Past

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Esa noche:

—Agh, ¡¿por que es tan difícil preparar un buen café?! —bufó Midori viendo su taza con molestia, eran la 8:25 pm y la castaña no había parado de practicar desde que había llegado del estudio de Uta.

—Si sabe mal, es porque algo estas haciendo mal, Baka —dijo una voz entre las sombras haciendo que la castaña soltara un alarido y soltara la taza que sostenía en sus manos. Sin embargo, esta nunca llegó a romperse.
Una mano blanca sostuvo la taza a milímetros del suelo mientras que un par de ojos grises miraban a la chica desde el suelo.

—K-kkk-Kaneki —susurró la castaña viendo al albino con los ojos como platos.

El peliblanco simplemente se levantó y la miro con sus profundos ojos grises, se acercó a la barra donde la castaña había estado preparando café momentos antes de su aparición. Midori solo lo observaba estática desde su posición, Kaneki tomo a la castaña del brazo y la jaló hacia el hasta colocarla de espaldas frente a el.

Midori intentó retroceder pero el albino se lo impidió colocando una mano en su cintura, volvió a jalarla y la colocó frente a si, lo que provocó que las mejillas de la chica se tiñeran de un fuerte carmín.

—Tómala—ordenó Kaneki refiriéndose al jarrón de agua caliente que estaba frente a ambos. La castaña tembló levemente y asintió con la cabeza antes de cumplir con la orden.

Kaneki tomó la mano de la castaña entre la suya y comenzó a vaciar el contenido sobre el café que había en una cafetera de cristal.

—Debes hacerlo con lentitud, esfuérzate al hacer las espirales  —Indicó el mayor a lo que la castaña solo asintió mientras veía el proceso con atención. Momentos después el café estaba listo.

—Pruébalo —ordenó el chico separándose de la castaña. Esta sirvió un poco del líquido negro en una taza y la acercó a sus labios, tras darle el primer sorbo, acabó con el contenido de la taza en unos segundos.

—Delicioso —declaró la castaña viendo al peliblanco. Este sólo la miró con sus fríos ojos grises y simplemente asintió en agradecimiento al cumplido.

—Debes practicar, si quieres que te salga bien —aconsejó el albino a lo que la castaña asintió, en eso, la nariz de Kaneki percibió un olor proveniente de la castaña y en un abrir y cerrar de ojos este estaba frente a ella. El peliblanco acercó su rostro al de la castaña e inhaló profundamente.

—Comiste —aseguró el albino viéndola a los ojos.

—Tuve que hacerlo —respondió la castaña —.Pensé que si comía un ojo, podría aguantar el hambre por cierto tiempo.

—¿Por que? —cuestionó el albino.

—Para no lastimar a nadie —respondió la castaña

—Midori —dijo Kaneki viendo a la castaña con su rostro impasible  —. Si no quieres lastimar a nadie, te sugiero que comas, de lo contrario puedes terminar lastimando a alguien, no puedes negar lo que eres.

—¿¡Crees que no lo sé?! —Estalló la castaña con lágrimas en los ojos —. Por mucho que quiera, ¿de que serviría negarlo?, eso no cambiará nada

—¿Entonces lo aceptas? Aceptas lo que eres? —preguntó el peliblanco con un gesto interrogante.

—¿Que opción tengo? —preguntó —. Es vivir de este modo o esperar a que el hambre acabe conmigo

Una pequeña sonrisa luchó por asomarse en los labios del platinado, pero se contuvo.

En eso, la castaña decidió plantearle a Kaneki, la pregunta que había surgido en su mente aquella tarde.

Entre dos Mundos (Kaneki Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora