-~ 02 ~-

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Salí corriendo tan rápido como pude, dejando el teléfono caer sobre el suelo. Escuché que se golpeó pero no me importó.

―¡MATT! ―volví a gritar cuando salí.

―¿Qué pasa? ―me respondió y chocamos.

―¿Estás bien? ―pregunté―. ¿Te hizo algo?

―¿Quién? ¿De qué hablas?

―¿Qué sucede? ―preguntó Irene saliendo de la casa.

―Vi... ―no sabía cómo explicarlo―. Vi algo.

―Ven ―Irene me tomó del brazo―, entra.

Me sentaron en la silla y me preguntaron qué era lo que había visto.

―Estaba aquí, y... y vi una sombra, pasar muy rápido, y pensé...

―Que era uno de ellos ―completó Irene.

Asentí.

―Ten. ―Era el segundo vaso de agua que me brindaba Matt―. Tal vez era un pájaro...

Bebí el agua y sonreí. Tal vez era eso.

―Deberías dormir un poco ―me dijo Irene―. No has dormido mucho desde que vinimos. Ven.

Me tendió la mano y yo la tomé. Como a una niña pequeña, me guio hasta la habitación de Jacob y me dejó en la cama.

―Estaremos aquí por si nos necesitas ―mencionó en tono de madre. Sonreí.

Se paró y se detuvo en la puerta antes de salir.

―No es que como que tengamos a donde ir tampoco. ―Añadió con una sonrisa.

Sonreí en respuesta.

Mi mente era un lío. Sabía que esa sombra no había sido un pájaro. Estaba segura de que había sido algo más. No diría nada para no preocuparlos. Lo último que me faltaba era que pensaran que estaba loca.

Pensé en Jacob. ¡El teléfono!

Me puse de pie, abrí la puerta y salí de golpe. Matt e Irene me quedaron mirando. Estaban tratando de sintonizar algo en el televisor viejo de Jacob.

―¿Qué pasa? ―preguntó Matt.

―¿Te sientes bien? ―preguntó Irene―. ¿Viste algo?

Quizás ya estaban empezando a pensar que estaba loca.

Busqué con la mirada el teléfono y lo vi bajo la mesita del televisor. Corrí a tomarlo.

―Eh, eh, eh ―me detuvo Irene―. No vas a hablarle así.

―No me trates como si estoy loca ―gruñí, y me arrepentí al instante.

―No creo que estés loca ―me dijo muy calmada―. Es solo que estás alterada, y Jacob se dará cuenta, y se va a preocupar. ¿Quieres preocuparlo?

Irene tenía la jodida razón en cada palabra.

―No ―respondí en voz baja mirando la pantalla apagada del celular en mis manos.

Irene extendió la mano y yo, luego de dudar un poco, le di el aparato.

―Ahora ve a descansar un poco.

Me di media vuelta y caminé de vuelta a la habitación, encontrándome con la mirada de Matt en el camino.

―Ya oíste a mamá ―bromeó.

Destino Condenado [AOC #2]Where stories live. Discover now