Capítulo 7

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Un beso robado


― ¿Estás bien? ―me pregunta una cara nueva que no logro reconocer, creo que se llama Fernando.

― Oh... ―me quejo―. Estoy bien. ―espeto y me doy la vuelta, ni William ni su pandilla están en el salón.

― Tu nariz está sangrando. ―me indica y me provoca responderle mal pero me contengo.

Sin decirle nada más, salgo enojada hacia los baños, me cubro la nariz con las manos. Logro ver que Andrés se acerca a mí corriendo, deja caer su bolso cuando está frente a mí.

― Grace, ¿Qué te pasó? ¡Estás sangrando!

― Voy al baño. ―le informo sin detenerme y él me sigue.

― ¿Qué te pasó en el cabello? ―pregunta preocupado y no le respondo. Estoy enojada y no quiero responderle con malas palabras porque no se lo merece.

― ¡Respóndeme Grace Victoria! ―exige detrás de mí.

Entro al baño intentando ignorar el dolor y él entra conmigo sin importarle nada.

― No puedes entrar al baño de mujeres. ―lo regaño indignada y él bufa.

― Me importa un cuerno, ¿Estás bien? ―me pregunta mientras abro el grifo. Sigo sin responderle y me limpio la nariz cuidadosamente con un poco de agua pensando en que probablemente también le partí la nariz a Miranda con mi cabeza. Así que ella... también debe estar adolorida.

Empiezo a sollozar de la rabia que me posee y él me abraza con fuerza. No entiendo por qué estoy llorando, ¡Ellos no se merecen mi llanto! Debo parecer una chica débil y perturbable pero es que la rabia que tengo supera todo, y... suelo llorar cuando tengo mucha rabia es algo normal.

― Son unos idiotas. ―gimoteo.

― ¿Quién te golpeó? ―me pregunta con seriedad, respiro hondo y trago.

― Will me vació una botella de agua en la cabeza y Miranda pegó mi rostro contra la pared. ―sollozo―. Y no me preguntes donde estaba Harry. ―le digo casi enojada.

― Esos hijos de... ―espeta―. ¿Quieres ir a casa? ―me pregunta sutilmente―. Podemos faltar a esta clase.

Dejo de abrazarlo y me seco las lágrimas evitando mirarlo a los ojos. Debo parecer una tonta.

― No voy a quedarme aquí, no quiero que Will diga que he llorado por ellos. Es sólo que me arde la nariz, me quema, duele...

― Le escribiré a Karla para decirle que no iremos a clases. ―me informa y asiento.

Salimos del baño y caminamos por los pasillos. Ni siquiera me atrevo a alzar la mirada para ver a nadie, sinceramente jamás me habían golpeado en la vida, es decir, en la escuela, ni en la secundaria.

Esto es vergonzoso.

Harry está en la entrada de un salón de clases, está hablando por teléfono, me alegro que ese salón este del otro lado del césped porque quisiera que un meteorito le cayese en la cabeza. Parece que mis pensamientos llegan a él porque alza su cabeza y su mirada se cruza con la mía y me queda mirando sin expresión en el rostro. Lo ignoro y camino más rápido. ¿Qué hace en mi campus?

Estoy segura de que Harry les dijo a sus amigos que anoche tuve una pesadilla, no sé qué tanto escuchó Harry pero, pude haber gritado muchas cosas mientras dormía, no quiero ni pensar si las escuchó y se las contó a sus amigos sin importarle mi dolor o mi privacidad.

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