Capítulo 12.

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Durante el viaje en moto, Adam no paraba de mirar atrás para saber si les seguían. No podía poner la vida de Luisa en peligro, no que ahora sabía toda la verdad. Cuando llegaron a casa, Luisa estaba más nerviosa de lo normal, ¿su madre lo sabría? ¿Qué iba a hacer?
- ¿Estás bien, Luisa? —Adam preguntó con verdadera preocupación—, sé que es algo nuevo, y que no te esperabas nada de esto, pero cuando conozcas a los maestros de la comunidad, podrás obtener más información. Yo solo soy un simple protector y mis conocimientos de Historia son bastante escasos.
Luisa tenía muchas preguntas en su mente. ¿Habría más Elegidos? ¿Cómo serían los maestros? ¿Por qué Adam era su protector?
- Bu-bueno, todo es muy nuevo para mí. Adam si te soy sincera tengo ganas de llorar, no voy a poder seguir con mi vida normal.
- Porque tú nunca has sido normal, Luisa, estás destinada a salvar al mundo del caos total. Yo... Todos confiamos en ti. Y sabemos que no vas a fallar.
- Es mucha presión, Adam, voy a irme a dormir, no quiero más información, mañana será otro nuevo día. Pero, ¿podré volver al instituto?
- Claro, tendrás que seguir haciendo tu vida normal, hasta que te enseñe trucos, técnicas para luchar, los maestros te enseñen teoría de nuestro mundo...
- ¿Me enseñarás a luchar? ¿Yo luchar? Pero si no sé ni coger una simple pistola...
- Já, aprenderás tranquila, tienes al mejor maestro... —Rió Adam, y seguidamente guiñó el ojo—.
- Me incomoda que siempre estés guiñando el ojo, parece que tienes toda la situación controlada, y es muy estresante.
- Me gusta irritarte, solo eso. —Volvió a guiñar el ojo con una sonrisa picaresca—.
- Pues soy una Elegida así que no puedes molestarme. —Luisa sacó la lengua como una niña pequeña—.
- ¿Con que esas tenemos eh? —Adam la agarró y comenzó a hacerle cosquillas, los dos cayeron y sus bocas quedaron muy juntas, pero Adam se levantó con rapidez—. Creo que debería irme ya, y tú descansa, que mañana empezaremos las clases. —Se subió rápido a su moto sin mirar a Luisa ni un instante—.
¿Qué había sido eso? ¿Habían estado a punto de besarse?
Luisa entró a su casa y fue directa a su cama, pensando en todo lo que le había pasado, y sobre todo en lo que no había pasado.

Un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora