Capítulo 42

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Nota: La de la imagen es Lisa.

~Ana~

Llegue de mi cita con Santiago y al parecer Lisa ya estaba dormida. No entiendo porque si apenas eran las 11 de la noche, ella siempre se dormía tarde últimamente. Me puse mi pijama con la idea de irme a dormir ya, pero en cuanto deje de tomar un vaso con agua me asusto el sonido de los golpes que le estaban dando a la puerta. Me acerqué a la mira de la puerta y vi a Daniel, algo malo le debió suceder si viene tarde y aparte tan desesperado.

—¿Qué te pasa Daniel? —Le pregunte sorprendida y preocupada por su presencia en mi departamento a estas horas.

—No puedes estar con ese idiota, eres mía y debes entenderlo —. Me beso lentamente, hace tiempo que no lo besaba. Extrañaba esa sensación de sus labios sobre los míos. La manera en como me hacía olvidar el mundo que nos rodeaba para solo sentir la suavidad y calidez de sus besos.

¿Pero que estoy haciendo? Este es el idiota que se estuvo burlando de mí junto a su rubia tonta, pero también es el idiota que amo, que me engaño y me utilizo...

—No vuelvas a hacer eso — Le dije después de empujarlo lejos d mí.

—No puedes estar hablando en serio, no después de que acabo de descubrir que sigo provocando lo mismo en ti con solo un beso —. Acaricio mi mejilla —Eres tan tierna cuando te sonrojas. —Aparte su mano de mí.

—En verdad que no tienes ni un poco de vergüenza. ¿Qué es lo que quieres?

—Te quiero a ti, a tus labios, tu cuerpo... tu calidez.

Debo estar soñando, como es posible que me este diciendo esto. Por qué ahora que conocí a alguien más... es eso, está celoso. No, él nunca se pondría celoso de nadie, no más bien lo único que quiere es que no tenga nadie más a su "Juguete". Pero que tipo más inmaduro.

—No, te creo ni un poco. —Aunque me encantaría que fuese verdad.

—Tienes que creerme, por favor no te le acerques a ese arquitecto de pacotilla, eres mía.

—Así que es eso... eres un idiota. —Lo miré dolida. —Tú si puedes tener a cuanta mujer quieras pero yo en cuanto conozco a un amigo ya quieres marcarme como un objeto de tu propiedad, o me equivoco.

Se quedo callado, no necesitaba más pruebas.

—Sabes ya no mates a tu cabeza con esas cosas. No me alejare de Santiago solo porque tú me lo pides. —Me giré para entrar al departamento pero antes de cerrar la puerta, sin girar a ver lo, le dije — Lo único que puedo darte es mi amistad... no hagas las cosas más difíciles de lo que ya son Daniel.

—Ana...

—¿Te sonó familiar? —Era lo mismo que él me había dicho cuando me termino, cuando me cambio. — Buenas noches Daniel. —Cerré la puerta con la poca fuerza que tenía. En cuanto lo hice las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

Me fui a mi habitación para poder llorar sin que Lisa me pudiera ver u oír. Una luz que provenía de mi celular llamo mi atención. Al tomarlo pude ver que era un mensaje de Santiago.

"Buenas noches chica de la más hermosa sonrisa que he visto. Gracias por una cita tan agradable. Espero poder verte pronto, no sabes lo impaciente que estoy por eso."

Estaba bastante mal, lloraba de coraje. No podía evitarlo. Un chico que apenas conozco había sido más lindo conmigo que en todos los meses que estuve con Daniel en tan solo una cita...

"Buenas noches chico de los lindos ojos cafés. ¿Te parece si salimos el viernes de nuevo?"

No tardo ni un minuto en responderme.

"Con gusto saldré contigo el viernes. Pero quien sabe, quizás pueda sorprenderte antes del viernes."

Una sonrisa escapo de mis labios. Si a Daniel no le agrada Santiago puedo aprovechar eso y demostrarle que yo también puedo jugar a exhibirme con alguien más.

En la mañana siguiente pude hablar de con Lisa, la cual se encontraba muy animada. Desde lo de Roberth no la había visto así.

—En serio Bob es un chico súper dulce, amable y tan guapo. —Recalco lo último antes de tomar un poco de su jugo de naranja.

—Vaya que si te encanto ese chico. —No pude evitar reír por la cara coqueta que puso Lisa en cuanto volvió a recordar a Bob.

—Bueno como no me va a encantar, pero basta de mí... ¿Qué tal tú cita?

—Pues fue muy linda, Santiago me hablo mucho sobre él. Y cuando le conté de mí centro toda su atención en mí. Fue lindo, pensé que lo aburriría pero me animaba a contarle más y más. —Pude sentir como mis mejillas comenzaban a sonrojarse.

—¿Lo volverás a ver? —Me preguntó curiosa.

—Lo veré el viernes. —Recordé lo ocurrido con Daniel. —Daniel vino anoche...

—¿Qué? —Casi se ahoga con el cereal.

—Tranquila, come despacio. Lo mande muy lejos...

—Así se hace amiga —Sonrió orgullosa. —Pero bueno a todo esto... ¿Qué quería?

—Que no me acercará a Santiago... solo está enojado de que salí con Santiago en vez de aceptar una invitación suya. —Lisa se quedó sorprendida por lo último que dije al parecer.

—No me contaste eso...

—No pensé que fuese necesario, a parte no acepte que eso es lo importante.

—Bueno eso es verdad —Se levanto de su lugar para abrazarme —Además tienes a un pretendiente mucho mejor que ese mujeriego por lo que me cuentas. —Añadió a lo cual yo asentí.

Era verdad, Santiago era más atento y dulce que Daniel. No veo porque no darle una oportunidad a Santiago.

Mujeriego en serie. [Libro dos]Where stories live. Discover now