Capítulo 22

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~Ana~
Después del interrogatorio de Lisa pudimos comer algo y tener una platica amena.

—Creo que ya es algo tarde, si mi amigo me permite me gustaría conducir.—Dijo Rob mirando a Daniel.
—De acuerdo tú conduces pero pobre de ti si le haces algo.
—Jajaja relájate Daniel, solo es un auto. —Al parecer no le agrado pues me fulminó con la mirada, yo no pude evitar reír hasta a Lisa le pareció gracioso.
—No sé que es lo gracioso, nunca podrían entender la relación que existe entre mi auto y yo.
—Ya dejen de decir tonterías y ya vayámonos. —Hice lo que Lisa dijo, me dirigí al auto.

Daniel y yo quedamos en la parte trasera, al menos Lisa no dijo nada porque iba muy ocupada en su platica con Roberth.

Ya estaba agotada e involuntariamente lance un bostezo.

—Tengo mucho sueño.
—Si deseas puedes dormir en mi hombro. Digo si Lisa no se enoja.
—Ay que dulce Daniel, pero no te aproveches.
—No lo hago, solo le ofrezco mi hombro a Ana, quien por cierto está cansada.
—Ya, ambos cállense. —Mire a Daniel. —Acepto tu oferta y Lisa tranquila que si se pasa de listo yo lo golpeo.
—¿Cómo? —Su expresión de confusión me dio tanta ternura que me dieron ganas de besarlo pero me contuve por obvias razones.
—Bueno, entonces descansa un rato.
—Gracias.

Me acomode en Daniel, él me rodeo con su brazo para acercarme a su cuerpo. Su calor era muy acogedor podría estar por siempre entre sus brazos. Aunque de momento sentía algo, más bien lo presentía... su abrazo era algo distante no sé como explicarlo quizás solo sean ideas mías. Poco a poco comencé a cerrar los ojos hasta perder consciencia de lo que me rodeaba excepto la cercanía de mi novio.

De la nada sentí como me daban unos pequeños golpes en la cabeza.

—¿Qué pasa?
—Ya llegamos. Anda despierta dormilona, tienes que caminar a tu departamento.
—Si, si ya voy. No era necesario darme golpes.
—Que delicada eres Ana jajaja.

Camine hasta el departamento algo molesta más por estar medio dormida que por lo tonto que es mi novio.

—Adiós chicos. —Se despidió de Rob y Daniel antes de entrar al departamento.
—Yo ya me voy, te veo arriba Daniel.

Se me hizo muy raro que supusiera que Daniel se quedaría un momento más.

—Rob no sabe de lo nuestro, ¿o si?
—No, él no sabe nada. Sería tonto que él lo supiera y tu amiga no, verdad jajajaja.

Se puso algo raro.

—Bueno, no importa... muchas gracias por nuestra casi cita.
—No hay de que princesa, por ti haría lo que sea.
—Me pudiste cargar hasta aquí. —Le bromeé.
—Ay si, como si no pesaras jajaja.
—O sea que soy gorda. —Me hice la ofendida, al momento cambio su cara de burla a una preocupada.
—No, no es eso simplemente no eres una pluma.
—Sigues diciendo que soy gorda.
—No, eres de un peso normal. —Sonrío algo incómodo, por dentro yo me estaba muriendo de risa.
—Jajaja tranquilo, solo bromeo. —Lo abrace y él respondió a mi abrazo.
—Que chistosa eres jajaja.
—A mí no me importa eso del peso de una vez te lo digo.
—Eso me gusta de ti. Ahora sé que puedo llevarte a comer de verdad y no buscar comidas tan lite.
—Mmm... hablando de eso hay que darnos una escapadita para cenar en algún lugar. —Me acerque más a él.
—Yo con gusto, pero solo por aclarar ¿esa escapadita puede ser para que también podamos estar en un lugar solos?
—Pues estaríamos sin Lisa y Rob si es a lo que te refieres.
—No es a eso exactamente... me refiero a un lugar donde nadie nos moleste y pueda disfrutar de mi novia. —Me beso lentamente pero me aleje.

El pensar en lo que se refería no era algo que me ponía muy cómoda.

—Mi niño ya sé a que te refieres pero entiéndeme que no estoy lista.
—¿Ana acaso no me quieres? ¿No confías en mí? —Dijo mirándome fijamente a los ojos.
—Te quiero mucho Daniel y claro que confío en ti pero solo llevamos tres semanas, ni siquiera un mes a eso sumale el hecho de que no estoy lista y pues...
—Está bien, ya entendí. Tú no me quieres como yo a ti. El amor no se mide con el tiempo sino en el sentimiento que provoca.

Me sentí ofendida que dudara de mi cariño.

—Pues si en verdad me quieres debes entenderme y respetarme. El amor tampoco se mide en si acepto hacer algo o no contigo. —Le conteste molesta. Él iba a contestarme pero no lo deje, me aleje de él. —Ya es tarde y no quiero escuchar tus estúpidos argumentos, no estoy lista y punto. Si para poder salir a cenar significa hacer algo que no quiero pues no cenamos.
—Ana...
—Buenas noches Daniel.

Entre y cerré la puerta muy molesta.

~Daniel~

Me quedé impactado por la actitud de Ana, siempre me funciona el cuestionar su amor por mí para conseguir que cedan pero ella se enojo.

Subí las escaleras completamente impactado. Al subir mi mirada pude ver a Roberth con su cara burlona en la puerta.

—Alguien fue rechazado, verdad.
—No estoy de humor para tus bromitas.
—Tus truquitos no te servirán con Ana.
—Lo dice quien ni se a acostado con su novia. —Le cuestione.
—¿Quién dice que no?

Mujeriego en serie. [Libro dos]Where stories live. Discover now