Capítulo 10:

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A pesar de mi insistencia no obtuve una respuesta. Me estaba empezando a preocupar seriamente ¿Qué había pasado? Estoy completamente segura de que Deb. Estuvo rondando mis últimas clases de hoy en el edificio B y ahora por más que trato, no puedo localizarla.

¿Dónde podría estar? Veamos...ya llevo quince minutos llamándole a su celular sin que me conteste ni una sola vez, sin embargo, la llamada sí pasa tono. Pareciera que no puede contestarme o no tiene a su celular a la mano. O, por el contrario, puede que se enfadara de esperar y se haya adelantado a mi casa, aunque en ese caso, también es extraño que no conteste su celular ni mi teléfono particular.

Sentí como mi mandíbula se estaba tensando por culpa de la preocupación. La urgencia de localizarla se hacía cada vez más grande, y antes de dejar la escuela quise dar un paseo por los alrededores de la preparatoria para comprobar si estaba perdiendo el tiempo despreocupadamente por ahí.

Y bien, una vez más lo hice. Di una última vuelta a su salón de clases en el remoto caso de que se le hubiera ocurrido regresar a este; pero tampoco fue el caso. Había verificado cada laboratorio, los baños, cafetería, canchas y biblioteca sin ningún resultado. << Tal vez decidió irse a su casa después de todo>> pensé un poco desanimada por la idea. Aunque en esencia, eso no explicaba porque no atendía mis llamadas.

-En fin, no pierdo nada si le llamo a su casa. - Saqué nuevamente mi celular y comencé a teclear el número de su casa, cerré los ojos con fuerza anhelando fuertemente que esta vez ella tomara el teléfono para finalmente poder quitarme la creciente inquietud que se acumulaba en cada intento fallido.

- ¡Vamos, contesta! – Desee en silencio. No obstante, el resultado fue el mismo.

Ya un poco agobiada, me senté en la orilla del escritorio, posé una mano en mi rostro y sopesé la tentadora idea de marcharme rumbo a mi casa. Apreté fuertemente mis ojos cerrados y la sensación de incomodidad se instauro otra vez en mí. ¿Dónde se había metido? ¿Por qué demonios no me había avisado? ¿Que estará haciendo justo ahora? Ésas y decenas de diversas cuestiones aparecían una tras otra en mi mente y entre tantas ideas conjuntas, hubo una larga pausa en lo que mi mente hacia un repaso completo del día en busca de alguna pista, un recuerdo o algo que me ayudara a encontrarla y de repente, recordé que aún quedaba un lugar en el cual no había comprobado: el almacén.

Corrí rápidamente hasta llegar al almacén próximo a las canchas de basketball y lamentablemente, no fue una distancia tan corta como me hubiera gustado.

Al llegar a dicho lugar, lo primero que hice fue examinar la cerradura de la puerta percatándome de que tenía puesto el seguro; mas no estaba cerrada con llave.

Por lo que pude comprobar, forzar la cerradura no serviría de mucho. La puerta se veía algo pesada como para que sirviera un simple intento de violarla solo con mi fuerza, de cualquier manera, algo realmente comenzaba a alarmarme: Primero, que la puerta estuviera cerrada por dentro en definitiva no era buena señal, no tendría sentido a menos de que alguien aun permaneciera adentro. Dedique una veloz mirada a mi reloj y comprobé que aún podría obtener el repuesto de la llave en la sala de profesores.

Así que eso hice y fui a buscar el repuesto.

~Narra Débora~:

El repentino y áspero sonido de la puerta metálica del almacén siendo forzada, asustó enormemente a Andrea, y de paso, a mí también. Tal vez la espera había valido la pena y mis ilusiones no resultarían vanas, anhelaba que la persona al otro de la puerta, sea quien sea, lograra entrar y diera fin a mi desagradable situación.

Ella es mi mundo.Where stories live. Discover now