Un grito de vida [UGDV]

Finale

Harry caminó con tranquilidad por aquél liso camino repleto de una blancura inimaginable. Admiró, como aquella lejana primera vez, la similitud que este lugar poseía con la plataforma 9 3/4 ubicada en la estación King Cross y se maravilló.

Porque ahora conocía dónde estaba. Sólo que esta vez podía, casi, detectar una suave música de compañía. 

Siguió caminando sin apresurarse mientras observaba cómo, llegado a un punto, el blanco lugar tomaba leves rastros de color, como si fuesen recuerdos vertidos en un pensadero esto que estaba viviendo. Rió al reconocerse de once años conociendo a los Weasley mientras miles de recuerdos más llegaban con la misma rapidez con la cual se iban.

Llegando al final, o lo que aquella puerta significara, sólo soltó un suspiro. Alargó su arrugada mano a la perilla, admirando cómo ésta recobraba la juventud mientras más cerca de la puerta se hallaba, y la giró. 

Del otro lado sus amigos,  unos amigos mucho más jóvenes y muertos, le daban la bienvenida a lo que ese lugar fuese. Giró la cabeza un momento para observar un último tramo de la estación a color que, en realidad, era más una habitación. En dicho lugar yacía su cuerpo, su ya viejo cuerpo, rodeado por sus hijos, ya adultos, junto a algunos niños y adolescentes.

Y sonrió, porque pese a haber muerto pudo al menos ver a su familia, aquella que había formado con Ginny, una última vez. Murmurando un "Hasta luego" que jamás sería escuchado se adentró a aquél nuevo mundo que la mágica y misteriosa puerta le propinaba.

Y rió, al verse atacado por abrazos. 

Y lloró, porque al fin estaba con aquellos que él quería.

Y asintió, más para Ginny y para él que para nadie, que era hora en la que sus hijos experimentarían sus primeras aventuras solos. 

Aunque ambos confiaban plenamente en su primogénitos, porque ellos eran unos Potter-Weasley.

Porque su progenitora, Ginevra Weasley , había sido una gran jugadora de Quidditch, guerrera, amiga, hermana, novia, esposa además de amorosa y temperamental madre.

Y él... bueno....

Él había sido simple y sencillamente Harry Potter, el hombre que todo lo pudo hasta su muerte.

 Y recordó mientras un Albus, tan viejo como había muerto, le sonreía desde un punto más alejado con Severus Snape: que para una mente bien organizada la muerte no era más que la siguiente gran aventura.  

~Fin~

Así que no me queda nada que decir más que un gracias por haberme acompañado en este corto tiempo con esa historia sin pies ni cabeza. Sé que probablemente no hubo taaaanto Ronmione como hubiesen querido pero... la historia en sí fue para mí un reto, no la tenía contemplada jaja, así que me las arreglé como pude. 

De todos modos sigo teniendo proyectos en mente, así que pronto me verán publicando una nueva historia (que ya tengo planeada y escrita la mitad), por lo cual espero verlos nuevamente en ese momento.

Un grito de vida, finalizado el 08 de diciembre de 2015

[Todos los derechos reservados]