Capítulo 14.

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─ ¿Tu compañera? ─ Lo primero que pasó por la mente de Yami fue que su novia no era la única infiltrada en este instituto.

Incluso ese chico llamado Ryo era una chica, se preguntó si habría más en este Instituto. Aunque no lo dudaría esta escuela era como el pase para varias con prestigio en el extranjero, por ejemplo Harvard.

─ Sí idiota, mi compañera. Donde vayas de chismoso por toda la escuela créeme que no te la acabas. ─ Amenazó el albino casi gruñendo.

Yami sólo se le quedó viendo fijamente a su amigo, no era propio de Bakura preocuparse así por alguien en particular. Siempre fue de esos peleoneros masoquistas. Le impactaba el hecho de que Bakura sacara esa faceta suya, sonrió divertido.

─ Tranquilo, no me interesa revelar el secreto de tu noviecita.

─ ¡No es mi novia! aún...

─ Quien lo diría, el sádico de Bakura enamorado de una chica, que novedad.

─ Borra esa estúpida sonrisa de tu rostro si no quieres terminar oliendo tu propio trasero. ─ Amenazó al instante que le lanzó el control remoto de la televisión, Yami lo esquivó con facilidad estampándose el aparato contra la puerta.

Suspiró pesadamente. ─ Así que dime ¿vienes a contarme tus problemas amorosos? vaya, que oportuno venir a mi.

Yami había usado el sarcasmo sin darse cuenta, el era el menos indicado para eso de las relaciones. Aún no sabía como podía ser novio de Yugi, ella era un ángel en cambio él era... tan distinto.

─ Ya lo sé imbécil, pero siéndote sincero no sé a quien más acudir así que... o me das un consejo o empezaré a romper todo en esta habitación.

─ Rómpelo, no puede estar más jodido de lo que ya está.

─ Touché.

.

.

.

Yugi.

Esa voz, firme y segura. Casi un poco similar a la de Yami sólo que esta era un poco más profunda. Yusei me llevó a un pasillo más alejado de donde estaban las habitaciones lejos de nuestra vista, me armé de valor mordiéndole la palma de su mano, al instante me soltó en seguida.

─ ¿Qué te sucede? ─ Le dije respirando agitadamente, me había sacado un poco de aire.

─ Vamos Yugi, deja de hacerte el inocente fingiendo que eres un hombre en esta escuela. ─ Sabía que era yo ¿pero cómo? alguien debió decirle sobre mi paradero en la escuela.

─ No sé por que te refieres a mi como Yugi, yo no me llamo así. ─ Contesté segura, si quería que él creyera mi cuento debía fingir lo más posible.

─ ¿Ah no? tu peinado es muy similar a la de Yugi Mutou.

Se acercó, dos pasos a mi. Yo me aleje dos por seguridad.

¡Rápido Yugi! piensa en algo, invéntale alguna tontería para que puedas salir rápido de esta.

Me decía mi subconsciente, algo quizá convencible se me pasó por la cabeza.

─ ¿Mutou Yugi? debes estar hablando de mi prima. ─ Oh sí, la típica mentira del Internet, <lo siento, mi prima estuvo en mi computador> o algo así iba la cosa según yo.

Yusei alzó una ceja curioso, todavía me miraba fijamente tratando de encontrar alguna mentira en mi. Pero no podrá, se lo dije tan segura que no tendría duda alguna.

La Infiltrada. | Book #1Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt