo miro desconcertado- quiero acabar con toda esta mierda de la pareja predestinada

- ¿porqué? -fue lo único que logró decir-

Alan mi miro furioso y compungido por todas las emociones que estaban sintiendo en esos momentos.

- ¿porque?  Debería odiarte por todo, por la muerte de mi hermana, por mentir y hacerme creer que me amabas -grito y el no sabía que decirle- está mierda me tiene fastidiado, esto que ha entre los dos tiene que acabar, con el lazo roto y la muerte de uno de los dos.

El silencio reino entre los dos, siempre saldría el tema de Keira, pero nunca mintió sobre lo que sentía por Alan, se había y seguía estando enamorado de el, pero las cosas acabaron mal, tan mal que no podía olvidarlas eran con cicatrices adheridas a su piel que seguían latiendo aún con el paso del tiempo.

- tienes razón -se quedo mirándolo- no podemos seguir así acabaremos jodidos

- si, así que hazlo ya -noto cierto temblor en la vos de Alan-

-  yo, Darius Serova -su voz sonaba hueca- segundo en la línea de Delhet...-tomo aire- Te...

El viento sopló con fuerza y los dos supieron que el pacto que impedía la guerra entres los lobos y cazadores daba roto, la pregunto era ¿quién había causado la rotura? ¿O que había roto el pacto? Y se tensaron al escuchar el aullido de lobos.

- los olvidados -hablaron los dos al mismo tiempo-




Perfecto, pensó Itzar. Alan había roto el pacto sin saberlo, miro a los cazadores.

- la guerra acaba de comenzara -río-

Fue buena idea unir el pacto a Alan, a volverse a meter con aquel lobo rompía el pacto, ningún lobo y cazador podían tener algo o el pacto se quebraba.

- mi pequeño Alan -canturreo- sin saber has firmado tu sentencia y la de los lobos...

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Este capítulo es dedicado a todas las que quieren yaoi *•* jajaja espero que les guste :)

Les mandó un beso :3 voten y comenten siiii *•*

1° Reclamada por el Alpha(SIN EDITAR)Where stories live. Discover now