Tengo un... ¿Mensaje?

Special Three

Maratón navideño 2/¿5?

Lea se levanto temprano el sábado, cosa muy inusual en ella, con una sonrisa en el rostro. Hoy tenia una cita con Harry, y aunque no le había hecho gracia en un principio, pensó que después de como se había sincerado tenia que darle una oportunidad. También estaba el hecho de que no estaba muy segura respecto a sus sentimientos por el chico, y aquella era una muy buena oportunidad para descubrirlo.

Después de ducharse y peinarse concienzudamente el pelo, abrió la puerta de su armario y miro dentro. No sabia que ponerse, su madre no estaba en casa porque ya se había ido al trabajo, y su hermano mayor no era una opción. Así que alcanzo el móvil que tenía en la mesita de noche y llamó a su amiga, que respondió al tercer pitido.

—¿Si? ¿Quién es? —la voz adormilada de Juls sonó al otro lado.

—Soy yo, parece mentira que aún preguntes eso cuando te llamo —dijo burlonamente Lea.

Al otro lado de la línea se escuchó movimiento y segundos después una voz masculina, que obviamente no pertenecía a Juls, habló.

—¿Nena? ¿Qué haces despierta? Ayer parecida que te había dejado muy agotada.

—Shhh... Louis calla, que estoy hablando con Lea.

—Ups... Perdón.

—Ya da igual... —un suspiro se oyó —. Bueno Lea, ¿qué querias?

Lea tuvo ganas de preguntarle si iba en serio con Louis o solo había sido cosa de una noche, pero se abstuvo porque tenia cosas mas importantes. Ya la interrogaria más tarde.

—No se que ponerme —no hubo necesidad de más palabras, Juls ya sabia lo de la cita y capto su problema enseguida.

—Creo que deberías ponerte esa falda tan bonita de color rojo que te regalo tu hermano el año pasado, y la blusa negra, junto con tus vans favoritas y una chaqueta.

Saco la ropa que le había dicho del amario y la miró.

—¿Estas segura? —pregunto dudosa. 

—Si, muy segura. Ahora debo colgar, Louis se esta poniendo muy pesado buscando atención. ¡Ya me contarás como te ha ido! —el grito su amiga fue lo último que escucho antes de que colgara.

Volvió a dejar el móvil sobre la mesita y se puso la ropa. Después bajo a la cocina y se comió unas magdalenas que su madre había dejado, guardando unas pocas para su hermano. Rápidamente se lavo los dientes y termino de arreglarse mientras guardaba lo necesario en un pequeño bolso.

Su hermano bajo a desayunar justo cuando el timbre sonó y tuvo que darle unas pocas explicaciones para que la dejara irse. Odiaba cuando se ponía en plan hermano sobre protector.

Harry estaba apoyado en el capo de su coche y le abrió la puerta del  copiloto en cuando se acercó. Luego se subió al asiento del conductor y arrancó.

—¿A dónde vamos? —preguntó Lea.

—Al parque de atracciones.

Lea no pudo ocultar su emoción cuando escucho eso. Hacia mucho tiempo que no iba, para ser mas concretos, cinco años, cuando su padre murió.

Intento olvidar ese dato y se concentró en lo importante, descubrir que sentía por Harry.

(...)

Llevaban tres horas en el parque y ya habían subido a la montaña rusa, la caída libre, los autos de choque y un par de atracciones más. Ahora estaban haciendo cola para entrar en la casa encantada.

Cuando por fin entraron iban cogidos de la mano, y Lea ya temblaba de miedo con anticipación. Cinco minutos más tarde Lea chilló cuando una mujer disfrazada de la niña del Exorcista apareció de la nada y corrió un poco haciendo tropezar a Harry, que cayó al suelo arrastrándola con él.

Lea cayo encima de Harry y sus labios quedaron a milímetros de distancia. Cuando pensó que estaban a punto de besarse, la mujer que iba disfrazada se acercó y les preguntó si estaban bien.

Ninguno de los dos fue capaz de mirar al otro durante el resto del día.

Dos algodones de azucar, tres partidas más en lo autos de choque y un peluche de panda ganado en los dardos por Harry más tarde, Lea llego a casa sana y salva, él se había asegurado de ello.

Cuando por fin se despidieron Lea se encontró añorando que la besara, pero se contuvo de decírselo y entro en casa sabiendo ya muy bien cuales eran sus sentimientos.