#2 : El lado oscuro de London White [Parte 1]

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Es el esgundo día de clases, los días martes, de ahora en adelante, se convertirán en los días más odiados por mí, incluso antes que los lunes, y el por qué, es Jace, ya que como la vida me odia, hoy, cada clase, la comparto con él, todas y cada una de las clases.

Primero, Historia.

Escogí un asiento en la primera fila, y el presumido se sentó al lado mío.

- Búscate otro lugar - le dije de la forma más calmada.

- Pues... déjame pensar... No.

- Lárgate de una buena vez, Jace.

- No lo haré, Londres.

Volvemos a lo de siempre.

- Deja de llamarme así, solo quiero que te alejes. Ahora - hablé controlando mi tono de voz, porque si no, le gritaría.

- Hagamos un trato. Yo me voy, solo si todas las mañanas, como de tus Oreos tan preciadas.

No. Mis Oreos son sagradas. Nadie las toca. Maldición, creo que tendré que aguantar a Jace, a mi lado, durante toda la clase de historia. Maldigo nuevamente el día en el que decidieron que venga a mi escuela.

- Muy bien. Creo que eso es un "no". Así que, yo me quedo aquí, Londres - me dijo, claramente burlándose de mí.

***

- ¡London! - gritaron mi nombre.

Levanté el rostro para buscar a quien me llamaba.

Dest al verme, se asustó. Era de esperarse, Jace me mató toda la jodida mañana, estaba totalmente furiosa, y mi rostro lo daba conocer muy claro.

- ¿Qué te pasó? - me preguntó acercándose sigilosamente.

Jace a mi lado se carcajeó por no sé cuánto tiempo.

- Él, eso que ves ahí fué lo que me pasó - le respondí señalando a Jace.

- Oh, ya entiendo - dijo Dest a punto de comenzar a reír.

Me relajé un rato, respiré profundo, y me obligué a sonreír.
Me puse de pie, colgué mi mochila en el hombro, y salí de ahí.

En los pasillos, todo el mundo me miraba.

Seguro mi cara de toro enfurecido apareció de nuevo.

Entré al baño de las chicas, y ví como a cinco de ellas.

- ¡Largo! ¡Ahora! - grité, a lo que ellas obedecieron y salieron, dejándome sola.

Si lo sé, a veces me paso de mala, pero es que realmente estoy a punto de explotar.

Mojé mi rostro, y volví a suspirar, miré mi reflejo en el espejo, mi rostro estaba rojo, y mi melena rubia estaba totalmente alborotada. Me arreglé un poco, o al menos lo que pude, y suspiré por última vez, antes de salir a los pasillos de la escuela, y dirigirme al comedor.

Cuando entré, cogí una bandeja, escogí mi almuerzo, y me dirigí a la mesa exclusiva de mi grupo, justo en medio de todos.

- Llegaste por fín - me dijo Dest.

- Estaba... solucionando unos asuntos - le dije.

- ¿Esos asuntos, implicaban echar a las chicas del baño? - preguntó esta ves Jace, claramente, burládose de la situación en la que me encontraba.

- Creo que tú sabes muy bien Jace. Así que deja de molestarme, o lo lamentarás.

Y cuando digo eso, realmente lo lamenta. No es ninguna broma.

- ¿Ah, sí? Y qué harás, ¿enterrarme vivo?

- Tal ves Jace... no conoces mi lado sádico - hablé de la forma más oscura y siniestra que pude.

- ¡Huy si! Mira qué miedo tengo, me tiembla el cuerpo - me dijo Jace con sarcasmo.

- No hagas eso chico, ella es capaz de todo - le habló Sean.

Jace pareció tener miedo, pero no duró mucho, porque estalló en risas.

- Se rumorea por ahí, que London White, asesinó a una chica que la llamó puta, y créeme, su muerte fué terrible - comentó Nina, en voz baja, con diversión tratando de que no escuchara, pero su intento fué en vano

Esos rumores si existen en realidad, me culparon de un asesinato, el asesinato de mi mejor amiga, pero claro que yo no le hice daño, fué otra persona. Esa noche, hace casi ya dos años, las dos estábamos caminando por un parque, y discutimos sobre su novio, ya que yo le dije que él la llevaría por un mal camino, no solo porque escuché rumores de que él vendía drogas, sino porque lo ví con mis propios ojos. Ella se molestó, se fué furiosa, y yo hice lo mismo; al día siguiente, me dieron esa noticia, y por haber estado con ella esa noche, me tomaron por uno de los posibles asesinos, luego me culparon, pero con algo de ayuda de un juez, me dejaron libre.

- ¿London? - me habló Logan agitando su mano frente a mi rostro.

Salí de mis pensamientos y lo miré.

- ¿Pasa algo? - pregunté, en general para todo el grupo.

- Deja de recordarlo, no vale la pena - respondió Lia.

Yo suspiré y asentí.

- Y así como te dije Jace, no le hagas enojar, no conoces el lado oscuro de London White - volvió a decir Nina.

- Ya déjalo Nina, de todos modos sabemos que ella no lo hizo - intervino Kyle, que estuvo callado desde que llegué.

- Eso lo sabemos todos, simplemente, quiero asustar al nuevito - se burló Nina, de nuevo.

Ella era alguien bromista, pero también es muy sensible, después de todo lo que ha pasado, todavía sonríe, eso me da mucha alegría, y realmente le admiro.

- ¿En serio piensan que creí toda esa historia? - habló Jace.

- Créeme nuevito, deberí...

- ¡Ya cállate Nina! - gritamos los demás al unísono, llamando la atención de todos los demás.

- ¡¡Dejen de mirarnos!! - grité alto, y todos volvieron a lo que hacían.

Sonreí satisfecha.

La campana sonó, anunciando que debíamos volver a las clases.

Otra clase junto a él, me va a matar.

- Qué mal, ni siquiera probé un bocado de mi almuerzo - me quejé.

- Pues deberías agradecer Londres, estás lo bastante gorda, como para que sigas comiendo como un cerdo.

Jace, esta noche no vives para contar lo que te pasará.

- ¿Sabes, Jace? Será un gusto verte morir esta noche.

Vivir sin tí, no puedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora