013.

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Después de incontables minutos, Jordyn levanta la mirada, ya ha dejado de llorar y aquella expresión de total tristeza pinta su adorable rostro. Me pregunto que cosa le está pasando para que se encuentre sola a estas horas en una playa tan oscura.

Pero guardo silencio para que no se sienta incómoda o presionada por mi presencia.

-Lo lamento. -murmura con voz tapada. Debe ser por la cantidad de lágrimas que derramó.
-No debes disculparte por llorar.-le digo.-Llorar ayuda a limpiar las heridas del interior.

Sus ojos avellana me traspasan y me muestran sus sentimientos, una sensación se alberga dentro de mi y trato de patearla lejos para que no me moleste.

Dobla sus rodillas contra su pecho y puedo notar que lleva puesto solo unos shorts cortísimos y una camiseta fina. Debe estar congenladose, maldición, me apresuro a quitar mi sudadera y se la coloco en los hombros, da un respingo pero me agradece con la mirada.

-Debías de estarte congelando cariño.-susurro preocupado.-¿Por qué no me cuentas que ocurrió contigo?.

Le miro con atención, mis ojos negándose a dirigirse a otro lugar que no sea ella. Es como un imán y eso me pone algo nervioso, sin embargo no puedo simplemente dejarla aquí sola.

Su silencio me rompe el corazón, debe ser algo delicado para ella porqué está tomándose su tiempo para reunir las palabras adecuadas. Solía sentirme así cuando me preguntaban cosas que no sabia como contar y buscaba y buscaba palabras correctas para no herir a nadie.

-Es algo tonto.-murmura, suelta una pequeña risa sin humor.

Mi mano se extiende hasta la de ella y le doy un ligero apretón, el toque manda algún tipo de corriente a través de su suave piel y me alejo, disimulando.

-Estoy dispuesto a escucharte si lo necesitas.-le digo, le mando una sonrisa sincera y veo la duda en sus ojos.-No le diré a nadie.-levanto mi meñique, ella ríe suavemente y envuelve su pequeño dedo con el mio.
-Hubo una discusión en casa.-murmura desganada, su entrecejo de frunce de nuevo y deseo poder borrarlo de un beso.
-Lo de siempre, mi mamá pidiéndole a mi papá que deje de trabajar tanto y me ponga mas atención. Papá diciendo que me da todo lo que quiero y más.-se detiene y me mira un momento.-No soporto sus discusiones y mi terapeuta se los ha dicho, pero todavía lo hacen.

Me quedo sin palabras cuando dice aquello de tener un terapeuta ¿que está mal con ella?. Una oleada de preocupación genuina toma mi sistema por completo y tiro de ella para envolverla en mis brazos.

Se aprieta a mi alrededor y me deja consolarla como yo quería hacerlo desde que la vi aquí llorando y sola.

-Soy muy sensible cuando de mis padres se trata, detesto que siempre discutan por mi causa.-suspira y siento su aliento caliente contra mi cuello.
-Soy hija única, se la pasan comprándome cosas para competir por mi atención o bueno, antes lo hacían. Cuando mi papá comenzó a trabajar más, se olvidó de mi y eso que vivimos en la misma casa.-parece soltar un gruñido por la vibración que he sentido.
-Eso no está bien.-respondo con voz dulce.-¿Les dijiste como te sientes al respecto?.-acaricio su cabello suavemente.
-Si, pero lo único que logré con eso fue que me llevaran a un psicólogo para curar mis inseguridades y depresión.-bufa. Se separa de mi lentamente y sus ojos parecen adquirir ese brillo natural de nuevo.-Vengo aquí para despejar mi mente y llorar tranquila ya que no puedo hacerlo en casa porque me dan pastillas y todo eso.

Trago el nudo de mi garganta y comienzo a extrañar el calor de cuerpo apretado contra el mio, sus ojos se alejan de los míos y se pierden en algún punto lejano. Trata de meter sus manos dentro de la sudadera pero algo se lo impide, mierda.

Mark My Words. |j.b pov| Book #1Where stories live. Discover now