Capitulo 9

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No había nadie a la vuelta de la esquina. Inspiró, enojada, porque el vampiro la había abandonado sin más por un grupo de faldas cortas. Caminó, dispuesta a encontrarlo, con paso rápido, hasta que por accidente pateó algo que la hizo detenerse. Miró extrañada el celular color rosa chicle en el suelo. Lo levantó y lo abrió. Había una foto de una de esas chicas en el fondo de pantalla.

Lo cerró, rechinando los dientes, se lo guardó en el bolsillo y avanzó una cuadra más, conteniendo las ganas de partir el celular por la mitad. Se detuvo en la otra esquina, miró a ambos lados y ni rastro de Anthony. Decidió avanzar un poco más, pero al llegar a la esquina siguiente, tampoco halló el menor signo del vampiro.

Bufó, enfadada a más no poder. Dobló en esa calle y caminó otra cuadra. Al llegar al final de esta, regresó y caminó hacia el otro lado. Anthony seguía sin aparecer.

—¡Maldito seas! —gruñó en voz alta.

Volvió a caminar sin saber bien qué hacer. Sin él estaba mucho más perdida que antes, y eso era exactamente lo que pasaba. Lo comprendió en cuanto quiso volver a donde la había dejado. Se quejó como toda una niña pequeña. Era una estúpida, pero estaba completamente convencida de que era culpa del chico vampiro.

Decidió seguir buscando el lugar donde debía esperarlo, pero deambuló durante quince minutos, alejándose más. Se apoyó contra la pared de un galpón, para descansar unos minutos y cerró los ojos. No había pensado en los peligros de las calles, hasta que sintió unos pasos que se acercaban muy despacio a ella, bien premeditados.

Abrió los ojos, algo asustada, para relajarse al ver a Anthony. Iba a maldecirlo pero lo voy tambalearse. Ladeó la cabeza, confundida.

Si que él no se veía nada bien. El chico fijó sus ojos en ella y Natalie tuvo la inmediata necesidad de correr, pero no pudo hacerlo. Había algo en él que no estaba bien. Nada bien. Su mirada estaba desencajada, él se veía mortífero.

—¿Dónde estabas? —Natalie se pegó a la pared, de la misma forma que Anthony se pegaba a ella, dejándola atrapada. Sus ojos estaban más claros y fríos de lo normal y sus labios, estaban extrañamente rojos—. ¿Por qué no te quedaste donde te dije? —le urgió.

La chica se encogió ante los gritos, pero no respondió. Anthony la apretó contra la pared y ella pudo aspirar el delicioso aroma de su aliento... que por primera vez estaba diferente, mezclado con un fuerte perfume a sangre. No se atrevió a mirarlo a los ojos, solo se fijó en sus labios. Ahora entendía porque estaban rojos. Tembló ante la imagen aterradora de su rostro pálido y la boca con sangre que no era de ella.

Anthony le dio un puñetazo a la pared, haciéndola temblar, junto a la cabeza de la chica.

—¡Maldita sea, niña terca! ¿Por qué santos no te quedaste donde te dije?

—Fui... F-fui a buscaste —susurró, asustada.

Anthony la presionó contra la pared, arrancándole un jadeo.

—Me desobedeciste —musitó—, hiciste todo lo contrario de lo que te pedí. ¿Por qué?

Estaba cambiado. Ese no era el vampiro que ella conocía, este la asustaba. Sus gritos, sus ojos aterradores y la sangre... había matado a alguien, lo sabía, y ella sería la siguiente. Cerró los ojos en cuanto lo vio inclinarse hacia ella, esperando la muerte segura, pero eso no pasó.

Abrió los ojos al sentir sus labios mojados moviéndose contra los suyos. Anthony le tomó la cabeza con una de las manos y la atrajo hacia él, profundizando el beso y metiendo su lengua dentro de su boca. Pasó su otra mano por su cintura, apretándola con más fuerza.

Mi príncipe vampiro [Version2013/borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora