Capítulo Final. Segunda Parte

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Canción: "¿What Are You Doing New Year's Eve?" (¿Qué estás haciendo la víspera de año nuevo?) by Ella Fitzgerald

Charlotte tiene tres meses y descansa entre mis brazos, mueve sus labios de forma graciosa, ella como que cree que el pecho de la gata está en su boca porque sigue succionando mientras mantiene sus ojos cerrados. La admiro con infinita vehemencia, me encanta un bebé, amo a mis hijos, los tres son mi mejor creación. Bueno, nuestra mejor creación, porque es evidente que no los hice solo.

Además que las niñas son unas buenas réplicas de Kathleen. Mi esposa tiene los genes mucho más fuertes que los míos ya que ellas heredaron sus facciones de una forma impresionante. Los ojos de Charlotte no sabemos ―con exactitud― de que color serán. En la actualidad son de un azul bastante fuerte, pero estoy seguro que ella tendrá la mirada gatuna de mi esposa ya que al momento de nacer y verla por primera vez quedé atónito de los que mis ojos percibieron.

Sentí un Deja Vú, sentí que tenía cinco años y estaba viendo por primera vez a la gemela menor de las MacQuoid, a mi esposa y mi compañera.

De verdad que habría sido feliz con muchos más hijos. Sí, sé que sonará una locura pero de haber tenido la posibilidad, habría embarazado a mi esposa con muchos hijos. Pero por sobre todas las cosas la quiero sana y salva, y el segundo embarazo de Kathleen se complicó sobremanera después del séptimo mes. Por tal motivo a las treinta y cinco semanas le practicaron una cesárea de emergencia a la gata y ella ―en medio de su hipertensión y metida en el quirófano― me consultó si no era molestia para mí que se practicara una esterilización, cosa que no objeté, más que cualquier cosa o deseo de mi parte hay algo innegable, no soporto verla sufrir por ningún motivo y otro embarazo podría causar un episodio de eclampsia, algo mucho peor de lo que ocurrió en ese momento.

―Charlotte abre los ojos bebita ―le digo en un tono de voz muy bajo a mi hija menor. Beso su frente y observo que frunce el ceño cosa que me hace sonreír― ¿Sabes? Eres igual a tu mamá, eres una mini gata ―ella sonríe de forma angelical sin abrir sus ojos. Quisiera saber con qué sueña o si en realidad me escucha y por eso hizo ese gesto.

―¿Qué haces mi amor? ―Pregunta la gata desde algún lugar de la habitación. No sé dónde está ya que ni levanto la mirada, mi hija me tiene embobado, solo escucho el repiquetear que hace los tacones de Kathleen mientras ella se mueve como loca por todo el lugar.

Estamos en la Mansión de los MacQuoid. Llegamos hace diez días, logré convencer a mi esposa que debíamos recibir la Navidad y el Año Nuevo en el lugar que nos vio crecer.

Cada año pasábamos la temporada navideña en algún lugar que los MacQuoid ―junto a la eufórica de la abuela María y la temerosa de mi mamá― lograban seleccionar. Pero desde el día que ella murió Kathleen no quiso salir de nuevo a hacer algo que para nosotros era tradición.

Así que este año, la segunda Navidad sin mamá, mi esposa cedió y ahora estamos en Londres. Levanto la mirada y mis ojos quedan perplejos. La gata lleva un vestido azul eléctrico, que le llega más abajo de la rodilla. Unos zapatos color plateado y de tacón muy altos cubren sus pequeños pies. Su bella cabellera negra está suelta, por lo general lo lleva así, es que ella misma dice que su cabello no agarra nada. Veo como se mueve por la habitación que ocupó desde que era una niña, se sienta en el taburete de la peinadora y a través del espejo ―mientras se maquilla― desvía la mirada un par de veces hacia mí.

―¡¿David?! ―Ella me llama mientras aplica máscara en sus pestañas.

―Dime gata. ―Veo como suelta el aplicador y comienza a hablar.

―Me estás mirando igual que cuando tenía dieciocho años. ¿Sabes qué esa mirada me intimida? ¿Qué no sé en qué piensas cuando me miras así? Y qué después de trece años quisiera saber qué pasa por tu mente en este momento.

Extra Tan Solo Tú ©Where stories live. Discover now