Capítulo 14

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Narra Chloe.

La luz del sol llegaba directamente a mis ojos, por lo que no tuve mas opción que levantarme, sonreí al ver a Daniel a mi lado.

Su cabello desordenado, sus ojos cerrados, su boca ligeramente abierta. Lo hacia  ver terriblemente deseable.

Me recosté a su lado nuevamente, ya no importándome la luz del sol. Me acerque a su cara y pose mis labios en los suyos.

Lentamente sus labios reaccionan y comienzan a moverse al ritmo de los míos.

-Que buena manera de despertar -murmura el con una voz mas ronca de lo normal-

-Buenos días -le di una pequeña sonrisa-

-¿Que hora es? -pregunta a la vez que rasca sus ojos con sus manos-

-10:30 -respondo y dejo el celular a un lado.

-¿Los chicos no se han levantado?

-Supongo que no, no he escuchado ningún ruido.

-¿Vayamos por desayuno?

-¿Starbucks? 

Una sonrisa apareció en sus labios, y rápidamente me guiño el ojo.

Nos levantamos y nos colocamos la ropa del día anterior.

-Les traeremos desayuno -le aviso a Daniel-

Rápidamente hago una nota y la dejo sobre la mesa de la cocina.

-¿Estas lista? -pregunta Daniel tomando las llaves de su auto-

Asentí con la cabeza y salí detrás de el.

Subimos al auto y Daniel manejaba tranquilo.

Iba todo excelente. Daniel iba hablando por teléfono con su madre cuando de un segundo a otro, comenze a sentirme realmente mal.

¿Tenia que pasar ahora?

No quería arruinar la salida con Daniel.

Trataba de respirar lo mas posible, me costaba respirar. Me comenzo a doler el pecho. Sentía como sudaba. 

A los segundos Daniel se estaciono frente al Starbucks.

Vi que salio del auto y se dio la vuelta, para abrir mi puerta y ayudarme a bajar.


Narra Daniel.

Abrí la puerta de Chloe y tome su mano para ayudarla a bajar.

Al verla parada frente a mi, la vi extremadamente pálida.

-¿Estas bien? -le pregunte preocupado-

No había notado que se sentía tan mal. 

Levemente mueve su cabeza de lado a lado, antes de caer al suelo desmayada.

-¡Chloe! -grite alarmado y coloque mi mano bajo su cabeza, antes de que esta chocara con el duro suelo- ¡Ayuda! -gritaba desesperado- 

Coloque mi mano bajo su nariz y pude comprobar que no respiraba.

Con mi mano desocupada, llame al hospital.

A los minutos llego la ambulancia y la colocaron en la camilla.

-Siganos -dijo un paramedico antes de cerrar la ambulancia y partir rápidamente.

Entre a mi auto y seguí a la ambulancia.

Estacione rápidamente el auto y entre corriendo a emergencias.

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