Capítulo VIII

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La casa estaba en completo silencio. No había luz filtrándose entre las cortinas, tampoco desde la terraza. La temperatura había aumentado considerablemente. Olía a alcohol y a sexo, a vida. Hell tenía un cigarrillo entre los labios y miraba la moldura del techo.Hacía casi 48 horas que no se metía ninguna raya. Tampoco éxtasis. Tampoco heroína.

Si Kiara estuviera despierta le pediría que fueran a tomar algo. Cualquier club le habría servido. Pero no lo estaba. Estaba no solo dormida, casi cerca del coma. Sonrió a la imagen de Kiara en su mente.

-No te las tomes de gol-... - había dicho Hell.

Kiara se había tragado las cápsulas con un gran vaso de vodka. No era muy buena combinación. Eran tranquilizantes, recetados por el médico. Al parecer, tanta mudanza, fiesta y novedades no iban bien para el cuerpo de Kiara. Su ansiedad crecía peligrosamente. Cuidaría de ella. Sí, el tiempo que pudiese. ¿Y después?

Durante más de quince minutos un grupo de varios hombres estuvieron bajando cajas hacia el sótano. Hell los veía trabajar desde la butaca. De vez en cuando alguno lo miraba y le hacía un gesto con la cabeza en señal de saludo. Eran las cuatro de la mañana, casi las cinco. Bendita noche.

-Eh, cabrón. López está abajo – dijo Logan.

Tenía la pistola en la mano y una postura chulesca.

-¿Bajamos o qué?

-Siéntate un momento conmigo, negro – contestó Hell.

Soltó una bocanada de humo y se incorporó para aplastar la colilla contra el cenicero. Al sentarse Logan en la butaca contigua y dejar la pistola sobre la mesa, le vio la cara de acojonado. Tenía motivos para estarlo.

-¿Qué?

-Nada, solo quería hablar contigo un rato.

-¿Hablar de qué? -Logan frunció el ceño - ¿Te has vuelto a meter crack de fuera? Eres narco, tío, no compres a otros narcos.

Hell sonrió y negó. Se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el respaldo del sillón.

-Me han detectado un mieloma.

Logan entrecerró los ojos, se inclinó hacia él y buscó en las paredes de la habitación algún significado a lo que acababa de decir.

-¿Que te han detectado qué? ¿Qué coño es eso? ¿Como un quiste?

-No, hermano. Es cáncer.

A veces las personas tendemos a reír en situaciones emocionalmente complicadas. Es un método de defensa que utiliza nuestro cerebro para no colapsar. Hell lo había leído en el instituto. El profesor de biología les había pasado un par de artículos sobre crisis psicológicas y cómo afrontarlas. La mayoría no se había creído esa mierda de reír, no lo entendían. "¿Cómo vas a reír si te acaban de decir una noticia trágica?", decían mucho. Pero Hell sí se lo creía,porque Hell había estado frente al cuerpo muerto de su hermano. Lo había tocado, y había escuchado aquella risa histérica e irracional de Babe al sacar a Daemon de la piscina, completamente inmóvil. Ahora volvía a escucharla.

-Tranquilo, hermano. No pasa nada.

Logan se levantó de golpe y le dio una patada a la mesita. Hell alzó las manos y se apartó, intentando no interponerse entre él y los muebles. Si Kiara estuviese allí abajo, le habría dado un ataque cardíaco.

-¡Me cago en la puta, joder! - gritaba Logan.

-Eh, cálmate.

-¡¿Que me calme?! ¡Menudo gilipollas! ¡Tienes cáncer, imbécil!

Heroína (Saga Adrenalina III)Where stories live. Discover now