Capitulo 3

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Capitulo 3

Seguí leyendo, y no podía creerlo, mil preguntas acecharon mi cabeza. Llego corriendo a la habitación, cojo el teléfono y marco el número de Malú con la esperanza de que conteste.

-¿Malú?

-Vane, soy su madre...

-¿Es verdad? ¿Es real el accidente?

-Si... (Dice llorando) Esta ahora mismo en quirófano. Nos han dicho que esperemos y que ya nos dirán...

-Pero, ¿qué ha pasado?

-Iban por la carretera cuando un coche choco en el lateral derecho. Ella iba de copiloto...

-¿Quién conducía?

-Gonzalo...

Fue oír su nombre y que se me revolviera todo por dentro, sé que no era su culpa que hubieran tenido ese accidente pero también sé como de rápido conduce siempre, y no me gusta nada. Deje el silencio a un lado y me atreví a preguntar cómo estaba él.

-Solo tiene magulladuras, y heridas superficiales... Mi niña, Vanesa, mi niña está mal, y no puedo hacer nada... (Seguía llorando, y note que alguien le decía que todo iba a salir bien, era José, el hermano de Malú)

.Voy a cambiar el billete de avión y nos vemos mañana. En cuanto aterrice os llamo. Mantenerme informada, ¿de acuerdo?

Colgué y me derrumbe en esa habitación, me sentía frágil sin poder mirarla y decirle que estaba a su lado, no nos veíamos desde ese 3 de Septiembre, no habíamos hablado apenas por todo el revuelo que se montó pero... sí que pensaba en ella constantemente, era inevitable. Ana me abrazó fuerte, y la noche parecía más oscura que nunca. Minutos después, más calmada empecé hacer la maleta mientras mi amiga cambiaba el billete para salir inmediatamente después del concierto que iba a dar mañana en Chile No podía cancelarlo, pero si adelantar el retorno a casa.

Amaneció y volví a llamar a la familia de Malú, los resultados de la operación no se verían pasados unas horas. Me mantendrían informada si alguna novedad sucediese. Llame también a Pastora, ella sabía lo que había pasado entre nosotras, nos veríamos en el aeropuerto para irnos directas al hospital.

Las horas pasaban más lentas que nunca, pero por fin empezó el último concierto, sonó 'No te pude retener' y no pude evitar pensar en ella... Y de algún modo se la dediqué, creí que no podría terminarla de cantar pero me arme de valor y ahí quedo.

Terminó el concierto, y salí pitando hacia el aeropuerto, me despedí de mis músicos y de Ana, me subí al avión que llevaría directa a Madrid. Allí me espera Pastora. Cuando llego nos abrazamos tan fuerte que me es imposible no llorar en sus brazos.

-Todo saldrá bien Vanesa...

Pasamos todo el trayecto hacia el hospital en silencio. Llegamos y vamos directas a la segunda planta, habitación 233. En el pasillo vemos a Pepi, que cuando nos ve viene hacia nosotras, me abraza y no puedo evitar que mis ojos se inunden de lágrimas y sé que ella también está igual. Pastora apoya su mano en nuestros hombros y pregunta.

-¿Sabéis algo más?

-Aun no ha despertado...

Voy hacia José, su hermano y Pepe, su padre para darle un beso y un abrazo fuerte.

-Gracias por venir a ver a mi hermana.

-No tiene porque darlas.

-Si, porque sé que no es fácil después de todo lo que pasó, y yo quería pedirte perdón...

-Está olvidado.

Nos volvemos abrazar y al instante aparece el médico que operó a Malú la noche anterior.

-Siento deciros que si no se despierta las próximas horas puede que no haya salido bien la operación.

-¿Y eso que quiere decir doctor? (Pregunta Pepe)

-La operaremos otra vez, pero será más delicado...

Todos nos quedamos en silencio, y despedimos al doctor y nos sentamos.

-Va a despertar (Dice José). Malú es fuerte, y lo va a hacer.

-Cariño, tu hermana es fuerte pero es complicado. (Pepa se acerca a su hijo.

-Dicen que mientras estas dormido y te hablan el subconsciente puede escucharte, ¿no? (Pregunta José a todos los presentes) Vanesa... Inténtalo.

Miro a José, y con la mirada me suplica que entre en esa habitación. No puedo negarme, me levanto y me dirijo a ver a Malú. Entro y allí está, tumbada en esa cama, tan débil y frágil. Me siento en el sillón que hay al lado izquierdo de la habitación, me quedo en silencio porque no sé qué decir, le cojo la mano, miro su cara y mis palabras empiezan a salir de mi boca.

-No sé si vas a oírme, pero tienes que despertarte, por ti, por tu familia, por tus amigos... Tienes que ser más fuerte que nunca. Tienes que estar aquí para volver a ser la locura que eres. Con tus canciones, con tu vida, subirte a un escenario y revolucionarlo. Vamos Malú, ¿qué vamos hacer sin ti? ¿Qué voy hacer sin ti?

No sé qué decirle, no me sale que hablarle más, así que susurrarle nuestra canción.

-Nos quedó irnos de viaje, compartir locuras nuevas... Nos quedó aquel tatuaje de tus manos en mis piernas... Nos faltaron desayunos, y caricias en la mesa...

Noté como apretaba mi mano, y como sus ojos se abrían lentamente. Y yo no podía hacer otra cosa que sonreír. Tarde unos segundo en reaccionar y cuando lo hice empecé a gritar para que viene una enfermera, al girarme hacia la puerta para avisar a su familia, me encontré una desagradable sorpresa para mí. Allí estaba él.  


Seguir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora