Capítulo 37

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¿Por qué siempre que lo veo, me quedo así? Sí, vuelvo a estar congelada delante de él. Esos ojos que ahora me miran preocupados, causan algo en mí, que ni yo misma se. Entra en la habitación y cierra la puerta. Chris no separa su mirada de la mía, miro como aprieta su mandíbula y su cuerpo se tensa. 

- ¿Qué te pasó? - Pregunta acercándose. 

- ¿Por qué preguntas eso? - Digo algo sorprendida. - No me pasa nada. - Afirmo.

- ¿Puedes por un momento parar de mentir? - Pregunta alzando la voz.

- Yo no miento. - Miento bajando la cabeza. 

- Sé que te pasa algo. Lo noto. - Una pequeña risita salió de mis labios. - ¿De que te ríes? - Dice empezando a enfadarse.

- ¿Lo notas? - Le pregunto riéndome, hasta que Chris asiente y mi sonrisa desaparece. - No entiendo porque piensas eso. - Él empieza a andar por la habitación.

- Tus ojos me lo dicen todo. Nora, eres como un libro abierto. También sé, que después de las confesiones del otro día, aún no confías en mí. Que aún piensas que sabes mentir, pero no es así. Eres transparente. - Dice parándose de golpe y acercándose a mí de nuevo. - Necesito que confíes en mi, ¿vale? - Pregunta, necesitado un si como respuesta.

- ¿Por qué me dices todo esto Chris? - Pregunto algo confusa.

- Tú, no lo entiendes. - Dice riéndose y bajando la cabeza, para volver a levantarla. - Necesito que confíes en mí. Sólo dime que si. - Dice agarrando mis muñecas, me está empezando a asustar. 

- ¿Podrías explicarme qué es lo que pasa? - Sigo preguntándole, pero no me hace caso y continúa apretando mis muñecas. - ¡Chris! - Grito. 

- Por favor. - Insiste.

- ¡Me estás haciendo daño! - Grito de nuevo. 

- Nora, hazme caso de una puta vez. - Dice apretando mis muñecas.

- Si necesitas que yo confíe en ti, yo necesito que tú confíes en mí. - Explico, haciendo que Chris se relaje un poco. - ¿Pasó algo malo? - Al momento de preguntar, baja la cabeza y se aleja de mí. 

- No pasó nada. Olvídalo. - Dice pasando su mano por el pelo.

- Vaya Chris. - Digo con un tono de voz burlón, haciendo que él me vuelva a mirar. - Parece que no soy la única que no sabe mentir. - Él me mira y sus ojos se ponen de un color más intenso. 

- ¿Qué no eres la única? Estás admitiendo que mientes, ¿lo sabes no? - Mierda. - No eres muy inteligente. - Me dice con una falsa sonrisa.

- Cállate. - Contesto fría. - ¿Qué te importa a ti, lo que me pasa? - Pregunto ya frustrada. - Si esto es sólo un juego, ya puedes parar. No pienso caer.

- No fui yo quién empezó la apuesta, ¿recuerdas? - Me recuerda. Joder Nora, siempre metiéndote en estas estupideces. 

- Lo sé. - Admito. - Pero no estoy hablando de eso. Me refiero a que no puedes estar un día bien, queriendo ayudarme y al siguiente tratarme así. - Intento seguir hablando pero me corta.

- No te trato de ninguna manera. - Dice sentándose en la cama. - Me das igual, pero claro que quiero ganar esa apuesta. Eres una más, haré que te arrepientas de haber apostado conmigo. Tu no pararás de pensar en mí y en ese momento, yo estaré con otra zorra como tú. - No me lo pienso dos veces y mi puño aún herido, le da en la mejilla. No recuerdo cuantas veces pasó este justo momento. 

- Eres gilipollas. - Grito en su cara. Con su mirada lo mas fría y seca posible, mientras que se intenta controlar. - No hagas eso, no te controles. Di todo lo que tengas que decirme. ¡Venga, dímelo! - Grito más cerca de él. - No me importa lo que digas de mí, yo se que no es cierto. Tu opinión me la pela, ¿entendiste? - Sigo diciendo alejándome un poco. - Suéltalo todo y lárgate. Me da igual la apuesta, pensé que nos estábamos empezando a llevar bien, pero parece ser que sólo lo pensaba yo. 

- Ese era el primer paso, hacer que confiaras en mí y convencerte de que podríamos llegar a ser amigos, o incluso algo más. - Comenta con una pequeña sonrisa. - Lo estaba consiguiendo, por lo que veo. Pero ya no me importa. No tengo nada que decir de ti, porque tú no eres nada, ni nadie. - Y ahí estallé, mis ojos se llenaron de lágrimas y empezaron a recorrer mi rostro. 

- Genial, conseguiste lo que querías. Ya puedes irte. - Dije sin fuerzas. 

- Perfecto. - Se levanta de la cama y antes de marcharse me mira. Sabía que yo le daba igual, pero había algo de dolor en él. - Por cierto, límpiate la cara, estás horrible con el rimel corrido. - Me avergüenzo y el se ríe para luego irse. 

Escucho murmullos y varios golpes abajo. Está pasando algo, esto no es normal. Los ruidos cesan y un gran golpe resuena desde la puerta principal. Miro por la ventana y veo a un Chris muy enfadado, con los puños apretados y mandíbula tensa. Voy a resolver esto.

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Sé que es muy corto, no me matéis pero los exámenes me estaban matando. En Navidad voy a seguir mucho más seguido. A partir de ahora voy a poner preguntas al final de cada capítulo para saber más sobre vosotros y viceversa. Votad y comentad que os parece.

¿De dónde sois?

Yo de Galicia, España.

Un abrazo a todos y MUCHAS GRACIAS POR TODO.


Un blanco fácil. [#Wattys2016] CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora