"Gracias."

Nunca pudieron olvidar ese amor.

Este es un SaiSaku algo raro.
¡Espero que les guste!

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—Él era tan distinto a ella... Ella era luz, él era oscuridad. Lo sabía, joder lo sabía perfectamente. Pero él no podía mandar sus sentimientos.

Quería tocarla, en cuerpo y corazón. Decirle que la amaba, sí, la amaba desde hace ya mucho tiempo.

Quería besarla, en los labios y en el alma.

Quería ser él, el que curará sus heridas.

Quería demostrarle que él siempre estaría para ella.

Quería ser él, el que le mostrará que ella era hermosa tal cual es, que las cosas que él le decía eran mentiras.

Quería... quería tantas cosas, y sabia que cada una de ellas era imposible. Pero valía soñar, ¿no?
No, no valía soñar. Iría ahora mismo y le diría lo que sentía. Por más duro que sea el rechazo de ella, iría y se lo diría hoy mismo.

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—Ella era tan distinta a él... Él era agua y ella aceite. Maldita sea, ya sabía muy bien eso. No es que le desagradara el agua, al contrario le encantaba el agua como a todos, pero porqué eran tan distintos?. Y ella quería tantas cosas...

Ella quería que él la notara como mujer.

Ella quería que él por una sola vez le dijera algo bonito.

Ella quería que él se quedara con ella por siempre.

Ella quería que él, y solo él curara sus heridas.

Ella quería que él la besará en los labios, solo ahí, porque su corazón y alma estaban con él, si él moría ella también lo hacía.

Pero ella consideraba que eso era algo imposible.
Pero de igual forma quería gritar a los cuatro vientos que lo amaba.
Iría. Iría por la noche y se lo diría. No importaba que la rechace, tenía que decirle lo que sentía.

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—¿Y él chico se le declaró papá?—Le preguntó su hijo, Inojin, de dieciséis años.

—Lamentablemente no pudo.

Su primogénito mostró disgusto.—¿Y porqué?

—Esa misma, tarde la novia del chico lo citó en un parque, y le dijo alegremente que serían padres.

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—¿Y, y? ¡Cuenta! La chica se le declaró, ¿verdad?—Le preguntó su hija Sarada de también dieciséis años.

—No hija, no pudo.

—¿Porqué?—En los ojos de su hija se podía ver desconcierto.

—Por la noche la mejor amiga de la chica llamó a su casa y le dijo que tenia algo importante que decirle. Su amiga estaba embarazada de él... La chica los felicitó, aunque por dentro se estaba muriendo, no le quedaba de otra.

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—¿Yporque él chico no le dijo a su novia que no la amaba?—Le preguntó su hijo.

—Pues verás, él no la amaba pero eso no lo hacía dejar de quererla. Él chico quería que ella fuese feliz y que él niño que esperaba tenga la mejor de las familias. Una que él nunca pudo tener, así que escondió sus sentimientos y le propuso matrimonio.