El Ajedrecista Del Durazno

La Salida De La Torre

—El Susurrador

Claro que el ser no podía salir fácilmente de aquella torre, oculta por las nieblas del mar, desterrada hasta más allá del sureste, donde pocos logran llegar vivos, en especial porque su aspecto no le permitiría mantenerse estable en el agua.

«Debo tomar la forma de algún otro ser, porque mi oscuridad no puede deslizarse por el mar.»

—¿Qué podré aprovechar para poder llegar hasta la Tierra y reclamar el durazno? —dijo a sí mismo.

—Amo, usted es ingenioso, encontrará una manera de llegar, estoy seguro —se dijo de nuevo a si mismo con su voz de asistente.

—Me acabas de dar una muy buena idea, mi fiel seguidor.

Dicho esto, se movió hacia un balcón y tomó aquel cuadro de madera donde yacía dibujada una mujer humana. La miró largo rato y luego pronunció:

—Necesitaré dividir mi ser en varias partes, lo que resultará fácil. Pero para que pueda moverme por ahí, mis partes serán humanos. Aunque más bien, todos seguirán siendo yo y teniendo mi consciencia, como si yo tuviera mil ojos.

—¿Y cómo nadará usted hasta la Tierra? El viento podría romperlo aún en más de mil partes y si este no lo hace el agua lo disolverá. Usted es un ser tan supremo que la dimensión física de este lugar no es muy apta para usted.

—Tonterías, aunque grandes observaciones, fiel seguidor. Lo que haré es convertirme en algo más duro y siniestro.

Se deslizó hasta el piso más bajo de la torre y salió por la puerta. El pasto de la diminuta isla donde estaba la torre empezó a secarse nada más al acercarse el ser. El aire empezó a contaminarse rápidamente de una tristeza y rabia extrañas, debido a que una tormenta estaba presente ahí, una tormenta que creaba enormes olas que chocaban contra la isla, que estaban disolviendo al ser, igual que el viento fuerte.

—Esto es muy fuerte, pero resistiré un poco más —en ese momento vio un cuervo volando hacia el noroeste.

Hubo una difuminación y la tormenta que salió de ahí era de un montón de cuervos.

«Eran mil, tristes y llenos de rabia.»    

Publicado el 20 de diciembre de 2015.