petite rousse (elrubiusomg).

photographs.

n.a: Les invito a pasarse por mi concurso, que aún sigue abierto:) Podéis encontrarlo en mi perfil.

El día de la exposición de Rubén había llegado, mis nervios estaban más a flor de piel que lo normal. Y como cualquier chica adolescente, estaba teniendo un serio debate mental sobre qué cojones debía ponerme para ir al lugar.

Busqué mi teléfono móvil, eran las una de la tarde, por lo que obviamente Rubén debía estar despierto y bastante ansioso por su premiación. Entre mi lista de contactos presioné el de "Rubén D." Y le llamé para tener una idea.

No contesto hasta que ya llevaba al menos diez segundos marcando, y al parecer había estado durmiendo.

—¿Anna?—preguntó con la voz ronca, seguramente por haber estado durmiendo—.
—Sí uhm...—balbuceé al imaginarme a Rubén durmiendo (lo más probable) sin camiseta, como había dicho Luzu una vez—. Quería preguntarte cómo debía ir vestida, porque te juro que nunca había ido a cosas de este estilo...

Él se quedó sin responder, aunque se escuchaba su respiración y su balbuceo a través de la línea.

—No lo sé, yo pensaba ir con jeans y camiseta. Pero tú viste lo que más te acomode, al fin y al cabo, todo esto fue por ti.

Rodé los ojos por aquello, me despedí brevemente de él y corté.

Entre la cantidad de ropa que tenía fuera y encima de mi cama color crema escogí finalmente una camiseta negra, encima una franela roja, unos jeans del mismo color que la camiseta y finalmente las típicas converse negras.

Rubén también invitó a mis padres, así que ellos y yo partimos juntos hacia el centro de Madrid donde realizarían la exposición a las seis de la tarde. Luzu y lana se encontraban en la entrada, nos saludamos amablemente y después me quedé hablando de banalidades mientras esperábamos a Rubén, que iba tarde porque se quedó dormido.

Llegó en un taxi, con el cabello despeinado y con los lentes de sol puestos digno de una estrella de rock. Mis padres lo miraron con desaprobación, pero no les tomé en cuenta.

Le sacaron fotos, donde hacia muecas y poses divertidas, pero antes de que terminaran de paró.

—Quiero que Anna también aparezca en las fotos—sentenció, y sentí como mi corazón se alteraba un poco.

Llevaba el collar que le había regalado el otro día, yo también lo llevaba puesto. Y ambos estaban más turquesa que nunca.