(4)habitaciones*

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La habitación no es ni muy grande ni muy pequeña, nunca tuve un cuarto para mi sola así que no sé. Hay una litera de un lado y al fondo un pequeño baño, Sofía dormirá en la de arriba y yo en la de abajo, suelo tener pesadillas muy frecuentes y no quiero hacerme daño. Ella es muy agradable. Creo que hasta podemos llegar a ser muy buenas amigas.

-Samanta, muy lindo nombre- dice sentándose a mi lado- ¿Conoces a Sheila?-su pregunta me tomó desprevenida ¿A caso la conocía? Solo había intercambiado una que otra palabra. Eso no significaba nada en absoluto.

-No exactamente, pero esta mañana hablé con ella...¿Por qué?

-Por nada, es solo que solía ser mi amiga- suspira y sigue, estoy a punto de decirle que no importa, que si se siente mal no es necesario que me explique, pero la curiosidad me ganó- es solo que antes éramos muy buenas amigas pero después de todo esto algo cambió, pero eso ya no importa, después de todo nuestra amistad no iba a durar tanto.-dice com una sonrisa forzada- Emm...yo te vi en clases.- dice para cambiar de tema- Sabía que estarías aquí. Eres brillante.

-Eso creo

-No seas modesta

-Se supone que lo sea ¿no?- lo pienso mejor y digo-es decir todos los que estamos aquí lo somos, si no fuera así yo no estaría aquí, ni tú, ni nadie.

-Si eso creo-se levanta. Creo que dije algo que la ofendió. Camina por toda la habitación abriendo todos los cajones y cualquier objeto que pueda contener algo- hey mira, nos dejaron ropa, ya me preguntaba por qué no nos dejaron traer nada- saca dos jeans, dos vestidos, ambos color blanco y cuatro remeras color celeste pastel- toma, ponte esto.-Dice arrojándome el vestido. La verdad es que no me gustan, solo los uso para ocasiones especiales como las de hoy por ejemplo.

-No gracias, me pasarías un jean y una remera, por favor-los saca y me los arroja rapidamente levanto las manos atrapando el bollo de ropa -gracias, me iré a cambiar-entro al baño que está al fondo de la habitación y me cambio, por suerte me queda.

Cuando salgo, Sofía trae puesto uno de los vestidos, le queda bastante bien:

-Por lo menos a una de nosotras le queda bien esto- digo refiriéndome a la ropa

-Si, vamos al comedor, tengo hambre-dice colocándose unas zapatillas que hay debajo de la cama, hago lo mismo. Yo no sabía dónde se encontraba el comedor así que dejé que ella me guiara.

Todos los pasillos eran totalmente iguales, no se como nadie se perdió aquí. Me preguntaba si alguna vez alguien se habria extrabiado y si era asi como la encontraron .
Parece un laberinto.

-Pareces conocer muy bien esto- le digo.

-He leído sobre esto, las instalaciones y eso. Hay muchos libros en la biblioteca. Solo que son muy viejos y con el paso de los años hicieron algunas remodelaciones, no lo conozco exactamente, pero me hago una idea-me limito a asentir. Seguimos caminando hasta llegar a una puerta gigante de metal. Entramos y lo primero que veo es que hay un balcón con una mesa y dos sillas, doy por hecho que ese es el lugar de Cristina. Hay muchos mas asientos a su alrededor.

Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que Sofía está a mi lado con dos bandejas, una en cada lado intentando hacer equilibrio. Rápidamente tomo una y nos vamos a sentar. Nos sentamos en una mesa del fondo. El lugar es totalmente gris con mesas de metal, parecido a una prisión.

Sofía come como un animal, en pocos minutos su bandeja queda vacía. En cambio, en la mía hay una copa con gelatina y un trozo de pan, lo tomo y lo parto en dos, lo agarro y me lo como de un solo bocado, es dulce y está calientes.

<<Esta será mi nueva vida>>

Veo cada rincón, de un lado está la barra donde sirven comida y al otro extremo hay una puerta, me la quedo mirando, me pregunto qué habrá del otro lado. Tal vez un laboratorio o simplemente un cuarto donde guardan los productos de limpieza, eso debe ser, es lo más probable.

-Hey te pierdes de mucho-me dice chasqueando los dedos en frente de mi cara para que le preste atención.

-Emm...lo siento no lo puedo evitar-digo avergonzada, esa era una de las razones por las cuales no tenía amigas, no podía concentrarme. En mo único que podía pensar era en todo lo que hay a mi alrededor, hablaba conmigo misma todo el tiempo, mas bien con mi cerebro, le preguntaba cosas y siempre supo responder y jamás me dejaría, era mi amigo. Se que suena un poco raro.

-No importa- dice sin interés, seguimos comiendo y veo que poco a poco el comedor se está llenando. Después de media hora estamos todas. No puedo dejar de mirar a mi alrededor. Las he visto desde que tengo memoria, pero aún así no conozco a ninguna y eso es patético, me alegra tener a Sofía.

Un modesto sonido interrumpe mis pensamientos busco con la mirada el origen del sonidos, y cuando levanto la cabeza veo a Cristina en el balcón.

Sheila entra con tres chicas detrás de ella, incluyendo a su compañera de cuarto, se sientan con nosotras.

-Anna Lewler-dice la bajita de pelo castaño y hermosos ojos verdes.

-Tatiana Gibbs-se presenta su compañera de cabello negro y piel pálida, sus labios son de un rojo muy intenso y no hacen más que levantar su palidez, me las quedo mirando y ellas a mí.

-Catherine-dice por último.

Veo como Cristina se acerca y nos mira a todas con mucho cuidado. Lleva un vestido blanco, bastante sencillo y el pelo recogido en un moño muy alto, acerca su rostro al micrófono, le da unos golpecitos con el dedo índice provocando un ruido insoportable. Todas nos callamos.

-Hola niñas, espero que su estancia aquí sea lo más cómoda posible. Bueno les voy a hablar sobre sus horarios y las distintas pruebas que habrá en este lapso de tiempo. Haremos distintos tipos de pruebas y análisis para...-Sheila levanta la mano y todos se voltean a verla.

-Para qué exactamente- dice

-Su nombre.

Ella duda un rato pero al final responde:

-Sheila Becher

-Bueno Sheila, como les iba diciendo haremos distintos tipos de prueba para separar a los mejores. Las pruebas se separan en ocho partes, Inteligencia lingüística, la especial, la lógica matemática, la musical, la naturalista, la corporal kinestésica, la intrapersonal y la interpersonal. Aprobar cada una de ellas con el mejor promedio posible será su mayor prioridad en estos meses. Ahora les sugiero que se vayan a sus habitaciones, mañana será un largo día. Y una última cosa, ahora un grupo de doctores vendrán y les inyectaran un rastreador en sus brazos-mientras lo está diciendo, los doctores entran y una mujer se acerca con un tubo pequeño que esta lleno de un líquido transparente y en la punta tiene pequeñas agujas alrededor, un escalofrío recorre mi cuerpo, nunca me gustaron las inyecciones. Cierro los ojos y siento un leve pinchazo, al abrirlos veo como mi piel empieza a enrojecerse. En poco tiempo todas ya tenemos los rastreadores- Gracias por su atención, y ahora si pueden retirarse.

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