Capítulo 12

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Maratón 2/2


Revisión de celdas

Se paró en medio de la habitación sin poder siquiera recordar el cómo había llegado ahí, sólo lo hizo de manera automática. Probablemente buscando el confort de Louis.

Pero Louis aún no estaba en la celda, así que aún debía ser noche, él llegaría en la madrugada o en la mañana. Calculaba que eran las siete, casi las ocho ya que la mayoría de los reclusos se encontraban dentro de sus celdas.

Miró alrededor, sintiendo su mente aún perdida en recuerdos. No sintiéndose completamente ahí. Estaba aturdido, perdido, destrozado... Roto.

¿Louis seguiría queriéndolo junto a él a pesar de ahora estar usado y roto?

Dio un paso hacia la litera, lo que provocó un agudo dolor en sus caderas y espalda. Dolor que pareció despertarlo, sacarlo del estupor de su mente, devolviéndolo al presente.

Y sin poder controlarlo un sollozo salió de su boca, seguido de otro y otro más. Una de sus manos se apretó contra su pecho, sintiendo un aplastante dolor ahí, y otra se posó en su cabeza, haciendo un puño con su cabello y jalándolo. Los sollozos salían sin control de sus labios. Cada vez más ruidosos. Llegó al punto que sentía su respiración comenzar a escasear, y cuando se dio cuenta estaba de rodillas en el suelo.

Todo el peso cayó sobre él, la traición de su padrastro, la muerte de su familia... El abuso de Nick.

No supo que estaba sollozando con fuerza hasta que sintió el escozor de garganta y el dolor en sus sienes. Se sentía en medio de la oscuridad, completamente solo, perdido. Quería desaparecer, ya no podía soportar ese dolor. Había intentado ser fuerte, lo intentó tanto.

Frotó con ambas manos su cara, soltando otro ensordecedor y agonizante grito ronco, que se corto a la mitad a causa de nuevos sollozos que quemaban su garganta. Su mente se perdió, no distinguiendo con nitidez su alrededor.

Un par de brazos lo levantaron del suelo y lo colocaron sentado sobre la litera, su espalda apoyada contra la pared, pero él ni siquiera lo notó, estaba muy ocupado comenzando a hiperventilar. Todo comenzó a darle vueltas, se sintió caer en un abismo, su visión empezó a oscurecerse.

Luego todo se detuvo, una firme pero no fuerte bofetada le hizo abrir los ojos y ver dónde estaba.

La palma de Louis aún no se quitaba de su mejilla, donde había dado el golpe para hacerlo regresar en sí. Harry estaba agitado, su pecho subía y bajaba con rapidez y las lágrimas no paraban de salir, pequeños sollozos escapaban de su boca. Pero al menos ya no estaba hiperventilando, sentía ahora el aire llegar a los pulmones a pesar de que el dolor de su pecho lo estaba consumiendo.

Aún con la mirada desenfocada buscó los ojos azules de Louis, intentó concentrarse en eso para regresar por completo en sí e intentar tranquilizarse. Cuando dejó de sentir la mano del mayor en su mejilla se sentó recto, viendo la expresión de Louis.

Y Dios, Louis se veía preocupado, genuinamente preocupado y perdido. Sus manos se encontraban hechas puños en la tela de sus pantalones, sin saber qué hacer, como si nunca hubiera consolado a alguien, como si no supiera que hacer.

consume me | l.s.Where stories live. Discover now