Solo en cines.

segundo boleto.

Cuando terminé de atender a una feliz pareja de casados y les entregué el vuelto correspondiente, jamás esperé encontrarme nuevamente con la elocuente mirada de aquel chico de ego por las nubes. Quiero decir, la última vez que le había visto me había dejado un claro mensaje de "me verás otra vez", pero no tenía especialmente ganas de volver a tratar con James Sprouse y sus "casuales" insinuaciones. Mi expresión debió dárselo a entender.

─Te lo diré una sola vez, clara y lentamente: ¿vas a ordenar algo?

─Tranquila, Audrey. ¿No te da pena tratarme así con niños presentes?

En primera instancia no entendí a qué se refería, hasta que bajé la mirada y me topé con dos pequeños gemelos de alrededor de siete años que se aferraban a su pantalón y daban saltitos ansiosos. La imagen era tan tierna que tuve que parpadear para volver a lo que me cometía.

─Oh, pero el otro día me diste a entender...

─Creo que no te di una buena primera impresión, ¿eh? Me disculpo por eso.

Pestañeé varias veces, algo confundida por su cambio de actitud y su cálida sonrisa. Incluso me atreví a pensar que estaba frente a una persona totalmente diferente, y quizás el día de San Valentín había tratado con su gemelo malvado o algo por el estilo. Lo sé, veía muchas películas.

─Bueno, pediré un combo de dos palomitas grandes con Coca-Cola. Y si podrías asegurarte de que los vasos traigan dibujos de Snoopy*, mejor. Mis hermanitos están tan emocionados por ver la película, ¡y yo realmente no me quejo! Disfrutar de una película con ellos es de lo más divertido y no podría imaginar algo más...

─Ya.

Llegué a reír por lo tonta que había sido. ¡Por supuesto que era el mismo James!

─¿Crees que me comprarás con la imagen de hermanito bueno? ¡No es tan fácil, James Sprouse!

─Si yo solo...

─Nada de nada, ya descubrí tu jugadita. ¿De quiénes son esos niños, eh? ¡Capaz y te los robaste en la plaza! James, eso es llegar muy lejos.

─Audrey, ¿podrías darme mi orden y ya, por favor?

Me fijé en mi propia actitud y llegué a plantearme salir corriendo de allí. Él solo llevaba a sus hermanitos al cine y yo lo relacionaba todo conmigo misma, como bien le había acusado en un principio. ¡Y apenas lo conocía! Me golpeé mentalmente, muriendo de la vergüenza, y decidí servir su orden cuán rápido me permitía.Además, sabía que mi turno de trabajo estaba por terminar.

─Lo... lo siento. Aquí tienes tus palomitas.

─Audrey, no sé si me gustas más cuando me rechazas o cuando estás toda sonrojadita. ¡No tienes que preocuparte por nada! Espero verte pronto.

Le dio unas palmaditas a uno de los gemelos tras guiñarme el ojo, alejándose lentamente con la bandeja que acababa de servirle. Algo en sus palabras me confirmaba que era el James de siempre... o más bien, el James del único día en el que habíamos hablado. Y lo peor era que volvía a dejarme con la palabra en la boca. Me disponía a atender a la siguiente chica en la fila, pero el llamado de mi compañera de trabajo me avisó que había acabado mi turno y vi mi oportunidad. ¡Ya le dejaría claro con quién trataba! Al menos eso iba a hacer antes de que la voz de los pequeños me confundiera aún más.

─¡Sí, Jamie! ¡Ya quiero ver guerra! ¡Sangre, sangre, sangre!

─¡No te olvides del plo plo plo! ¡Fuegooooo!

¿Pero no iban a ver la película de Snoopy? A pesar de estar de espaldas, claramente pude ver cómo James se tensaba y advertía a sus hermanos de cuidar sus palabras. Oh, ya se las iba a ver.

─¡James Sprouse, ven acá en este instante!

Cuando hablé lo hice entre murmullos, pero sabiendo que la irritación no podía pasar desapercibida. Al girar sobre sus talones lentamente, sus pasos arrastrados y expresión desanimada le dejaban en evidencia. Sí, puede que ni siquiera lo conociera. Sí, quizás no debería hacerle caso. Pero algo había hecho para capturar mi atención y ahora no saldría inerte. Me disculpé en silencio de mi compañera y me quité la gorra que me distinguía antes de salir del reservado de trabajadores.

─¿Qué película dijiste que ibas a ver? Y no me digas que "la Guerra de Snoopy" o algo por el estilo.

─Bueno, puede que fueran a acompañarme a ver la nueva de La Roca*.

─¡Pero si esa es para mayores de 14 años! James, entendí que me quisieras invitar a ver una película y todo el rollo, pero no puedes llevar a tus hermanitos a ver eso. ¿Acaso pensaste que los que reciben el boleto no se darían cuenta?

El hecho de que sonriera pese a mi acusación me molestaba aún más.

─Qué lástima, y yo que quería pasar mi tarde con ellos. Será para la próxima.

─¿Y qué piensas hacer entonces?

─Alan, Diego, ya pueden irse con tía Grissel. ¡Pórtense bien!

Seguí con la mirada a los pequeños, que corrían con los brazos abiertos hacia una jovial señora que los esperaba en una mesa. No entendía qué ocurría y por qué James se mostraba tan alegre... a menos que mis cavilaciones fueran correctas.

─James, ¿qué planeas?

─No sé tú, pero yo tengo ganas de ver una buena película. Mis hermanos no pueden pasar, tú no estás trabajando y hay palomitas en envases de Snoopy que esperan ser comidas. De ésta no te libras.

Enmudecí, impresionada por su estudiado plan que parecía ir al pie de la letra.

Pero me permití sonreír.

*Snoopy: mascota de Charlie Brown y uno de los personajes principales de la tira cómica "Peanuts". Su última película fue estrenada el 6 de noviembre de 2015.

*La Roca: Dwayne "La Roca" Johnson, famoso actor y luchador profesional.