Capitulo 51

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¿En qué estaba pensando?

Eso me pregunto, en qué estaba pensando cuando le dije que sí a mi loca amiga. Ahora estaba en un vuelo directo al lugar que tenía pensado no pisar por mucho tiempo. Creí que comentarles la idea a mis padres sería bueno porque me prohibirían hacer esto a pocos días de irme. Pero al perecer estas semanas fueron mucho para ellos sino no me explico cómo fueron capaces de empujarme a que lo hiciera.

L.A. aparecía detrás de algunas nubes y no pude evitar pensar que otra vez estaba en aquí, no pensar en él también era inevitable. Lo más triste de todo era no poder eliminarlo de mi mente ¿era triste o era tonto? Es que ni siquiera podía odiarlo y realmente quería hacerlo por haber sido el idiota que me llevó más alto de lo que nunca había estado antes solo para enviarme a lo más bajo.

No había caso. No podía odiarlo pero al menos ahora no lloraba. Quizás mi cuerpo ya no producía más lágrimas o solo me empecé a acostumbrar a la idea de que todo se terminó.

Y que... Hay que seguir adelante.

La voz de la azafata me sacó de mis pensamientos, aterrizaje y aquí vamos. Es solo un día.

¿Qué podría pasar?

—¡Ahhhh! —Un grito agudo y ensordecedor me dejo paralizada. —¡Estas acá!

Genial. Jenny era una fiesta desde temprano, abrió la puerta y me abrazó como si hubieran pasado años sin vernos. Igual era lindo, poder estar con ella y su locura aunque sea un día.

Tal vez no fue tan mala idea.

—Y que querías que hicieras después de quince llamadas perdidas... Para que no digas que soy una mala amiga. —se echó hacia atrás entre risas.

—Ya te extrañaba

Acompañada por la risa entre al departamento de Jenn.

Todavía era temprano ya que opte por hacerle caso y llegar el viernes, dispuesta a pasar el dia y la noche de mi cumpleaños con ella. Mi amiga tendrá una locura importante en su cabecita pero era sin dudas la mejor de todas, no solo porque a distancia fue un gran apoyo sino porque me estaba recibiendo con un súper desayuno. Y quien te recibe con tostadas y nutella tiene que ser especial.

—Entonces... ¿Es definitivo que te vas indefinidamente de viaje? —dijo revolviendo el azúcar de su té.

—Sí, antes de venir saque los pasajes. —tome un sorbo de mi café, mientras subía mis pies a su sofá. —Primer destino, Barcelona.

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro pero no en el de Jenny. —No te quiero mentir, me gustaría estar feliz por lo que me estas contando...

—Sí, lo sé. No siento que deba obligarte a que pienses que estoy haciendo bien las cosas.

—No creo que esté mal. Solo te voy a extrañar y... Estaría contenta por vos si al menos te viera feliz. —me dijo, tomando un almohadón para ponerlo entre sus piernas.

—Es que no estoy feliz. —puntualicé y continué. —Pero estoy bien con la idea de alejarme, conocer gente nueva, además será todo un reto.

—Ojala sea lo que necesites...

—Eso espero. —tomé otra tostada y la unté con mermelada esta vez, porque si seguía con netella mi viaje lo haría rodando. —¿Y vos? ¿Qué hay de nuevo en este tiempo que no estuve?

—No mucho en realidad. —quiso restarle importancia a la pregunta pero no le salió bien así que solo la miré alzando una ceja. —Ok. Estamos en algo oficialmente.

—¿Con Agustín?

—Seh. —Una sonrisa se le escapo. —No es gran cosa pero nos vemos bastante.

—Woow, quien te viera al fin casada. —comente divertida.

—No te burles, me esta costando.

—Pero ¿por qué? Si están bien juntos, no hay que dar tanta vuelta.

—¿No es un poco raro que justo vos me estés diciendo esto?

—Sip, pero no estamos hablando de mí. —reí.

Pasamos un buen rato charlando hasta que Jenn creyó conveniente que me despida de la costa, así que fuimos a la playa, almorzamos por ahí y por la tarde de regreso paseamos un poco por el centro comercial, no compramos más que golosinas pero era divertido igual. Por la noche pedimos una pizza la idea era luego pedir helado y soplar las velitas. Todo demasiado inocente, ¿que me habrá hecho pensar que Jenny no tenía otros planes para mí?

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Ni lo sueñes! —dije parándome de golpe.

—Por favor... Me acaba de llamar para que vaya y se que puedo arreglarlo. —tomo un respiro. —Vamos le hago saber que no puedo quedarme la noche entera atendiendo y volvemos. Tan simple como eso.

—¡Jenn fui clara! ¡No quiero salir!

—Pero no es una salida en sí. Solo me estarías acompañando un rato al bar a hablar con mi jodido jefe.

—Pensé que habías pedido el día.

—Yo también lo creí. Dale vamos, será solo un rato.

—No, yo te espero acá. Además no tengo que ponerme.

—No voy a dejarte acá sola y si es por eso... —la vi correr hasta su armario. —Tengo un par de vestidos que me prestaste acá.

—¿Es un chiste? Eso ni siquiera me debe entrar ahora.

—Ay si no serás exagerada, si aumentaste un kilo es mucho nena.

—No quiero Jenn. —dije haciendo un berrinche de nena chiquita.

—Ponete esto, querés. —Dijo tirándome un vestido negro por la cabeza. —Arreglate un poco y que no se hable más vos venís conmigo al bar.

Termine por hacer lo que "mi amiga" decía, mientras ella se cambiaba me apuraba.

Por suerte, mi pelo no se veía muy mal después de una ducha, colgando suelto. Algo de corrector, máscara de pestañas y brillo de labios, robados del baño de Jenny, me dejarían tan lista como podría estarlo en menos de cinco minutos. Le pedí que al menos me diera algo de tiempo para no salir medio desnuda a la calle.

No entendía que la apuraba tanto.

Finalmente, la chica en el espejo se veía bien y felizmente, el vestido todavía me quedaba muy bien. Sin embargo, no me había dado cuenta de que vestido era hasta que lo tuve puesto. Podría haber sido cualquiera, pero de todos los vestidos míos que posiblemente tenga Jenny en su armario, ¿justo este tuvo que pasarme? En fin, lo ignoré porque tampoco había tiempo para un cambio. Deslicé mis pies en unos zapatos negros súper altos, comenzaba a pensar que pretendía prostituirme o algo así... Tras un grito, apurándome, me dirigí hacia afuera, tratando de mantener mi vestido en su lugar.

Hacía mucho tiempo que no me arreglaba para salir.

—Ay, ¿ves tonta? Estas hermosa. —dijo tomando su bolso y abriendo la puerta.

—Callate, antes de que te mate.





"Una jugada inesperada"Where stories live. Discover now