Epílogo

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Quiero agradecer a todos los que leyeron este fic, no pensé que llegara a tener éste éxito... Es decir, no es la gran cosa pero en verdad gracias.

Este es el epílogo, lo hice lo mejor que pude y espero que les guste.

Pd. Lo siento...

-Italy

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La habitación estaba repleta de cajas etiquetadas que estaban completamente llenas.

Llamaron a la puerta, volteó para esbozar una sonrisa y seguir empacando todas sus pertenencias.

-Hey, ¿qué estás haciendo?

-Empacando.

-Mila, las clases comienzan en dos semanas, ¿para qué empacas ahora?

-Lo sé.- respondió la morena a sus dos mejores amigas, Ally y Dinah. –Pero el director de la universidad se comunicó conmigo, dice que mi currículum es sorprendente, así que me ofreció un puesto como edecán para el siguiente año; tengo que ir a partir de hoy para conocer las instalaciones y socorrer a los edecanes de último año.

-¡Mila! Esa es una excelente noticia.- exclamó Ally.

-Definitivamente.- sonrió Camila. –Viviré ahí durante un par de meses, mis padres decidieron mudarse así que regresaré con ellos cuando la mudanza esté lista. Las extrañaré mucho.

-Oh, sí. Sobre eso...- dijo Dinah evitando el abrazo de la morena.

-¿Qué ocurre?

-Ally y yo te tenemos una importante noticia.

-¿Está todo bien?- preguntó Camila un poco alarmada.

Dinah y Ally se miraron la una a la otra con una sonrisa traviesa y sacaron un papel cada una.

-La verdad es,- comenzó Ally. –que no te podrás deshacer tan pronto de nosotras.

-También fuimos aceptadas en la universidad de Nueva York.- dijo Dinah emocionada, ambas extendiendo sus cartas de aceptación a Camila, cuyos ojos brillaron y se abalanzó sobre sus dos mejores amigas.

-¡Es asombroso chicas! ¡No puedo creerlo, las felicito!

-Mis padres compraron un departamento para mí, y decidí que lo compartiré con Dinah así que podrás quedarte  con nosotras siempre que quieras. Incluso puedes mudarte ahí, es lo suficientemente grande para las tres y está a un lado de la universidad.

-Eso sería asombroso chicas. Prometo que discutiré con mis padres sobre esto.- rió la morena. –¿Qué hay de Troy?

-Consiguió un trabajo como mecánico en Nueva York, así que también se mudará.

-Y no vas a creer de qué más nos enteramos.- dijo Dinah.

-¿De qué?

-Vero también fue aceptada. Estaremos todos en Nueva York.

-Casi todos...- murmuró Camila lo suficientemente alto como para que las chicas lo escucharan.

-Creo... Que ya debemos irnos.- Dinah cambió el tema, sintiéndose un poco culpable por causar aquel recuerdo a la chica de ojos chocolate.

-Es mejor que te apresures si no quieres llegar tarde.- continuó Ally. –Te veremos en dos semanas.

-Cuídense chicas, las veré en dos semanas.

-Recuerda no hablar con extraños.- finalizó la polinesia antes de abrazar a Camila, Ally imitó el acto y salieron después de despedirse.

Lo último que le faltaba a Camila eran sus maletas. Se sentó en la cama y antes de guardar las últimas cosas, sacó de una de las cajas su viejo diario, pasó sus dedos delicadamente sobre la pasta y finalmente lo abrió casi por el final.

Suspiró.

-¿Por qué tuviste que marcharte?- le preguntó a aquella tira de fotografías que se encontraba en medio de dos páginas.
La levantó y admiró los momentos que se encontraban ahí congelados, para después tomar la pluma que estaba debajo.

No era una pluma para escribir. Era una pluma de alas.

-¿Cómo pudiste dejarme de esta manera?- volvió a preguntar, pero ésta vez recordó cada detalle de aquella noche.

Recordó los ojos de Lauren mirarla con culpa, después la mirada que lanzó a los padres de la ojiverde, esperando que lo que estaba por venir no fuese verdad; y finalmente otra mirada de su entonces novia, una mirada que sólo gritaba 'lo siento', para finalmente preferir a sus alas en lugar de a Camila.

Jamás había sentido una sensación como aquella.

Decidió que no podría deshacerse de aquellos recuerdos, pero tampoco podría detenerse para sufrir.

Si Lauren algo le enseñó, fue que la vida sigue y no espera a nadie.

Cerró el diario antes de ponerse a llorar y lo guardó en una caja etiquetada como 'cosas importantes que deben dejar encima de mi cama'. Pues sus padres se llevarían aquellas cajas a la nueva casa y les harían lo que decía en las etiquetas, tiempo después Camila se encargaría de acomodar todo a su gusto.

Cerró su maleta, la haló del asa y se dirigió a la parte baja de su casa en Miami, esa sería la última vez que estaría allí.

-Mamá.- llamó desde la sala, antes de salir por la puerta principal. –Ya me voy.

Su siguiente destino: la universidad de Nueva York.

Angels To Fly (Camren)Where stories live. Discover now