Capítulo 33.

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Noah llevaba unas horas dormido, me encontraba escuchando a Twenty One Pilots cuando mi teléfono comienza a vibrar.

Era Daniel.

Me quito los audífonos y contesto para luego colocar el teléfono en mi oído.

-¿Ocurre algo? -pregunto tratando de no sonar molesta-

-Necesitamos hablar, realmente yo quería decirte el acuerdo con la productora, pero Logan se adelanto. Espero que no estés molesta.

-No podemos hablar ahora, además, ¿como quieres que no me moleste?.

-Se supone que deberías estar feliz por nosotros.

-Y claro que lo estoy, pero me molesta que no me lo hayas mencionado, no es solo tu vida la que va a cambiar, la mía igual. Tenía derecho a saberlo.

-Y ahora lo sabes.

-Preferiría haberlo escuchado de ti y no de Logan. 

-El se adelanto, realmente lo lamento. Por favor no te molestes.

Paso unos segundos en silencio.

-¿Sabes que es lo peor?.

Daniel no responde, por lo que prosigo.

-Lo peor es que se van en una semana más y aun así no fuiste capaz de decírmelo.

-Necesitamos hablar en persona. ¿Donde estas?.

-En el hospital. Nos juntamos en el patio fuera de la cafetería. Llámame cuando llegues.

Cuelgo sin esperar respuesta. Mis ojos instantáneamente se aguan, no quería pelear con James, pero el hecho de que no me lo haya mencionado me molesta.

La puerta de la habitación se abre, dejando ver a los chicos de The Tide.

-Hemos llegado. -dice Austin acercándose a mí.

-¿Sigue igual? -me pregunta Drew-

Asiento.

-A dormido desde que ustedes se fueron.

Ellos asienten y se sientan en el sillón de la habitación.

-¿Como les fue en el estudio? -les pregunto, tratando de romper el silencio.

-Bastante bien. -dice Nate-

-Nos iremos de gira con The Vamps en unos meses más -continua Drew-

-Eso es genial.

-No queremos dejar a Noah, pero esta oportunidad es genial, existe la posibilidad de que incluso vayamos a Sudamérica.

-Seguro el entenderá. Además las giras no duran mucho.

-Creo que durara 2 meses como máximo.

Mi teléfono comienza a sonar, es Daniel.

Le corto.

-Debo bajar, en unos minutos vuelvo.

Ellos asienten y salgo de la habitación.

Una vez que llego al patio de la cafetería, veo a Daniel parado frente a un árbol.

Veo que agarra su teléfono y teclea algo rápidamente, a los segundos mi teléfono comienza a sonar. Daniel se da vuelta y al verme corta la llamada. Se acerca a mí y me invita a sentarme en la banca que esta cerca.

-Lo lamento. -comienza diciendo Daniel-

-Se que lo lamentas, pero eso no cambia nada.

Daniel se agarra el cabello desesperado.

-Lo que ocurre aquí es que eres muy sensible, te lo tomas todo muy a pecho. Pero esto no se trata acerca de ti, es mi carrera la que va a comenzar y me haces sentir culpable por aquello.

-Tengo más que claro que es acerca de tu carrera, pero esto también me involucra a mí, y enterarme de las ultimas no me agrada. No es solo tu vida.

-¿Que tienes que ver tu en esto? ¿Que eres mi novia?. Al carajo todo. La verdad no se si estas celosa, pero no aguanto que te pongas así. 

-¿Yo celosa? -pregunto irónica- ¿De que mierda podría estar celosa?.

-De que estoy a punto de comenzar una gran carrera mientras tu estas estancada en este hospital. -dice Daniel subiendo el tono de su voz-

La sangre bajo hasta mis pies al escuchar lo que Daniel acababa de decir.

Veo como la cara de enojo de el cambia rápidamente a una de arrepentimiento.

-Yo... -comienza pero lo interrumpo.

-Fui una estúpida al enamorarme de ti. -susurro con los ojos aguados- Esto llego hasta aquí.

Sin esperar una respuesta por parte de Daniel me doy vuelta y comienzo a caminar directo al baño más cercano.

Escucho como Daniel me llama desesperado, pero no le presto atención y en cosa de segundos me encuentro dentro del baño de mujeres.

Entro a un cubículo, dejándome caer por la pared.

Las lagrimas salen sin previo aviso y no hago nada para detenerlas.

Sentía como mi corazón se estrujaba cada vez que pensaba en lo que había hecho. Pero este se rompía cada vez que recordaba las palabras que Daniel pronuncio.

'Tu estas estancada en este hospital.'

Esa fue la gota que rebalso el vaso.

El problema es que me aferre a la idea de que el siempre estaría para mí. Nada dura para siempre. Al final de todo, no valemos nada.



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