¡Ahou! ¡MI ahou! {Heiji x Kazuha}

Capítulo 1

Me desperté y en cuanto puse un pie en el suelo pisé un charco de agua. Había una gotera en mi habitación. Justo el día que me dio por dormir sin calcetines. En ese momento supe que ese día no iba a ser demasiado bueno.

Mi pelo estaba muy rebelde aquel día, mi coleta era desastrosa pero Heiji ya estaba tocando a la puerta por lo que la tuve que dejar así. Oí cómo mi madre le abría la puerta y le invitaba a desayunar y él como cada día, se negaba alegando que ya era tarde. Bajé corriendo las escaleras mientras cerraba la mochila, y gracias a eso me tropecé con la moqueta y caí de morros al suelo. Al levantar la vista vi a Heiji con la mano extendida queriendo ayudarme a levantare. Sin embargo estaba rojo y aguantándose la risa a más no poder.

-Ahou -dije levantándome yo sola y mirándole mal.

-Encima de que quiero ayudarte.

-Riéndote en mi cara no ayudas mucho.

-Es muy temprano para andar discutiendo y llegamos tarde. Anda vámonos.

Salimos a la calle y comenzamos a caminar en dirección al instituto. Yo pensaba en si mi día podía ir a peor. Tan sumida estaba en mis pensamientos que solo escuché a Heiji la tercera vez que me llamó.

-KAZUHA.

Me sobresalté.

-¿Qué quieres, ahou? Aparte de conseguir que me dé un infarto, claro.

-Pues quería preguntarte que qué te pasaba, pero ya veo que no estás de humor.

Se giró y siguió andando sin mirarme. En ese momento me sentí fatal, pero fui incapaz de pedirle perdón. Maldito orgullo.

En el resto del día no hablé con Heiji, y no porque no quisiera; estuvimos preparando el salón de actos del colegio para el festival de primavera, y el poco tiempo que teníamos libre, Heiji lo pasó con sus amigos sin mirarme siquiera y cada vez que me acercaba, él se alejaba disimuladamente. Es muy extraño, Heiji nunca se había comportado así, siempre me seguía en la discusiones y aunque nos peleáramos nunca aguantábamos más de una hora sin hablarnos.

Al volver a casa él tomó otro camino. Iba a irme sola cuando:

-¿Toyama Kazuha? Soy Minami Ashai y soy nuevo en 2º-B. Espero no molestarte pero como soy también nuevo en el barrio quería preguntarte si te importaría que andáramos juntos.

-Por supuesto que no. Encantada, Minami-san.

-Puedes llamarme Ashai, si lo prefieres.

-Gracias, igualmente puedes llamarme Kazuha sin problema.

Comenzamos a andar y nos dimos cuenta de que vivíamos muy cerca, a un par de calles de distancia.

-Gracias por ser tan agradable conmigo, Kazuha.

-Igualmente. Por cierto, ¿te gustaría venirte al instituto conmigo también por las mañanas?

-Sería un placer. Gracias por todo. Hasta mañana.

-Hasta mañana, Ashai.

Entré a mi casa y pasé una tarde haciendo los deberes más difíciles de matemáticas hasta el momento. Pero no podía pedirle ayuda a Heiji. Supongo que le explicaré la situación mañana al profesor, pensé.

Al ducharme me encontré con la sorpresa de que no quedaba agua caliente. Mi madre me dijo que fuera a casa de Heiji a ducharme. El dilema era '¿vergüenza u olor corporal?'. Olí mis axilas y sin pensarlo cogí ropa de recambio y fui hacia su casa.

Toqué la puerta y la madre de Heiji me abrió.

-Hola, Kazuha-chan. Estaba esperándote. El baño está preparado, pasa ya si quieres.

-Muchas gracias por todo.

-De nada, cielo.

Me di un baño relajante. El mejor momento del día sin duda.

Justo al salir del baño me encontré cara a cara con Heiji. Bajé la vista unos segundos de lo nerviosa que estaba, pero pensé ''lleváis años siendo amigos, ¿a qué viene esto ahora?''.

-Heiji, lo siento por lo de esta mañana. Hoy definitivamente no ha sido mi día. Espero que puedas perdonarme.

Heiji permaneció serio unos momentos, para después esbozar una pequeña sonrisa y añadir en voz baja:

-Ahou, a veces creo que no debería perdonarte. Luego al mirarte me das pena y siento que debo hacerlo.

Me sentí alegre y ofendida a la vez, por eso dije entre risas:

-Tú sí que eres un ahou.

-Sí, pero soy tu ahou.

En ese momento no pude escuchar eso último, pero pronto lo descubriría.