Capítulo 16 Recuerdos de un lugar Terrible de mi Mente

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CAPÍTULO 16 RECUERDOS DE UN LUGAR TERRIBLE DE MI MENTE

Después de la conversación que tuvimos en el salón no volví a ver a Edward durante el resto del día. Era domingo, pero al parecer se había encerrado en su despacho, seguramente a meter la cabeza de lleno en su ordenador y a volverse loco con las cifras. Bendito adicto al trabajo... Estuve parte de la tarde adaptando el portátil que me había dado Edward para cubrir mis necesidades como estudiante de carrera, aunque estaba equipado con todo lo que podría necesitar, y a revisar los libros que había conseguido traerme de Seattle. De haberlo sabido me hubiera traído todos mis libros...Había sido un detalle por su parte el hecho de permitirme seguir con mis estudios. Eso era bueno, más que nada porque había salido de él, ¿no? Aunque todo lo iba a hacer online al menos tenía una gran distracción en mi nueva vida... una distracción que no fuera Edward, obviamente.

Cené sola. Emily llegó a media tarde, así como Sam y Seth, para reanudar sus tareas laborales... Mientras tanto ni rastro de Edward. ¿Se habría enfadado por mis estúpidas preguntas? Me lo había avisado. Me había dicho que no tensara la maldita cuerda, que podía romperse...pero lamentablemente me avisó tarde. Mi boca había estado demasiado suelta, poco obediente, nada sumisa... Ya estaba hecho. Sin duda su infancia y el comienzo de su adolescencia no habían sido muy felices... ¿dónde habría estado durante todos esos años? ¿En un orfanato? ¿Desde qué edad? Oh, Dios mío... simplemente de imaginarme a un pequeño niño de ojos verdes y tristes y con el pelo cobrizo, sólo y desamparado, sin nadie que le diera cariño...me dieron ganas de llorar. Me sentí terriblemente horrible porque la imagen de ese niño en mi cabeza me recordó a Matt.

Me sentía culpable.

Lo había dejado sólo... Bueno, sólo no. Estaba con Sue, sabía que ella le protegería de todo y de todos. Aun así, mi padre no le hacía caso y yo estaba lejos de él. Estaba lejos, muy lejos... follando en una habitación negra, oscura y erótica... Quizás me sentiría menos culpable por esa distancia que nos separaba si yo lo estuviera pasando realmente mal. Si Edward se portase verdaderamente mal conmigo, si fuera desagradable estar con él, si me redujera a la nada... Pero no pasaba nada de eso. Al revés. Aunque apenas se podía sentir, esta relación que mantenía con Edward, si es que se le podía llamar así, había cambiado. Al menos ahora podíamos mantener una conversación medianamente normal, eso sin duda era un gran paso. Me había llevado a conocer a sus padres, habían sido amables, me habían acogido en su casa... Dios, empezaba a tener remordimiento de conciencia...por no estar pasándolo tan mal como creí en un principio.

Reconozco que tuve la esperanza de que Edward viniera a mi habitación por la noche, como él mismo me había avisado de que podría pasar. Maldita pervertida. No, no sólo era el sexo. Simplemente quería verle de nuevo para comprobar que no se había enfadado conmigo, o simplemente para comprobar que estaba bien... Sí, sí... también me sentía culpable por lo de Edward, porque mi bocaza y yo le habíamos preguntado por un pasado seguramente doloroso... y yo no había hecho otra cosa más que recordárselo.

Evidentemente no vino.

Sin duda esta no estaba siendo una de mis mejores noches. Miles de sentimientos encontrados se cruzaban y se agolpaban en mi cabeza, se chocaban unos contra otros en un inmenso caos... Matt, su voz, Edward, sus detalles, su carácter frío, su pasado...

Vi a Matt sentado como si fuera un pequeño indio. El cielo estaba prácticamente negro, parecía que era de noche... era evidente que iba a llover. Matt estaba sentado en el parque, en el arenero. No había niños saltando y jugando en los columpios, no había mamás con carritos de bebés, no había patos en el estanque... y todo por esa fría atmosfera que nos rodeaba. La tormenta era inminente, los rayos en el cielo visibles en la lejanía. Las ramas de los árboles se agitaban con fuerza, creando un ruido ensordecedor, una siniestra melodía desagradable. Tenía que llevármele de ahí lo más rápidamente posible.

Suavemente, me matas (+18) #Wattys2016Where stories live. Discover now