Capítulo 9: ¿Fiesta?

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¿A qué demonios se refería Annie? ¡Yo soy más que suficiente para Marco! Oh, venga ya, YO soy su mejor amigo, la persona que ha estado siempre ahí para él, ¡ese era yo! ¡Hemos estado juntos desde que llegó aquí!

- ¿Jean? ¿Te encuentras bien? - Me preguntó, mirándome directamente a los ojos, posiblemente para saber si mentía o no.

- Bueno, sí, estoy bien. - Hice una pausa, mirando entonces a otro lado, casi huyendo de su mirada. - Solo algo confuso

- Es normal. Annie te trajo aquí. - Así que había sido ella después de todo. - Me dijo que te chocaste contra una pared, y que te caíste, inconsciente. -

¡Pero menuda mentira! ¡Como si alguien se fuese a creer eso, no soy tan estúpido!

...

Bueno, parece que Marco se lo ha creído, lo que me sorprende (Marco, te quiero, pero eres algo tonto e ingenuo) (No homo ante ese ''te quiero'')

-Sí, lo siento...No miré por dónde iba. - Sí, sí, lo sé, estoy mintiendo, ¡pero no es mi culpa! ¡No podía dejar que creyese que era un débil! ¡O un flojo!

Se rio muy suavemente, sonriéndome después (oh demonios, amo esa sonrisa que siempre tiene, tan perfecta, con las mejillas ligeramente sonrosadas, y sus pecas, dios, no podía amarlas más) (Pero no homo) (No os equivoquéis, a ver, es mono, pero prefiero a las chicas) (Aunque él ES más mono que muchas chicas) (NO HOMO).

-Venga, deberíamos comer algo, nos vendrá bien a los dos. – Me dio la mano, ayudándome a levantarme de la cama. Su mano era suave, cálida... ¿delicada? Me encantaba sentir sus dedos sobre la mía, la manera en la que la agarraba, apretándola ligeramente, no lo suficiente como para que fuese firme, y tampoco hacía daño, y amaba la manera en la que sus dedos se entrelazaron con los míos por apenas un segundo...

Ni siquiera me di cuenta, pero habíamos ido así a la cafetería. Dios, no homo, no homo...

¿A lo mejor una pizquita de homo?

No, espera, no homo. Soy 100% hetero, eso es obvio.

A ver, me molan las tías, eso lo tengo súper seguro. Marco es solo mi amigo, un chico, igual que yo, seguramente también le gustarán las tías y pensará en ellas.

- ¿Qué vas a comer, Jean? – Él ya tenía una mini bandeja llena de cosas, por lo que veo, casi todo dulces (es un maldito goloso).

-Uh...esto mismo. – Cogí el primer pastel que vi, y nos sentamos en una mesa.

Estuvimos hablando de cualquier tontería, de muchas, muchas tonterías. A veces me reía, porque Marco acababa con la boca llena de nata, o de chocolate, y quedaba muy ridículo.

-Eeey, chicos. – Se nos acercó Ymir, acompañada siempre de la pequeña Christa. Mira, esa chica sí que era muy mona, la más mona que he visto, pero era lesbiana, y estaba con Ymir (no lo han confirmado al mundo, pero se les nota). – Hola, Márquina. – Le chocó el puño a Marco, ¿''Márquina''? ¿De verdad? ¿Ese mote le había puesto?

-Hola, Ymir, y hola Christa. – Marco, educadamente, saludó a las dos chicas con una de sus típicas sonrisas

- Os venía a avisar, estoy preparando una fiesta muy importante. Mañana por la noche, ¿os animáis?

- ¡Pues claro que sí! – No tardé en aceptar por los dos ¿Fiesta? ¡Pues vamos! La vida de un estudiante es aburrida, pero no hay nada mejor que el alcohol para mejorarla.

Además, me apuesto lo que sea a que Marco no ha bebido en su vida, y no me quiero perder ese momento, tiene que ser muy, muy gracioso.

-¡Genial! Entonces, os veré allí, vamos Christa. – Y con esto, Ymir pasó su brazo por los hombros de Christa y se fueron juntas. Riendo, hablando. Estas dos eran pareja, venga ya, a mí no me engañan.

Esto será divertido

Cuando vives con un ángel (Jean x Marco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora