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Capítulo 1:

Es una mañana nublada y lluviosa, en la ciudad no hay tanto tráfico lo normal de principio de semana donde los madrugadores son los trabajadores  y estudiantes.
La universidad Cristal comienza una nuevo ciclo escolar una nueva generación ingresa dando así la despedida de otra, los pasillos poco a poco se van llenando de murmullos gracias a los estudiantes, el olor a café inunda la sala de profesores somnolientos. El día transcurrió con llovizna y vientos frescos, hubo una hora de descanso. La cafetería se lleno al punto de no alcázar a todos los estudiantes, en una mesa apartada se encontraba dos chicas de nuevo ingreso.

—¿Por qué estudias? Es primer día de clases hay muuuucho tiempo—dijo una chica de baja estatura, rellenita con abundante cabello teñido de blanco. 

— lo sé amatista, pero por lo que he escuchado de la profesora de lógica, prevengo.— le respondió una chica delgada, al igual baja, cabello corto rubio, con lentes.

— Siii, yo también he escuchado sobre esa profesora, dicen que no habla mucho solo lo necesario, nunca se quita esos lentes oscuros y que es un cuero...—

Con un golpe en el brazo de amatista por parte de la rubia dio a entender su enojo.

— ¡Auch! — grito, la miro a ver. — Hey Peridot, solo tengo ojos para ti princesa.—

Mira para los lados y le roba un tierno beso que no tardó en ser correspondido acariciando su rostro de amatista con los pulgares.

— Ay dios creo que me dará diabetes...— exclamó un chico alto, castaño con una tez muy atractiva.

Alado de él se encontraba una chica alta, delgada con piel de porcelana, cabello corto teñido de un color rosa bajo y unos ojos azules muy hermosos, el chico tenía sujetado muy firme su cintura.

— Que gracioso Dewey, solo sientes celos por no poder hacer lo mismo — dice amatista, mira a la chica. — Hola Perla, veo que se te olvido poner su correa a tu perro faldero.—

Perla solo baja la mirada, la verdad es que Dewey a estado enamorado de Perla desde la preparatoria, solo que ella no tiene interés en el, solamente pide amistad, aún así el no se da por vencido. La razón por la que perla no lo acepta es por su gran secreto no es nada malo según su hermana mayor, pero para lo ojos de otros es un pecado, ella siente atracción por chicas, al principio le gustaba Peridot, nunca tuvo la oportunidad ya que ella escogió a amatista no siente rencor, ahora son mejores amigas. 

El descanso termino, los alumnos dejaron poco a poco la cafetería. Amatista, Peridot y Perla se dirigieron a su siguiente clase, Dewey era mayor así que no pudo acompañarlas. Al entrar al salón se decidieron por sentar en medio, después de una pelea con amatista que se negaba a estar aldelante.

¡No soy una matada para estar adelante!

Había gritado. poco a poco los murmullos llenaron el salón, algunos gritando y otros metidos en los celulares.

— Buenos días jóvenes.— dijo una voz que no denotaba ninguna emoción, era un tono neutro.

Los alumnos tomaron su lugar, los chicos murmurando lo cierto que era el chisme la maestra era todo un cuero, ella era muy alta, piel morena, un cabello lleno de rizos, un cuerpo que todo mujer desearía, y lo más interesante los lentes oscuros que nunca se quita.
Perla se sorprendió por tanta belleza y misterio de la profesora.

— Hey cierra la boca Perla. — dijo en tono burlo Peridot.

— Creo que la que babea aquí es tu novia...— se defendió Perla

A lo que, amatista sonríe muy apenada, ganándose una mirada de desprecio por parte de la rubia.

— Bien, soy la profesora Garnet, iré al punto, lean el libro de lógica, no es mucho, cuando terminen hagan un ensayo.— fue lo único que dijo en toda su hora.

Faltaba unos 10 minutos para la salida, todos estaban apurados para terminar y hacerlo más presentable posible.

— Dejen sus trabajos, en el escritorio.— pidió.

Al entregarlos todos, los jóvenes tomaron asiento, esperando los resultados.

— Correcto, que pase la alumna...— toma la hoja para buscar el nombre. — Perla.—

Todos pusieron la mirada en la chica delgada, de cabello rosa que bajaba los escalones, muy tímida y nerviosa.

— Tu trabajo fue el mejor.— le dijo.

Levantó la mirada para poder ver a una linda jovencita, con los ojos más hermosos. 

No, de nuevo no, ya pasaron varias semanas desde mis ataques.

Pensó, si, a Garnet le dan unos ataques de ansiedad cada vez que le gusta una chica, es un trauma que ha tenido desde que era una niña. Como dijo ya pasó un buen tiempo que no le regresaba, pero ahora la impresión de ver a una chica tan hermosa, le lleno a su mente los recuerdos de su niñez.

— Si..s..i..— carraspeo. — Pasen... A buscar... Sus hojas..— soba su cien de la frente.
— Toma asiento.— le dijo.

Fue raro para todos los alumnos su forma de actuar de la profesora, el salón se lleno de susurros. cuando terminaron la hora de clases todos salieron para la retirada, Amatista daba comentarios sin sentido y chistes malos que solo Peridot reía.
Perla en cambio pensaba en lo muy atractiva que era su maestra de lógica, y en lo extraña que se puso cuando la miro. Pero no duró mucho en sus pensamientos ya que Dewey llego para alardear que se ha convertido en el capitán del equipo de baloncesto.

La profesora Garnet después de terminar su hora, como alma que lleva el diablo se fue a su auto, estado ahí se quitó sus lentes y sobo su rostro, tomó las llaves del auto y se fue.  Llego a su destino bajo del auto rápidamente, toco la puerta de una casa, muy grande pero no era una mansión. La puerta se abrió dando ver a un hombre alto de piel morena, cabello oscuro, y una tez muy madura, guapo.

— Hola mi amor.— le saludo. Se acerca y le da un beso en los labios.

¿Para el amor no hay edad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora