Capítulo XXXVIII

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Hola a todos y mil disculpas por no subir la semana pasada, ha sido un poco complicado hacerlo ya que estoy en finales y me cuesta trabajo concentrarme y hacer las cosas bien, pude haber subido un capítulo pero la verdad es que no me gusta hacerlo cuando no me siento bien o cuando estoy demasiado estresada, trato de dar lo mejor de mí y no creo que sea lo mejor subir algo que no me tiene muy contenta, espero que puedan comprender y gracias por el apoyo.


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-Sigyn lleva cuarenta y ocho horas desaparecida, ya deberíamos avisarle a la policía –La voz de Keira sonaba casi tan demacrada y muerta como su rostro, sus ojos avellana y sus pómulos rosa ahora se veían de un color grisáceo.

-Puede ser pero... -Gael dudó un momento y continuó –Daniel dijo que no llamáramos a la policía

-Sí, pero también puede ser que se mantengan al margen y prosigan sin alarmar a Daniel

-¿Te tendrá vigilado? –Terció Jonathan

-No creo, ¿qué tanto puede saber ese imbécil sobre secuestros? Como sea puede existir todo tipo de posibilidades, por eso es que hay que actuar con cuidado.

-Le dije a Andy que se fuera a descansar, casi tuve que obligarlo pero le prometí que le mantendría al tanto si ese hombre volvía a llamar –Keira suspiró

-Sí, es lo mejor. Andy solo entorpece la situación, está al borde del llanto todo el tiempo.

-Voy a llamarle a la esposa de Buitre otra vez

-No, espera Jon –Gael se puso de pie, se le veía desaliñado, la camisa a pesar de estar impecablemente limpia, se encontraba arrugada y por fuera de los pantalones –Mejor vamos a verla.

-¿Estás seguro? –Jonathan vaciló por un instante

-Sí, totalmente. Keira, tú quédate aquí por si Daniel vuelve a llamar, no contestes ni hagas nada solo fíjate que sea un número desconocido, volveremos tan pronto como podamos.

-Sí –Asintió nerviosa mientras se atragantaba con su propia saliva

-¿Cuál es el plan? -Jonathan iba al volante de una de las viejas camionetas que se usaban para transportar materiales en el RIAB

-Iremos con la mujer de Buitre pero esta vez solo yo hablaré con ella –Gael en la silla del copiloto, llevaba su teléfono móvil en la mano –Conecté la línea del departamento a mi celular, si Daniel vuelve a contactarme las llamadas me llegarán aquí, mientras tú tienes que ver al técnico que dijiste que contactarías y traerlo para que nos ayude a rastrear cualquier llamada.

-No sé si dejarte solo es la mejor de las ideas...

-No me importa si es la mejor o la peor, Jonathan –La voz de Gael que había permanecido pacífica hasta entonces, se volvió aguda y temblorosa –La vida de Sigyn está en peligro, no sé qué es lo que quiera Daniel pero tengo que llegar ahí antes de que pueda hacerle algo, no quiero imaginar nada.

Jonathan sin responder, se limitó a dedicarle una mirada inexpresiva y manejó hasta el barrio en el que vivía Buitre. Gael llevaba una sudadera y unos pantalones deportivos, ambos de color gris, sus zapatillas también eran deportivas, era la ropa que usualmente utilizaba para correr solo que estaba vez no correría a menos que fuera necesario hacerlo para salvar unas cuantas vidas o la suya propia.

Tocó la puerta del piso donde se hallaba la mujer de Buitre, estaba ubicado en uno de los viejos edificios de hormigón del barrio Stockwell, nadie respondía a la puerta y decidió tocar más fuerte, escuchaba el sonido del televisor. Al tercer golpe, una mujer de unos cuarenta años se asomó, se le veía azorada y dudosa.

Bajo su espectroWhere stories live. Discover now