Capítulo 36

173 8 1
                                    

De lo primero que tome consciencia fue que no tenía fuerzas para hacer nada, ni para abrir los ojos. Y es un hecho que incluso si lo hubiera intentado, no habría sido posible; porque entumecido era como estaba cada centímetro de mi cuerpo, a decir verdad, apenas y podía sentirlo. En otras palabras; no podía, ni quería moverme.

Hice un suspiro imaginario. Esto sí que había terminado muy mal, nada salió como lo planee. Además, era algo frustrante que aparte de eso, estuviera en un hospital. No odiaba estos lugares, pero aun así, me gustaba evitarlos. También me gustaba que los planes que mi mente maquinaba se llevaran a cabo, como lo hice con el de Brad.

Bueno, supongo que no todas las veces iba a pasar lo que yo quería.

Otra cosa que suponía era que debía estar asustado, ansioso o entrar en pánico; pero no lo estaba, en lo absoluto. La razón de ello es que había caído en la cuenta de que, a pesar del dolor que empezaba a crecer, que se extendía por mi cuerpo y que se convertía poco a poco en algo insoportable, a pesar de todo eso, seguía vivo y es que podría haber sido lo contrario. Podría estar varios metros bajo tierra.

Y yo creí recordar que...

Capté un sonido. Una puerta abriéndose.

-¿Estás bien? -Fue un chico el que hablo, de eso estaba seguro, pero de lo que si dudaba era del nombre de la persona.

-No -Esa era una chica. Su voz sonaba más cerca, por lo que pude distinguir, estaban sentados o parados a mi lado derecho- La he pasado muy mal en estos días; ayudar a Brad y tratar de sostenerme para él, ha sido muy difícil. Yo aún no supero que todo esto haya pasado.

Eso captó definitivamente mi interés.

Brad...

-Y pensar que fue por mi culpa.

-Natt, no lo fue. Tú no podías adivinar que Stephen estaba tan loco.

Espera ¿Qué mierda estaba pasando con todos?

Escuche una risa que parecía sonar amarga, de esas que sueltas cuando por más que te consuelen, te sigues sintiendo culpable.

-Yo sospechaba los problemas que tenía y sabía perfectamente de quien estaba enamorado.

-Pero tú mismo has dicho que si no abriste la boca era porque no estabas seguro, porque no querías hacer falsas acusaciones -Protesto ella.

Esto estaba dirigiéndose a donde no me gustaba, porque sonaba muy malo. Quería abrir los ojos, pero era posible que ya no escuchara; ellos no seguirían hablando, ellos se callarían y yo no sabría qué demonios estaba pasando. Seguramente, no me dirían ni lo más mínimo, si era información que podía alterarme. Yo quería saber.

Quería saber sobre Brad. Para eso había dos cosas que tenía que hacer; mantener los ojos cerrados y agudizar el oído.

Ah, se me olvido la tercera; olvidar el maldito dolor que me daba cada vez que respiraba.

-En estos momentos, ambos sabemos que hubiera sido lo correcto, Alice.

-Sí, lo sabemos -respondió ella; arrastraba las palabras, quizá y apenas abría la boca para articular lo que estaba diciendo- Pero no tenemos que perder el tiempo pensando en eso. Es mejor dedicarse apoyar a los chicos; yo a Brad y tú a Nancy.

-No sé si ella me deje acercarme.

Me daban ganas de poner los ojos en blanco. Seguro que después Nancy aún no olvidaba lo de la fiesta, al menos, no lo suficiente para que él se acercara a ella de una manera demasiado íntima.

-Créeme que ella necesita cualquier apoyo, incluso el tuyo.

Natt volvió a reír; no sonaba para nada divertido.

-No creo que eso se verdad.

Ni yo tampoco.

-Afrontar la muerte de un amigo es difícil, sí en algo quieres pagar por lo que hiciste, por lo menos, puedes intentar hacer esto por ella.

Muerte. Dios santo. ¿Qué en el maldito mundo pasó?

Algo en mi interior se le estaba uniendo al dolor físico.

Algo que recordé que siempre había sido un sinónimo para la muerte; era un sentimiento que en un principio, cuando desperté, no tuve, pero que ahora estaba llegándome con creces, estaba golpeándome muy fuerte. Tenía pánico.

Ni siquiera tuve tiempo para analizar a fondo las palabras cuando nueva información me llego.

-Pero es que ni yo sé cómo hacer esto, Alice -Podía sentir como la voz de Natt hacía eco en mis propios sentimientos. Dolor. Uno de mis amigos si estaba bajo tierra y ese era lo que teníamos que afrontar; el dolor de perder a alguien- Es que parece tan falso, el que se combinara algo como la enfermedad de Stephen y los celos.

-Sí, yo también lo veo así. Aún no puedo creer que los celos lo hayan llevado a cometer esto. Los celos que tenía por Brad.

-Brad lo sabe y creo que se siente peor que yo y vaya que lo entiendo. Además, Zac era su novio después de todo y ahora esta muerto.

Creo que ya no pude mantener los ojos cerrados. Creo que tampoco quería.

-¿Qué dijiste?

Estaba mirándolos directamente; había girado mi cabeza con un poco de esfuerzo.

-Taylor... -Parecía que todo el aire que tenía disponible Alice salió por completo de su cuerpo cuando pronunció mi nombre. Con sorpresa. Con miedo... Miedo a que yo hubiera escuchado.

Su cara y la de Natt eran de incredulidad.

-¿Tú...?

-¿Qué dijiste? -Repetí jadeando. Sentía que mis ojos ardían.

Por supuesto que estaba llorando. Por qué creí que era mentira, era demasiado surrealista; lo había visto en mi mente antes de que se abriera la puerta, pero esa imagen se desvaneció en ese entonces.

¿Qué Brad se sentía culpable? Él no tenía derecho, él no debía porque esto era por mí, Zac había dejado de vivir y la persona de la que estaba enamorado estaba mal por mi culpa.

Alice y Natt llamaron a una enfermera, pero yo seguí gritando, pidiendo inútilmente las explicaciones de todo este maldito desastre. En ese momento pensé que aguantaría todo el dolor del mundo si fuera necesario, solo para tener la oportunidad de ponerlo a cambio de que lo único que fuera real en este asunto sea que todo esto es una mentira.

Pero no lo era.

Maldita suerte de mierda la mía.

¿Esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora