El Bien En Tu Interior [Descendientes/Carlos De Vil] LPDA #2

Capitulo 2. "misión asignada"

Los  nueve chicos entraron en el viejo castillo oscuro y horrible el cuál para los dos castaños, Astrid y Ben, era su hogar. Bella estaba sentada en su viejo trono sosteniendo su cetro. El cuál la parte superior había tallada una rosa roja en cristal en la parte superior.

Ella estaba seria, hasta que vio a sus dos  hijos ingresar como cabeza del grupo, entonces se levanto ubres debido una sonrisa.

—¡Oh, mis queridos niños! —exclamó la mujer—. ¡Espero que hayan estado haciendo maldades por allí!, porque si no estaría muy decepcionada de ustedes.

—Hola mamá... —dijeron los dos castaños al unísono.

—Veo que has hecho buen trabajo en traerlos a todos aquí —dijo Bella llevando su mirada al rubio.

—Sabe que estoy para eso —dijo Chip con un asentimiento de cabeza.

Astrid dirigió su mirada al rubio y le sonrió levemente, el chico le devolvió la sonrisa y le guiñó un ojo.

—¿Para que nos llamaste, madre? —preguntó Ben cruzándose de brazos.

—Es una buena pregunta...—dijo una voz que le pertenecía a otra persona fuera de la conversación. A un costado del trono salió una mujer combinada de colores negro, verde, celeste y morado, un traje formal pero que causaba escalofrío.-Bella, dile por qué.

—¿Mamá... qué hace ella aqui? —preguntó Jane en voz baja detrás de Astrid.

Bella se levantó de su trono y bajó un par de escalones antes de cambiar su rostro malicioso a un rostro más tranquilo.

—¡Novedades, mis queridos niños! —dijo Bella— Ustedes nueve han sido escogidos para ir a otra escuela...

Pero ninguno dijo nada.

—En Auradon. —terminó de decir la mujer. Los dos hermanos escucharon cómo sus compañeros ahogaban gritos y supieron de inmediato que iban a tratar de escapar, no se volvieron a ninguno ya que sabían lo que venía.

No iba a ser lindo.

Sintieron cómo el suelo debajo de ellos temblaban y ambos intercambiaron miradas.

Ahí estaba.

—¿A dónde creen que iban? —escucharon la voz gruñona y áspera detrás de ellos.

—Hola papá. —dijeron Astrid y Ben al unisono mientras se volvían al hombre que estaba en frente de todos su amigos impidiéndoles salir del castillo. Ese hombre cubierto de pelo en muchos lugares, y en sus manos y pies tenía afilaladas garras. Era cómo ver a un mal hombre lobo, sin embargo para esos dos era común esa imagen.

Era su padre.

—Adam  querido... —Saludó Bella acercándose a él y depositando un beso en su mejilla— Diles a estos niños que es necesario que vayan a esa escuelita de niños bien portados.

—Oh, sí —dijo la bestia—. Es muy necesario para todos nosotros.

—¡Pero papá! —se quejó Astrid.

—Sh... —dijo su padre pasando una garra por el labio de su hija haciéndola callar.

—Tengo que admitir que estoy con todos aquí... —dijo Ben cruzándose de brazos— No pienso asistir a una escuela con mucha gente refinada y de etiqueta.

—¡Y chicos muy lindos! —dijo Audrey con una sonrisa.  A lo cual ambos hermanos la miraron feo y a lo cual ella calló después.

—El punto es que no iremos —Dijo Ben, Astrid y el resto asintieron.