Capitulo 14

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El desayuno. La comida más importante del día. Para Perla era como comer hoja blanca, pues no encontraba un poco de sabor a su platillo.

Que estúpida se vio ayer en la noche. En verdad pensó que tendría la suficiente fuerza para declararse a Garnet. Pero hay que ser sinceros, la morena no se presto para poder lograrlo. Suspira decepcionada, se encuentra en la mesa de la cocina principal, moviendo su tenedor entre sus delegados dedos.
Lapis se encontraba bebiendo su naranjada justo enfrente de su pequeña hermana. Ausente de todo lo que ocurre a su alrededor. Pensaba en que cocinar pues Jasper le había pedido el gran favor de cocinar algo realmente delicioso, como una despedida para la morena ya que esa noche salía su vuelo directo a Kansas para poder reencontrarse con su novio.
La pálida chica, posa su codo izquierdo en la mesa, con su mano del mismo brazo descansa su rostro y de su boca suelta un sonido de relinchido, pérdida en sus recuerdos.

Garnet le había pedido hablar. Realmente era extraño que ambas deseaban hacerlo en el mismos momento. Perla parpadeo un par de veces hasta salir de su pequeño trance. Un poco temblorosa le invitó a pasar.

- No. Lo que te diré será rápido. No te quitaré mucho tiempo.- le respondio desde el marco de la puerta.

-Entonces... de que se trata.-

-Mira. Me enterado, no te diré de quien pero me entere que Anthony, no es un chico de confiar. -

Aquella afirmación le dio un escalofrío que le recorrió la columna de la espalda. Era muy sospechoso lo que ocurrió esa noche. Pues aquí está Garnet alertándola que tenga cuidado con el chico que hace unos momentos le había obligado a besarlo.
Instintivamente se guardo la muñecas tras de su espalda enrollándolas en la orilla de su blusa de dormir.

-Si te hace algún tipo de daño, o no se, no te sientes en confianza con el, lo que sea que te incomode... no dudes en decírmelo.- continuo la más alta.

-No te preocupes. El ya no lo veré por un tiempo.- Garnet la mira extrañada. - Pero no veo que te sigas preocupando. Tu te vas ¿no es verdad? Bueno es lo que escuché.- Garnet frunce el ceño interrogante. Pero aún así decide confirmarle que es cierto.

- Si, así es. Me voy mañana en la noche.- la más alta da un paso hacia delante quedando a centímetros de la más baja. Para Perla de inmediato se le entre corto su respiración. La calidez de Garnet se transmitía le hacía entrar en calor. El perfume tan delicioso inundo sus fosas nasales, llevándola a cerrar lo ojos disfrutando del aroma tan característico de ella. Garnet en cambio quería tocar su piel tan suave y tersa de Perla. Bajaba su rostro hasta que sus narices se rozaron delicadamente. -¿Hay algo que quieras decirme, para que no lo haga?- Si, en la mente de Perla si había muchas razones para que no se vaya, pero no encontraba la palabras correctas para decirle. La delgada chica traga en seco lastimándole ligeramente la garganta. Al abrir lo ojos puede ver el rostro relajado de su profesora tan tranquila con sus labios ligeramente abiertos tan apetecibles como de costumbre.

-No. No hay ninguna.- respondio Perla. Carraspeo un poco y se aleja de la cercanía de la morena. Garnet suspira, mete su manos en los bolsillos del pantalón.

-Bien. Buenas noches.- da la media vuelta y se retira directo a su habitación, aporreando la puerta una vez dentro.

Tal vez ella tuvo la culpa para desanimar el ambiente que había surgido. Pero no tiene ningún remordimiento. Por que una vez que decidió acostarse recordó todo lo odioso que ha echo su profesora. Recordó el antro y aquel beso voraz que se dio con el tal Jaime. Ese es demasiado fuerte para perdonar de buenas a primeras. Se va y no planea detenerla.

¿Para el amor no hay edad?Where stories live. Discover now