Soy Meg..

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Narra Dean

Dejo a mi madre y roman en la limosina que los llevara al aeropuerto, entro a casa pateando el suelo, marco el celular de seth y el muy perro no contesta, veo como la puerta trasera se abre dejando entrar a una fila de mujeres de todas las edades, todos los tamaños, bufo mirando el numero de mujeres deben ser mas de 50, seguro el anuncio mostraba el pago y los beneficios.

Entro a la oficina de mi madre con leticia detrás mio, ella es la ama de llaves a cargo de las mucamas -bueno leticia, esto no es lo mio pero intentare elegir a la mejor, ojala tuviera un circuito de entrenamiento y seria mas facil- digo en tono de broma ganandome una risa por parte de la madura mujer -que ocurrencias joven- dice escondiendo su risa -dejalas pasar una a una y que las atiendan mientras esperan- digo con una sonrisa viendo a la mujer asentir con una sonrisa y salir de la oficina.

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Llevo mas de tres horas en esto, anotar nombres, revisar currículum y aun ninguna me convence, miro mujeres de pechos prominentes aprovechando sus atributos para llamar mi atención, las dejo seducirme y después con un simple "te llamo después" salen con una sonrisa victoriosas, yo solo rió internamente, según leticia faltan cinco mujeres dos muchachas y tres mujeres mayores -has pasar a las mayores para que no esperen por favor- pido y la mujer acata mi orden saliendo de la oficina...

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Después de media hora es la ultima mujer -adelante- digo y una delgada castaña de 1.75, hermosos ojos azules, labios gruesos entra temerosa -tranquila no muerdo- digo en tono de broma, ella sonrie tímidamente -toma asiento por favor- pido señalando la silla giratoria frente mio, ella asiente y se acomoda dejando frente mio el folder con hojas casi en mis manos, mientras lo abro miro de reojo como observa la oficina con cierta timidez, su rostro es angelical y sus labios me invita a besarla "dean recuerda lo que dijo tu madre" repite mi cabeza, la sacudo y regreso mi mirada a la joven que me mira extrañada -bueno megara eres muy joven, por que no estudias o trabajas en otra cosa?- pregunto mirando el currículum que me marca los 18 años recién cumplidos de la hermosa castaña -es un problema personal joven- dice escondiendo su mirada -pues necesito a alguien con más experiencia- digo en tono cortante, pues es lo que mi madre pidió
-seré joven, pero puedo hacer todo lo que usted ordene señor, soy fuerte- responde la joven algo insistente -lo siento señorita, pero necesitamos a alguien con recomendaciones y más experiencia como se lo repito- digo levantándome del asiento, la muchacha imita mi acto y toma su folder, se gira caminando hacia la puerta, toma la perilla pero voltea antes de salir -soy huérfana, mi madre acaba de morir hace dos semanas, no tenia empleo y mi dinero lo gaste en su funeral, no pague la renta y me echaron hace cinco días duermo en mi auto y lo único que pido es un trabajo, disculpeme por hacerle perder su tiempo con alguien que no tiene experiencia laboral, pero en lo personal tengo mucha experiencia de vida, gracias y hasta luego- dijo saliendo por la puerta, toda la información me callo como balde de agua fria, para cuando reaccione ya no la encontré en el pasillo, salí corriendo de la casa pero no la encontré -Leticia! Leticia!- llame a la madura mujer que corría a darme el encuentro -ordene joven- dice recuperando el aliento -la muchacha, la última que entró donde esta?- pregunta buscándola con la mirada -se fue por la puerta trasera, estaciono su auto cerca a la cochera- responde la mujer, no espero más y corro por el lugar a la distancia veo un auto viejo encenderse y aunque me acercó lo veo acelerar -megara! Para... Para!!- grito mirando al auto avanzar
-para!!!- grito casi orinandome en los pantalones, pues el auto freno a centímetros de mis rodillas -demonios niña! Tu me quieres matar sólo por un empleo?- digo limpiando el sudor de mi frente -lo siento!- dice apagando el motor, bajando del auto y parandose frente mio, agacho la mirada, veo como pasa su mano por sus ojos -estabas llorando?- pregunto intentando mirar su rostro, aunque me es difícil por que lo esconde de mi, me acercó y tomó su mentón levantando su rostro y me doy cuenta que sus ojos están hinchados, miro detrás de ella y veo su auto lleno de cosas y parece que no es mentira lo que me dijo -que quiere que le diga joven? No pienso rogar para obtener un trabajo yo se lo que ofrezco y se que quien me contrate le podré demostrar la calidad de mi trabajo- dice limpiando su nariz con la manga larga de su Polo -no quise menospreciarte, yo no se mucho de como hacer esto de contratar y bueno...- rasco mi nuca nervioso -te contrato! Pero espero no arrepentirme de esto, mi madre me matara sino llevas el ritmo de la casa- digo aún más nervioso -gracias joven!!!- grita lanzándose a mis brazos dándome un abrazo que por el asombro no tardó en responder -me llamó dean... Dean McMahon, Megara...- digo intentando presentarme, la muchacha se separa del abrazo y estira su mano -me llamó megará, pero me gusta que me digan meg, joven- dice apretando mi mano en un saludo respetuoso -bueno todos me dicen dean, así que quita eso de joven... Me incómoda- digo con una sonrisa, sus ojos azules brillan con la sonrisa que se dibuja en sus labios, es realmente hermosa.

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-Leticia, enseñale cual cuarto ocupará meg y explica le sus obligaciones- digo con una sonrisa, la mujer me mira con algo de duda pero asiente con una sonrisa, regreso a mi habitación recordando esos hermosos ojos azules...

Wrestling RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora