Siempre Nuestros

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Capítulo 8

─ ¿Cómo te sientes? ─ mamá retira uno de mis auriculares para llamar mi atención, lleva entre las manos un gran vaso con malteada de chocolate que me ofrece.
─Estoy bien, gracias ─ tomo la bebida y dejo que refresque mis manos antes de darle un sorbo.

─Estás triste ─ acaricia mi cabello acomodando unos mechones detrás de la oreja, trato de restarle importancia al asunto, aunque sé que ella desea escuchar la verdad.

Con sus poderes mágicos de madre puede adivinar lo que sucede, se arrodilla frente a mí, toma mis manos y me obliga a mirarla, sus ojos grises mirándome con ternura.

─Mamá...

─Debes escuchar lo que diré con mucha atención ─ pero no hace falta que ella diga nada para hacerme sentir mejor, su sola presencia en un momento complicado de la vida me motiva ─. No puedes idealizar al novio perfecto.

Me hace fruncir el ceño, quiero soltarme de sus manos, pero no es algo que vaya a permitir, ahora no quiero escucharla, había recibido ese discurso muchas veces, de mi mejor amigo y obvio de mis hermanos, pero yo tenía una misión en la vida...

─ Llegará el momento en que te enamores perdidamente de una persona, tal vez no lo notes porque será tan natural y espontáneo que te sorprenderá, cuando menos lo esperes.

─ Pero yo quiero que alguien me ame, ahora ─ me siento como una niña pequeña refunfuñando por obtener algún juguete, pero era lo que más anhelaba.

─ ¿Por qué? ─ exige mi respuesta, ambas la sabemos, pero espera con paciencia hasta que no puedo retenerlo más dentro de mi pecho.

─ Porque casi lo tenía, porque siempre me quedo a un paso de obtenerlo ─ se me corta la voz, decirlo a alguien más libera una gran carga en mi pecho, y que sea a mi madre lo hace aún más reconfortante.

A lo largo de mi patética vida amorosa siempre era el "casi algo" de todos, no había podido mantener una relación real por más de dos semanas, mi única relación duradera era con los dramas románticos, como dije patético.

Desde hace años me preguntaba ¿que había de malo en mí?, ¿por qué no era digna de ser amada?, sin duda estaba defectuosa, algo había en mi persona que repelía el romance, irónicamente yo era la fan número uno del amor, me encantaba verlo en todas sus versiones y solo quería recibirlo.

─Mi niña ─sus manos aprietan mis mejillas con ternura ─. Desearía borrar todo ese dolor que cargas – se pone de pie para abrazarme.

  » Addie, tú mereces el mundo entero, mereces que te amen de la misma manera en la que estas dispuesta a entregarte a la persona correcta, pero antes de que eso suceda, debes amarte a ti misma primero.

Me da un beso en la frente antes de marcharse, le doy vueltas en la cabeza a lo que ha dicho, ¿amarme primero?, era una persona muy popular, casi famosa en internet, muchos comentaban mis videos y publicaciones en línea diciendo lo mucho que me amaban, tal vez debería buscar el amor por ahí.

Desecho la idea de inmediato, buscar amor por internet no era nada romántico, yo quería algo real, deslizo mi dedo por la pantalla del celular, estudiando todas mis publicaciones, no podía reconocerme en algunas de ellas, me mostraba como una mujer poco real, solo las mejores partes de mi vida eran compartidas y unas ni siquiera eran reales.

─ ¿Quieres dar un paseo? ─ habla desde el marco de la puerta ─. Podemos ir por pizza ─ extiende su mano tratando de convencerme ─. También te llevaré por helado de mango.

Una sonrisa es suficiente para hacerle saber que me ha convencido, tomo su mano sintiendo el corazón acelerarse, trato de mantener la calma, pero fracaso, así que debo soltarlo, él me mira por unos segundos, pero comprende, me deja caminar por delante, avisa a mis padres que saldremos.