5. Lobo, lobito ¿estás ahí?

7.2K 819 163
                                    

Lucy había escuchado más de un centenar de aullidos desde que Jayden y los demás la habían dejado. Estaba en la cabaña esperando a que aparecieran repentinamente avisándole que todo estaba bien. Sin embargo, los aullidos aún continuaban fuera y ella no sabía qué hacer.

Los lobos estaban ocupados y peleaban a muerte en el bosque. Se dijo que esta era la oportunidad perfecta para simplemente desaparecer, para conseguir aquella libertad que tanto había deseado desde pequeña. Se levantó como si aquello hubiese sido la respuesta y abriendo la puerta, vio el aire mecer las copas de los blancos pinos.

El frío le coló de nuevo los huesos y su corazón tembló cuando escuchó más aullidos. Lucy entendía que esta era la última llamada para tomar el tren; sin embargo, algo dentro de ella le hizo parar y mirar al bosque. Algo le decía que debía esperar. Esperar a aquel hombre que la había llamado Lucy por primera vez en su vida.

No sabía por qué sentía esa necesidad de verle y saber que estaba bien. La pelirroja miró el bosque sabiéndose perdida y maldiciéndose por la estupidez que hacía, volvió a la casa para tomar el cuchillo más grande que pudo encontrar.

Salió, no sin antes abrigarse y, corriendo en dirección hacia donde esos lobos parecían luchar, trató de pensar en un buen plan. La matarían si no iba con cuidado. Jayden la había atrapado antes cuando ella corría, así que clavarle las garras tras su espalda no sería difícil. Ella simplemente era una humana indefensa.

Anduvo con el corazón a floté pero cuando un aullido lastimoso se escuchó casi a diez metros de ella, Lucy no pudo evitar pensar en él.

—¿Jayden? —Susurró débilmente—. ¿Jay, estás ahí?

No podía ser él. Él era un hombre fuerte y daba bastante miedo. Jayden no podía perder. Él era el enorme hombre lobo capaz de destruirlo todo, ¿o no?

Escuchó un aullido fuerte, uno que provenía de un lobo gris que tenía manchada su boca de sangre.

A Lucy se le fue el color de su piel al ver un bulto negro que gruñía pero intentaba aún ponerse en pie. ¿Quién era él?

Tembló como gelatina al ver cómo Jayden olió el aire y cómo si supiera que ella estaba ahí, se giró a verla con desdén. No podía comprender sus ladridos pero supo que estaba molesto por cómo le gruñó al final.

Pensó que le decía: ¿Qué demonios haces aquí? ¿Qué no te dije que te quedaras en casa?

Lucy tragó saliva al saber que había errado de nuevo. ¿Intentar ayudar? ¿Cómo se le había ocurrido algo así? Los segundos no le bastaron para saber que corría peligro. Gruñidos la rodearon y supo entonces que estaba en medio de una gran pelea. Valeria reñía a su costado, Darren parecía bastante herido y Ruby mordía a un lobo que ansiaba matarla. Jack estaba terminando con uno que tenía el hocico desencajado y el lobo gris parecía enfurecido con el lobo negro que le seguía ladrando para que se fuera.

Las piernas de Lucy simplemente se quedaron firmes. No hicieron caso hasta que el lobo que amenazaba a Jayden se giró a verla también. Los temblores le hicieron reaccionar y no pudo evitar caminar hacia atrás, mirando como el grisáceo lobo se separaba de Jayden y empezaba a correr a ella.

Pegó el grito de su vida.

Cayó abruptamente sobre la nieve. El gran cuchillo salió volando y no pudo evitar quedar frente a frente con aquel animal de ojos amarillos que le hicieron vibrar por la muerte que se avecinaba.

El lobo aulló como si hubiese encontrado a su presa. Lucy, volteando su mirada a la nieve, sintió una respiración caliente y un chorro de saliva le empapó la mejilla entera. Dejó de respirar sabiéndose bien muerta. ¡Lo sabía! Iba a terminar como Lorena. Con los intestinos por fuera.

The wolf freedomWhere stories live. Discover now