Capítulo 48.

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Zayn

Tranquilízate, joder. No es para tanto. Respira hondo. Cuenta hasta diez. Uno... Dos... Tres...

Esto no funciona. Voy a llamar a Claudia, seguro que si hablo con ella consigo calmarme un poco. No, no puedo llamarla otra vez. Ya lo hice ayer por la noche. Tengo que aprender a controlarme yo solo, y no depender de Claudia. Vamos Zayn, tú puedes. Tú puedes.

Después de mil quinientas horas en el hotel (o eso me ha parecido a mí, teniendo en cuenta que no he conseguido dormir un solo minuto en toda la noche), suena móvil. Salto como un muelle de la silla en la que estoy sentado y me abalanzo sobre la mesa en la que está en aparato. Es Matt.

-Matt -intento disimular mis nervios.

-Zayn, ya están aquí. ¿Te parece bien venir ahora? -dice Matt en un tono que suena un poco animado.

-¡Sí! Sí, ya voy para allá -Dios, ¡por fin!-. Donde quedamos ayer, ¿verdad?

-Exacto. Ahora te veo.

Corto la llamada y salgo literalmente corriendo de la habitación, cerrando la puerta con llave a toda prisa.

Sigo corriendo (menos mal que estoy en forma) hacia el primer taxi que veo en la calle y me subo en él. Indico al conductor la misma dirección de ayer, la de la casa. La casa de mi familia. Mi casa.

En menos de diez minutos estoy ahí, de pie, frente a la casa y su enorme jardín, tal y como aprecía en mis sueños. Sin atreverme a entrar. No puedo. No sé cómo va a reaccionar mi madre. No la conozco, pero a cualquier madre se le partiría el alma si su hijo no la reconociera. Tampoco puedo fingir que la conozco, eso sería horrible.

Aunque es de día, hay poca luz en la calle, porque el cielo está muy nublado, y hay luces encendidas dentro de la casa. Son reales. Están ahí. Hubo un tiempo en el que pensé que nunca llegaría a encontrarlos.

Veo una cara en la ventana y siento una corriente eléctrica en mi estómago. Relájate, Zayn, solo es Matt. El hombre desaparece de la ventana y segundos después se abre la puerta principal de la casa. Matt sale por ella y se acerca a mí.

-Hola, hijo -me dice poniendo una mano en mi hombro.

-Hola -intento sonreír, pero creo que no lo estoy consiguiendo.

-Todavía no les he dicho que estás vivo. ¿Cómo lo hacemos?

Me encojo de hombros y niego con la cabeza. No tengo ni la menor idea de cómo se puede dar una noticia como esta.

-¿Y si entro, sin más? -sugiero. Si sigo dudando, terminaré volviendo por donde he venido, porque me faltará voluntad. Tengo que echarle huevos y hacerlo de una vez, cuanto más tarde en decidirme, más difícil será-. Después... ya explicamos todo lo que ha pasado, ¿vale?

Matt frunce el ceño y me da una palmada en la espalda.

-Vamos.

Entramos con paso decidido en la casa. No es muy grande, pero desde aquí veo unas escaleras, así que debe de tener dos plantas. Matt me hace un gesto para que espere en el pasillo.

-¡Alex! ¡Ven al salón, por favor! -oigo el chasquido de una puerta abriéndose y unos pasos rápidos en la escalera.

-¿Qué pasa? -oigo la voz del chico. De mi hermano.

-Alex, siéntate ahí con tu madre, por favor -pide Matt.

-Matt, me estás asustando -dice la voz de una mujer. Mi madre. Lo peor es que esa voz me parece totalmente familiar, pero no soy capaz de ubicarla. Dios, ¡odio esto!

Amnesia. [Zayn Malik]Where stories live. Discover now