19. "Tengo los sentimientos, tú las palabras. "

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En la película J'ai Tue Ma Mére, el hijo estaba realmente muy enojado con la madre. Él le reprochaba tantas cosas que ya no puedo recordar ni la mitad de ellas. El caso es que el hijo estaba por irse rumbo a un internado, y para rematar la escena de una despedida frustrada; él dice con toda la ira de su interior: "¿Qué harías si me muriera hoy?"

Para lo que ella dice apenas en un susurro cuando su hijo ya no puede oírla; "Me moriría mañana".

No sé porque esa frase retumbaba tanto en mi subconsciente. Ha de ser porque sentía lo mismo y a la vez todo era al revés. Quería morir al otro día de ser atacado por una ira liberadora.

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Debió haber sido un hecho que Dona jamás se despertaría. Pero no lo fue. Siempre tuve esa esperanza remota e infantil de que algo pasaría. Ese deseo fantasioso en cual siempre me mentía.

Cuando uno sueña no se da cuenta donde esta hasta que despierta, entonces prefería que ella no despertara si al hacerlo se encontraría con esta horrible realidad.

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Me llevo al menos tres lavados quitarle a Frank toda esta pintura de encima, en los cuales decidí no colaborar a pesar de sus suplicas desesperadas.

Excepto para lavarle el pelo. Fue una experiencia extraña pero agradable. Frank era sedoso y tenía aroma a colonia de bebe. De algún modo me hizo sentir con aquella imperiosa necesidad de protección que nunca se había ido en mí. Era una sensación burbujeante de adrenalina cuando sabía que podía cuidarlo.

Frank estaba en ropa interior cubierto de agua teñida sobre la cerámica de la bañera, lo único que podía ver es su rostro y sus manos acechándome para que me acerque; en uno de sus intentos frustrados trato de hundirme con él.

La tina estaba por rebalsar si no lo obligaba a salir.

Con un fingido mal humor digno de alguien de cinco años logre que se vistiera de vuelta, mientras intentaba arreglar sin mucho éxito el desastre de colores en la cerámica del baño. Parecía como si alguien hubiera decidido vomitar todos los colores de su vida.

Lo conduje de nuevo hasta la habitación con brazo en su hombro. Guie a Frank hasta la cama y lo arrope como si fuera un niño. Después de todo lo era aunque él no quisiera reconocerlo.

–Duerme conmigo. –Me dice tratando de sacar un brazo sobre las sabanas pero le es imposible, lo he maniatado.

–No. –Le respondo y beso su pelo.

–¿Por qué no?

–Porque necesitas descansar por sobre todas las cosas y conmigo ahí no creo que lo hagas.

Él frunce el rostro entre el enojo y la frustración.

–Por favor... –Susurra. –Gerard...Siempre estas rechazándome.

–¡Eso no es cierto!

–Sí, lo es.–Él vuelve a fruncir el entrecejo. – Siempre soy yo el que trata de besarte, si lo haces tú luego me miras con cara de culpa o no dejas que dure más que unos segundos...

–¿10 segundos?

–¿Cuentas los segundos?

–¡Necesito dejar de respirar para estar concentrado! Hasta que me duele algo.

–A mí me duele el estómago si aguanto la respiración... ¡Ese no es el maldito punto!

Me rio cuando él está enojado y no puede moverse.

Aftermath. (Secuelas)Onde histórias criam vida. Descubra agora