JUNTO A TI [MYUNGYEOL]

20. Última vez.

-Myung, ah....¡más, myung! p-porfavor, más rápido. -me pedía sungyeol descaradamente mientras lo embestía sin compasión alguna.

-y-yeolie eres...perfecto -besé su espalda dejando una que otra marca en ella.

-E-Eso no es cierto...-lo callé besando sus labios apasionadamente- ¡Mmh..

-¿Te gusta?

-M-Me encanta....¡ahí, myung..! -mordí su labio inferior estirándolo levemente, succione y abuse de ellos hasta dejarlos rojos y con una ligera marca.

Lo tenía otra vez bajo mi cuerpo, con una ligera capa de sudor haciendo que su cuerpo brille, gimiendo mi nombre. Se sentía tan bien tenerlo así, sungyeol siendo...

-¡Despierta, Kim Myung Soo! -escuché la voz chillona de yein.

Abrí mis ojos de golpe y pude ver a esa niña con el ceño fruncido junto a ella a sungyeol con un ligero rubor en sus mejillas y algo avergonzado. Mi respiración estaba un poco agitada, mi piel ardía, creí que enfermaría pero no, no era eso, sentí una horrenda molestia en mi parte baja y entonces recordé el sueño que causó este gran problema.

-¡¿Qué demonios estabas soñando, maldito pervertido?! -gritó yein comenzando a golpearme con la almohada, trate de incorporarme y salí corriendo al baño- ¡Ni creas que dejaré que yeolie duerma contigo!

Lo último que escuche fue la puerta cerrarse de un golpe. Me desvestí rápidamente y me metí a la ducha, abrí la regadera y deje que el agua fluyera mientras comenzaba a masturbarme con movimiento rápidos, mis jadeos fueron algo audibles.

Después de todo; estaba sólo en la habitación. La imagen de sungyeol bajo mi cuerpo pidiéndome más y gimiendo mi nombre me bastó para hacer que los espasmos del orgasmo aparecieran rápidamente y me corriera.

-S-Sungyeol...-dije su nombre entre jadeos. Un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo, mi mano derecha se hizo puño y golpee la pared, no me importó el dolor sólo recargue mi frente sobre el puño y dejé que el agua caliente hiciera su trabajo.

  ~●~    

-Oppa, oíste lo mismo que yo ¿cierto? -yein tenía una expresión entre sorprendida y enojada- él...¡OMG! Ustedes...

-¡N-No imagines cosas raras! -dije en voz alta. Ella me cubrió la boca y sonrió avergonzada a las personas que estaban cerca.

-No es necesario que grites, tonto -masculló entre dientes. Volvió a mirarme y esta vez como si tratará de sacarme información-. Oppa, yo sé que te gusta mi primo.

Mis ojos se abrieron exageradamente y ella río.

-Eres muy transparente. -dijo tomando su vaso de jugo, bebió un poco y volvió a mirarme-  Y se nota que ustedes dos están raros ¿ya te confesaste?