Capítulo 4: No muy buen día

2.1K 260 368
                                    


-...an, Jean, despierta...venga Jean...

Escuché una voz...es entonces cuando me di cuenta de que estaba dormido. Abrí los ojos lentamente, mirando a cierto chico con la cara llena de pecas.

-¿Qué...hora es?.- Pregunté, aún medio dormido

-Hora de levantarse, tu despertador ha sonado hace unos...¿quince minutos?.- Contestó, mirándome con una sonrisa de ''lo has apagado y te has vuelto a dormir'' ...Bueno no, no existe esa sonrisa, pero sé que lo había hecho, no era la primera vez.- Estás babeando, Jean, es mejor que te levantes y te prepares.

Y eso mismo hice, me incorporé, rascándome un poco el abdomen...ahora me acuerdo también de que estoy sin camisa, da igual, somos dos tíos. Estiré mi cuerpo, brazos hacia arriba y...ah~ mucho mejor, menos tensión. Abrí uno de mis ojos...tío, qué mal rollo, me estaba mirando fijamente, ¿es que tengo algo en el cuerpo? Se habrá sorprendido o...ni idea, estará en su mundo, pero no me gusta que me mire fijamente con esos ojos, como un cachorrillo esperando comida o algo.

-¿Qué día hace hoy? ¿Frío?.- Le pregunté mientras me levantaba y abría el armario. Agarré una camiseta y me la acerqué a la nariz, oliéndola un poco, no huele mal y no está sucia, perfecto.

-No mucho, pero posiblemente haga después.- Le oí dar un par de pasos.- Deberías de llevarte una chaqueta

-Lo tendré en cuenta.- Me puse la camisa, y es entonces cuando empecé a quitarme los pantalones y...

-¡JEAN!.- Marco gritó, me di la vuelta y le miré.

Su expresión.

Su cara.

Era un poema.

Es decir, estaba completamente rojo, las cejas subidas, y los ojos muy abiertos, los dientes apretados en una expresión cómica, por parte estaba avergonzado, y por otra parte sorprendido, y sus ojos bajaron una fracción de segundo, justo antes de taparse la cara y darse la vuelta para no verme. No sé qué le pasaba, pero era muy muy gracioso.

-¡Vístete ya, Jean!.- Tartamudeó, aún sin mirarme. Yo sólo me reí y me puse mi ropa, de verdad, menuda reacción, ni que fuese algo desconocido para él.

Nos fuimos a clases, no sin antes pasar a por un café, yo no soy persona sin mi café diario. Calentito, humeante y de un color oscuro y brillante, ese olor mañanero que te despierta todos los sentidos y los activa tras beberlo por su cafeína...

En verdad no me gusta el sabor del café.

Pero no puedo evitar tomarlo.

Al llegar a clase tuvimos historia, no estaría mal...si no fuese porque el profesor nos avisó de que teníamos que hacer un trabajo. En grupo. Odio hacer trabajos en grupo, no suelo tener suerte en ello (excepto cuando Armin va conmigo, al pobre le cargamos con todo el trabajo, pero parece encantado y si nos necesita nos avisa, de verdad, es como un ángel). Los grupos iban a ser aleatorios, como siempre. Cada uno cogimos un número y nos fuimos a las mesas. Me acerqué y cogí una papeleta aleatoria. Cinco. Bien, fui a la mesa.

Marco estaba allí, al menos una cara conocida. Me sonrió, parece que se alegraba de que fuésemos juntos, y normal, aún no conocía a nadie.

-¿¡Tú!? .- Gritó alguien justo detrás de mí, y oh, sí que conocía esa voz. En cuanto me di la vuelta le vi.

Eren Jaeger.

El ''mejor'' del instituto, sí claro (este sin Mikasa y sin Armin no es nada).

-No me digas...que eres el cinco

- ...Mi suerte es épica .- No tenía cara de muchos amigos, y es normal, los dos nos llevábamos muy, muy mal.

-Creo que eso debería de decirlo yo, Jaeger

- ¡Tú lo que has tenido es suerte! ¡Yo estoy atrapado con un vago! .- Me gritó. Admito que era vago, y mucho, pero no iba a dejar que este pardillo me lo dijese

- ¿¡Qué me has llamado!?

- ¡Vago, y tienes cara de caballo!.- Le dio un golpe a mi café, y este acabó por mi camisa, manchándola entera y dejando un olor a café que dudo que se fuese (aparte de la mancha.

Me saca de quicio, me saca de mis casillas, y me saca de todo.

-Kirschtein, Jaeger, por favor, dejen la discusión.- El profesor nos replicó, pero nuestra pelea seguía a más y más, cada vez más acalorado y cada vez tenía más ganas de... Ni me lo pensé, le asesté un buen puñetazo en mitad de la cara, y Jaeger cayó al suelo.

Escuché a Mikasa exclamar su nombre, y es entonces cuando me di cuenta de que me había metido en un gran lío. El profesor nos expulsó de la clase, y Marco y Mikasa se ofrecieron para acompañarnos a enfermería.

-¿Te encuentras bien, Eren?.- Mikasa estaba preocupada por Eren...odio eso, Mikasa se merecía a alguien mejor, ¡como yo! ¿Por qué demonios estaba tan...obsesionada con él?

-Sí... estoy bien, no te preocupes.- Eren me miró de mala manera, psh, como si me importase lo que pensara de mí, ¡si me quiere odiar, que me odie!

-Jean... - Mikasa se acercó a mí y me miró...wow, no parecía enfadad-

Caí al suelo

-¡Jean!.- Marco se agachó a mi lado.- ¿Te encuentras bien?

-¿Estás ciego? Me acaba de dar, y bien... -Me puse la mano en el ojo izquierdo, no veía bien. Sabía que se iba a poner morado e hinchado, esto es perfecto todo

-Te lo mereces... - Mikasa agarró a Eren del brazo y se lo llevó casi arrastrando, Eren comentando lo fantástico y genial que había sido.

Por esto odio tanto a Eren, ¿cómo puede ganarse el favor de Mikasa de esa manera? ¿Qué hizo él para esto? ¿¡Y qué he hecho yo!? No era nada justo, y por eso lo odiaba.

-Jean... - Ahora me acuerdo de Marco. Me estaba mirando, creo que estaba preocupado, bueno, tenía una cara entre ''me preocupo por ti'' y ''eres lo más estúpido del mundo''. – Ven, te curaré eso.

Me ayudó a levantarme y me llevó (o más bien, yo le llevé) a la enfermería, donde me puso hielo en el ojo tratando de bajar la hinchazón que se produciría dentro de poco. Este día no ha salido muy bien, y he perdido un café, pero al menos...parece que tengo un amigo que me ayudará.


Cuando vives con un ángel (Jean x Marco)Where stories live. Discover now