7.El primer beso

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Jeonghan creyó que aquel momento jamás llegaría y no se mentiría, lo había estado deseando desde que lo conoció así que sin detenerse a pensar demasiado cerró sus ojos y enredód edos en el cabello del menor, devolviéndole el beso. No importaba si Jisoo luego se arrepentía o si alguien entraba y los veía, tampoco importaba si ese fuera el único beso que compartirían (si así fuera, con mayor razón debía hacerlo único), así que se aferró con fuerza al menor, obligándolo a dejarse caer sobre su cuerpo, en ese estado era imposible sentir el peso del moreno sobre su cuerpo, lo único que ocupaba su mente en esos momentos era aquel muchacho que había conocido un día, por casualidad, en la parada de buses.

Jisoo sonrió suavemente ante la efusividad de su hyung. Por un momento había temido ante la reacción de Jeonghan, pensó que quizá lo alejaría y se iría sin darle tiempo para darle una explicación, pero al contrario de eso ambos estaban allí, besándose suavemente, conociendo el sabor de los labios del otro.

El menor se separó unos milímetros, deteniéndose para mirar el sonrojado rostro del mayor quién desvió la mirada. Jisoo quiso decir algo, explicarse a si mismo porqué lo había hecho, decirle al mayor que le gustaba, o algo, pero nada salió de sus labios, tan solo sonrió, acomodando su cuerpo para no aplastar al mayor y suavemente, con una mano, volteó el rostro del más bajo para que lo mirara, rozó sus labios con el mayor, dándole a entender todo lo que con palabras no podía.

“Gracias…” moduló Jeonghan, volviendo a besar los labios del menor. Quería gritar, saltar en un pie y hacer un baile ridículo, sólo para hacerle saber al mundo lo feliz que era en esos momentos. Jeonghan nunca se había visto así mismo como una princesa desvalida que necesitara un príncipe azul, pero de alguna u otra manera así era exactamente como se sentía cuando estaba con Jisoo. Y obvio, Jisoo era su príncipe azul. Lo volvió a besar. Una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Quería hacerle saber a Jisoo que era feliz y que en verdad le gustaba. El menor volvió a sonreír, besándolo por última vez antes de levantarse. Alargó su mano y ayudó al mayor a hacer lo mismo. Jeonghan, aún sonrojado, bajó la cabeza y mordió sus labios, nervioso. El más alto tomó su mano y lo sentó en la cama, acomodándose a su lado, dejando caer suavemente su cabeza sobre el hombro del mayor.

“Me… gustas” susurró, sabiendo que Jeonghan no lo podría escuchar. “Me gusta cuando me miras y me gustan los momentos que estamos juntos. Me gusta cuando sonríes e incluso me gusta cuando te enojas. No sé cómo ni cuándo pasó, simplemente… pasó” agregó subiendo la voz. Sabía que Jeonghan podía sentir la vibración de su cabeza sobre su hombro, pero que no podría entender lo que decía. “No puedo decírtelo de otra manera que no sea esta, así que espero que con todos mis gestos puedas darte cuenta de lo mucho que me gustas” finalizó, susurrando. Jeonghan buscó su mirada, preguntando con ella qué era lo que había dicho, el menor solo le sonrió y volvió a besar.

“Nada” moduló, volviendo a besarlo, y entonces lo sintió. El portazo y luego aquellos golpes insistentes en su puerta. Se sobresaltó, haciendo que Jeonghan se asustara. “No es nada, sólo es la puerta” lo tranquilizó, moviendo sus manos. Jisoo se levantó y caminó hasta la puerta, la abrió suavemente y no encontró nada. Miró a ambos lados por el pasillo pero no había rastro de ninguna persona. Extrañado, volvió a su habitación donde el mayor lo miraba fijamente.

“¿Qué sucedió?” Preguntó el más viejo mediante señas. Jisoo negó con la cabeza, en un gesto de quitarle importancia, pero sólo logró que el mayor se enfadara “Nunca quieres decirme que es lo que sucede alrededor” Afirmó, mirando fijamente al otro muchacho.

Y era verdad. En parte le agradecía al menor que lo protegiera de ciertas cosas que él no alcanzaba a entender por su problema, pero Jisoo era demasiado sobre protector, hasta el punto que cargaba con todo él solo, excluyéndolo de paso. Y era una manía que aún no podía quitarle a Jisoo y que el castaño no parecía entender. Jeonghan no era frágil, no era un inválido total. Simplemente no escuchaba – y de paso no hablaba – pero nada más.

Palabras silenciosas (JiHan♥)Where stories live. Discover now