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BRMM! BRMM! BUMM!

Era mi alarma que sonaba y vibraba entre mis pechos, siempre coloco mi móvil ahí cuando tengo cosas importantes al día siguiente; es un buen método, nunca me he perdido nada gracias a eso, bueno, gracias a mi vecina y amiga Dinah Jane que me aconsejó hacerlo. Me estiro muy bien, he dormido en mi mejor posición de hamster, hecha una pequeña bola en la cama porque estaba haciendo un frío condenado anoche. Me pregunto si ella tuvo frío también. Bostezo en cuando me levanto porque aún tengo sueño, es como acto reflejo de cada mañana, no importa cuanto haya dormido la noche anterior, siempre voy a tener sueño. Voy al baño a lavar mi cara, necesito estar bien despierta, cambio mi bandita de mi barbilla y decido que será mejor no colocar una en mi rodilla, la cual me molesta un poco al caminar, se caerá al contacto del agua, también aprovecho para hacer mis otras necesidades físicas. Recojo mi cabello en una coleta alta.

Me quito mi pijama, quiero sacar a relucir que aún duermo con pijamas de animales y la noche anterior me coloque mi pijama de panditas. No quiero que Lauren me vea en esa pijama tan infantil así que me coloco algo más serio pero cómodo, un traje de baño completo color negro y un short playero, sin necesidad de una camisa; probablemente ella no le preste atención a lo que llevo. Salgo a la cubierta respirando el agradable olor de la madrugada y el agua salada. El viento soplaba asquerosamente frío.

Lo peor era que tenía que saltar al agua, debí haberle dicho que la vería en la mañana y no apenas salga el Sol, el problema fue que no podía citarla a una hora exacta, ella no tenía reloj. Debo seriamente comprar otra balsa pequeña para estas cosas, la última la pincho un pez espada en Grecia, ese pez debería saber que la guerra de Troya ya acabo.

Meto un pie primero, está malditamente fría. La buena noticia es que ya el cielo esta aclareciendo y eso quiere decir que habrá calor muy pronto. Decido lanzarme de una vez. Chillo para mis adentros, es como bañarse en una tina con mucho hielo, mi cuerpo se eriza al instante. Mientras más rápido camine más rápido saldré.

Y yo lo sabía, que cuando saliera del agua el viento haría de las suyas, yo amaba la naturaleza pero ella insistía en no corresponderme. Me acosté a esperar en la fría arena con mis brazos en la cabeza, admirando el cielo. Espero que no aparezca ningún cangrejo por aquí. Aunque no este viendo el nacimiento del Sol mirar el cambio de color del cielo es algo deslumbrante. Ayer vi los ojos de Lauren tan brillantes como zafiros por un momento cuando estábamos en su casa antes de marcharme. Sus ojos también eran algo deslumbrante y digno de admirar, toda ella lo era. Vale, creo que mi crush por ella se creció un poco.

Cierro mis ojos, pues quiero recibir el calor de el Sol directamente y por más que quiera no puedo hacer eso con los ojos abiertos, el Sol no me deja verle en su esplendor. Siento la calidez del Sol en mi piel, la luz molestando un poco mis ojos que aún están cerrados. Siento que si ella no aparece en los próximos minutos me quedaré dormida.

Lamieron mi mejilla. Por favor que no se algo letal. Abro mis ojos y está Minina muy cerca, vuelve a lamer mi mejilla, debe creer que me he quedado dormida y está despertándome, no se aleja de la realidad; me parece muy tierno viniendo de un depredador como ella, seguro Lauren le enseñó eso. Hablando de Lauren, venía corriendo y riendo como si estuviera en una pradera, luce un vestido azul claro como el cielo. Yo saludo a Minina acariciando su cabeza, ella se sienta en la arena junto a mi a esperar a Lauren.

—Hola Lauren, buen día— me pongo de pie. Ella incluso se ve más bonita que ayer. Muevo mi cabeza en negación por mis pensamientos, ella me mira muy extraño pero aún la acompaña una sonrisa.

—Señorita Camila, buen día— ella trataba de esconder algo que yo había notado, por sus manos atrás de su espalda y ese moviendo de lado a lado que hacía.

Mi Niña Salvaje  |  CamrenWhere stories live. Discover now