Capítulo 26. Terrores nocturnos.

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(Narra Sasuke)

-AHHHHHHHHHHH, SASUKE, ¡SASUKE!- gritaba Naruto, por lo general, pasadas las once de la noche. Hace un mes que nós enteramos que íbamos a ser papás. Y hace un mes que Naruto comenzó a...tener estos ataques por las noches. Se despertaba por la noche y gritaba cualquier maldición que se le viniera a la mente, o gritaba mi nombre, o solo gritaba. Pero no me preocupaba lo que gritaba, me preocupaba la manera en la que lo hacía. Era como si alguien lo estuviera torturando, era una maldita pesadilla.

Incluso varias veces, he traído a Tsunade y a Shizune para que escuchen sus gritos. Por lo general espero a que Naruto duerma, y luego abro la ventana de nuestra habitación y ellas entran. La primera vez que lo escucharon, incluso yo ya estaba acostumbrado, pero Tsunade tenía una expresión de horror en su rostro, probablemente se preguntaba que diablos tendría que estar soñando una persona tan dulce como Naruto como para estar gritando así. Shizune lloró.

Pero ahora, que van más de cinco veces que vienen a verlo, también se han acostumbrado. Ahora Tsunade solo mantiene un semblante de dureza, como si ahora fuera insensible a cualquier clase de sonido desgarrador. Shizune ya no llora, pero si tiembla y se pone nerviosa.

La única forma en que Naruto se calma, es si yo lo abrazo. Me recuesto a su lado y lo envuelvo en mis brazos, apretándolo mucho. El grita aproximadamente tres minutos en esa posición, y luego solo se calla, y se vuelve a dormir. Después de eso yo simplemente no vuelvo a conciliar el sueño.
Pero curiosamente, Naruto no recuerda nada de lo ocurrido. Si le pregunto que es lo que ha soñado, el solo dice que nada. Si solo fuera un "nada" no le creería. El problema está en que dice "nada" con un tono de consternación, como incluso esperando a que yo le diga algo. Es sorprendente como incluso por las mañanas se molesta un poco porque mis brazos lo acaloran. O me regaña por tener las ojeras tan marcadas. El no recuerda nada, absolutamente nada.

-Sinceramente no sé que provoque sus terrores nocturnos, ni de que naturaleza sean. Solo se que que la pesadilla debe ser muy, muy violenta o bizarra, para que el reaccione de esa manera- decía Tsunade mientras bebía su quinto trago de sake. Ella tampoco había dormido bien, por estar observando a Naruto en las noches. Cuando vine a verla a su oficina, estaba dormida sobre el escritorio, así que decidí esperar hasta que despertase.

-¿Crees que se deba al miedo a morir?- pregunté, asustado por mi propia pregunta.

Tsunade solo me miró con una expresión vacía en su rostro, pero asintió.

-Es probable. A Naruto nunca le habían dado dos noticias tan importantes en su vida, y al mismo tiempo. Quizás las pesadillas son la forma en la que el libera toda la tensión acumulada por su embarazo, y su amenaza de muerte-

-No es ninguna amenaza de muerte- dije, enojado por sus palabras.

-Un embarazo por lo general no es ninguna amenaza. Pero Naruto es muy joven todavía. No se si su cuerpo resistirá el embarazo-

-¿Y si lo hace?-

-Entonces habrá que ver si resiste la operación. Yo misma le haré la cesárea, y Shizune y Sakura me asistirán. Pero hasta entonces...procuremos cuidar bien de el, ¿ok?- concluyó Tsunade.

Asentí con la cabeza y salí de su oficina. Ya quería regresar con Naruto, no quería despegarme ni cinco minutos de el.

(Narra Naruto)

Me veo a mi. En un bosque. Y a lo lejos esta Sasuke. Se ve hermoso. Su cabello alborotado y negro le cae por la frente. Pero...el está sosteniendo algo. Ese algo se mueve, y lanza chillidos joviales.

-Tiene tus ojos- dice una voz extraña y profunda, que no le pertenece a Sasuke.

Es entonces cuando empieza el horror.

El día obscurece, y algo me derriba al suelo. Es un golpe tan fuerte que me debilita por completo. No siento mis piernas, y mis brazos tiemblan. Por lo que solo puedo alzar la cabeza.

Un espeso humo negro se cierne detrás de Sasuke. Siempre intento gritarle. Pero nunca me escucha. Es tan terco. O quizás yo soy demasiado débil. Entonces el humo negro levanta una brillante espada.

Apunta.

Y la entierra en la espalda de Sasuke.

El solo mira a ese algo en sus brazos, y se desvanece.

Antes de que ese algo caiga al suelo, el humo negro lo atrapa y se lo lleva al risco de un acantilado. Es entonces cuando recupero la fuerza en todo mi cuerpo. Incluso todo el manto rojo que me había prohibido a mi mismo hace tiempo sale a relucir en todo su esplendor.

Pero nunca llego a tiempo.

Y ese algo, termina cayendo, entre chillidos, por el acantilado.

(Narra Sasuke)

Ya hallaremos la forma de superar esto. Siempre lo hacemos.

Un amor de aquellos... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora