Where the moon and the stars met.

.4.

Suelo ser muy poco puntual, no porque quiera, si no que no soy realista y me da la sensación de que me va a dar tiempo y no.

Corro por las calles transitadas del centro de Madrid hasta llegar a puzzles para comprobar que Stephen no ha llegado, perfecto.

Después de su recomendación de ayer decidí devolverle el favor recomendandole otro libro a él.

Aún no se que libros le pueden gustar al misterioso lector que tengo como compañero así que elijo uno de mis favoritos para no equivocarme, Si decido quedarme, quedaré como una cursi pero realmente la opinión de Stephen me da igual.

Le dejo el libro en su sitio y pido su café sólo de siempre rezando para que no llegue muy tarde y no se le enfríe.

Diez minutos, veinte minutos, media hora... Al cabo de una hora se que no llegará, las calles se vuelven oscuras en pocas horas por lo que dejo el libro que estaba leyendo en la estantería y me levanto para volver a mi casa.

Al día siguiente se empiezan a notar los cambios de estación ya que desde mi ventana se pueden ver las hojas otoñales por los suelos, me levanto esperando que mi madre no me eche ya que estoy demasiado enfadada con Stephen por lo de ayer.

Puede que no sea su culpa, al fin y al cabo el no lo sabía pero me molesta pensar que después de una semana ya le había cogido cariño, leer con el era divertido, ninguno decía palabra, alguna vez nos mirábamos...

Pero el deseo de que mi madre ignorara mi presencia fue en vano.

Me vestí con unos vaqueros y unas botas ya que empezaba a hacer más frío para mis vestidos de verano y me dirigí a la cafetería, ni siquiera me había planteado mirar en otros sitios pero es que ese realmente me gustaba.

Al llegar vi que Stephen ya estaba allí, pero no le iba a decir nada de ayer, simplemente seguiríamos como siempre.

Pero soy la persona más rencorosa y más bocazas jamás conocida así que tuve que hacerlo.

-Ayer no viniste-Le dije en un susurro al abrir mi libro por la página marcada.

El levanto su mirada para mirarme durante un largo rato pero siguió con lo suyo. Bufé y continúe leyendo.

-Eres una cursi-Me dijo mientras pasaba la siguiente página.

Levante rápidamente mi mirada al escuchar su voz ronca por primera vez, ahora fui yo la que me quede mirándole intentando descifrar porque lo había dicho pero vi el libro que estaba leyendo, era el que le había dejado ayer en su sitio, se me debió de olvidar guardarlo.

-No eres el más indicado para decírmelo-Ruedo los ojos y continuó su cursilada de libro, Niebla es el libro más cursi que he leído, esta bien narrado pero el amor desenfrenado del protagonista que le lleva a acosar a la joven que le rechaza continuamente hace que quiera vomitar.

Veo que casi aparece una sonrisa en sus labios pero se contiene y continúa leyendo.