Capítulo 25: Decisión final

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No es por poner tensión pero... Este es el último capítulo ^^ El siguiente ya será el epílogo :D

¡¡¡¡Espero que os guste el final!!!

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      La primera estocada la contuvo con facilidad. La fuerza de la joven era mayor de lo que suponía. Reculó un paso largo hacia atrás frenando otra fuerte embestida lateral. Los ojos fríos de la joven, empeñada en herirle, aseguraron que iba en serio. Uno de los dos debía morir, y Amelia parecía dispuesta a no ser ella.

No solo no le importaba lo que le sucediera, sino que además parecía más capaz que él de matarlo. ¿Por qué? ¿Cómo podía hacerlo cuando él no era capaz ni siquiera de herirla?

Ante ese pensamiento, una creciente impotencia se alojó en su corazón, contraatacando a la vez que se defendía. Las estocadas cada vez eran más limitadas, en un espacio tan reducido que apenas podían moverse. Sería muy sencillo que ella diera un paso en falso. De hecho, ya lo había previsto.

― ¿Realmente creías que me preocuparía pensando en lo que te había sucedido? ―dijo mientras daba otro giro, chocando con fuerza con la espada mortal―. En realidad te lo mereces. Es lo que mereces después de lo que me hiciste pasar. Después de condenarme al fracaso e intentar matarme con tu poder. ¿Realmente pensabas que te había perdonado algo así tan fácilmente?

Sus palabras lograron herirle como nada lo había hecho jamás.

Sí. Realmente lo había creído. Era un idiota. Ella tenía razón, se merecía eso y mucho más por ser tan tonto.

Contraatacó con más ímpetu cuando la ira empezó a crecer en su interior. Se sentía utilizado. Estúpido.

Amelia reculó un paso ante su nuevo ataque. Consiguió avanzar terreno, acorralándola. Pudo prever con facilidad sus movimientos, y supo en ese instante que no era difícil ganar.

            Podía derrotarla. Un giro de muñeca, un paso en falso y Amelia quedó atrapada en un rincón entre la pared de una casa y un muro de piedra. Su espada se incrustó justo en medio de ambas paredes, por encima de su cabeza.

            Sería muy sencillo hundir la espada en su cuello, solo un simple giro. Pero no lo hizo.

            Su mano sobre la espada se detuvo en su garganta.

            No era difícil ganar. ¿Pero qué ganaría? ¿Cuál era el premio?

            ― ¿Qué pasa? ―preguntó ella alzando la barbilla―. No vas a matarme. Eres demasiado débil para hacerlo. La primera vez que lo intentaste no tuviste éxito, la segunda no quisiste. ¿Qué escusa pondrás ahora, Raziel?

            Las palabras llenas de desprecio estaban destinadas a herirle. Y de hecho la hoja tembló en su mano al escucharla.

            Pero no solo escuchó lo que decía, también lo que no dijo.

            Y aquello que no había dicho lo detuvo en seco. Abriéndole los ojos.

            Sonrió, emitió un suspiro y apartó la espada sin alejarse de ella.

            ― Supongo que tienes razón. Soy demasiado débil.

            Amelia parpadeó con incredulidad. Realmente había esperado que la matara. Había cerrado los ojos, aguardando la muerte.

            ― ¿Cómo?

            ― No pienso matarte, Amelia. No importa qué digas.

Cazadores de sombras.7. Ciudad del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora